Me llaman el chico suicida libro uno y dos

i¡IDIOTA!

Capítulo 9:

-Dios que sofá tan...Agh... Mi mano... AMANDA.

Amanda estaba sentada frente al sofá mirando mi mano.

-¿Que?

-¿Que haces con mi mano?

-Te la estoy observando... Valla chico tienes vidrios atascados en tu piel.

-¿¡Qué!?

Cuando mire mi mano me di cuenta de que tenía varias cortadas... Eso me hizo recordar cosas que quería olvidar...

-¿Estas bien?

-Claro ¿por qué lo dices?

-Se te aguaron los ojos.

-¿Eh?

-Que tienes los ojos llorosos.

-Ah... No es nada, es que me arde la mano.

-Se puede saber ¿por que tu mano está así?

-No es nada sólo me corté con unos pedazos de vidrio de un baso que Mon... Digo yo deje caer.

-Me irás a pagar mi vaso ¿no?

-Sí, esta bien no te preocupes.

-Oh.. Pues iré a conseguir una venda en la farmacia, o unas banditas , o lo que sea los de la farmacia me dirán que debo hacer... Luego me das el dinero.

-Gra.. Gracias... Supongo.-dije cuando ella ya se estaba yendo.

Ahora estaba sólo en su casa, se siente algo incómodo ¿Que hago? ¡OH! Es cierto Mónica aún está aquí, en la habitación de Amanda, D O R M I D A.

Me escabullo silenciosamente a la habitación del fondo, donde anoche vi entrar a Mónica... Ojalá este allí, no se que haré pero... No me importa, esta vez no te escapas de mi Mónica. Cuando por fin entré a la habitación vi a Mónica dormida mirando hacia la pared. Me hago al borde de la cama sin que ella sé de cuenta y me siento luego la veo dormir.

Se ve tan frágil... No se que rayos estoy haciendo, soy como un ángel negro que la intenta corromper haciéndome pasar como un ángel blanco -Dios la culpa me recorre el cuerpo- mejor me voy, además esta dormida.

Me estaba levantando cuando.

-¿Christopher? ¿Qué.. Que haces aquí?.-dijo medio dormida.

-Eh...... Pues, este... Yo, yo, yo estaba.. Viéndote dormir.

-Ah..? Bien por ti.-dijo y se volvió a dormir.

Suspire y me sentí aliviado. Me fui de nuevo a la sala y espere, cuando vino Amanda traía muchas cosas, no se como le voy a pagar.

-Mira traje una venda para tu mano y un poco de alcohol, para tu herida.

-¡No! Ni se te ocurra ponerme alcohol.

-¿Por qué no?

-Porque eso me dejara cicatriz, y no quiero que crean que me quiero volver a "suicidar"

-Tranquilo niño, ya pásame la mano.

-No me digas niño soy mayor que tu.

-¡Ya pásame la mano niño!

-Te la paso, pero no me vuelvas a decir niño.

-Como sea.... niño.

-Eres imposible.-dije y luego le di mi mano.

Ella regó de manera muy brusca el alcohol.

-¡AMANDA, QUE RAYOS HACES!

-HAY! Uno queriendo ayudar y tu haciendo escándalo... Sabes vendate tu mejor, yo me voy a hacer el desayuno.