Ineffable Husbands Week 2019 - Oneshots sobre el amor para el amor

Día 5: Marmol

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¿Cómo habían terminado así? A ninguno les gustaban los conflictos, la última vez resultó en distanciarse dolorosamente por años, no querían eso y sin embargo ahí estaban, cada uno por su lado nuevamente. Aziraphale estaba encerrado en el cuarto apoyado contra la puerta y se abrazaba a si mismo mientras lloraba, Crowly por su parte conducía sin rumbo por las calles, su rostro mostraba un millón de emociones, pero no lograban salir una por una y todo aparentaba en solo estallar en un ataque de pánico.

"No me digas débil, tengo miedo"

Y sin embargo fue un idiota y se fue, el demonio también se odiaba a si mismo por no volver y solucionar una pelea estúpida, porque así era, una pelea estúpida. En la noche habían estado bebiendo, hicieron el amor, rieron y en la mañana, en la estúpida mañana les llegó una carta diciéndoles que el cielo quería volver a hablar con Aziraphale y en vez de quedarse ahí para apoyarle él se fue, dejándolo solo llorando.

- Eres un maldito cobarde –Se dijo a sí mismo el pelirrojo al mismo tiempo que golpeaba fuertemente con sus manos el volante de su auto. - ¡Maldita sea!

No podía dejar de pensar en el rostro lloroso de su ángel cuando le dijo que no le dejara y aun así lo hizo, cuando le dijo que no era débil que solo tenía miedo y él solo se dio la vuelta y salió por la puerta principal. Nunca se lo iba a perdonar, se odiaba, se odiaba demasiado.

- Yo tampoco sé que hacer –Detuvo el auto de golpe en medio de algún lugar, nunca miró en realidad hacia donde conducía, en estos momentos se encontraba en algún lugar de una carretera desértica. – No sé cómo ayudarte, no sé cómo evitar que te hagan algo, cambiar de cuerpo ya no es una opción –Comenzó a hablar estallando en llanto, le dolía el pecho el solo pensar en que lo volvería a perder.

Movió el auto estacionando en un costado de la carretera y luego salió de él caminando de un lado a otro tomándose el rostro con sus manos, quería volver y pedir perdón, abrazarle y esta vez decirle que iba a estar con él a pesar de todo; su cuerpo temblaba, lo ama y por la misma razón le duele los pleitos de este tipo.

No, en general él odiaba los pleitos, más si estos involucran a su querido ángel, habían enfrentado una vez el cielo, se habían unido y mentido, había pasado tanto tiempo siendo libres para que ahora de nuevo pasen por una situación que podría significar el no verse nunca más en sus vidas.

- Dios ¿Qué quieres de nosotros? –Gritó con la voz quebrada. – no sé qué hacer, ¿Qué debo hacer?

- Estar junto a él, quiero verlos felices –Habló una voz que podía describirse como si estuviera en todos lados, dentro de ti, afuera, en el aire, en el suelo, en todo.

- Q-¿Qué? – Su cuerpo se tensó, miró para todos lados sin encontrar a nadie, sabía quién era, habían pasado demasiados siglos, pero podía reconocer esa voz en cualquier lado. - ¡Ustedes lo llamaron!

- Le pedí especificar que no era por un castigo –Habló la voz. – Desde ahora, cada vez que les hable seré yo quien escriba las cartas

- ¿No le harás daño a Aziraphale? –Se tiró de rodillas en el suelo mirando al cielo, era un demonio, pero incluso se pondría de rodillas ante Dios para pedir que no le hicieran nada a la persona que ama. – Él es un ángel demasiado bueno, no merece esto, por favor

- No le haré daño, Crowly –Habló firme. – Pero necesito hablar con él

- Yo... -Su voz salía en un hilo, no había aire en sus pulmones. – Le hice daño