Ineffable Husbands Week 2019 - Oneshots sobre el amor para el amor

Día 8: Que el cielo caiga sobre nosotros

Este es el último día, quiero dejar algunas cosas claras para luego no tener problemas:

1.- Aziraphale es bottom 

2.- Crowly es un top dom que adora complacer a su ángel

3.- Azira cambia sus genitales en un punto de la historia (Si no se entiende, en un principio tendrá pene y luego vagina [El que puede, puede])

4.- Es más porno que trama

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Se supone que los ángeles no deberían de sentir la lujuria, no debían vivirla, pero estaban conscientes de que hubo algunos que si cayeron en la tentación y fornicaron cayendo de bruces al infierno. No era tan malo para ellos, ahora podían seguirlo haciendo sin pensar en que podrían volver a caer; sobre este pecado hay un punto medio pero fácil de pasar a llevar, esto es cuando la lujuria viene de la mano del amor.

Teniendo en cuenta esto ¿Cuándo era el límite? Porque podrían decir "bien, estamos enamorados, podemos hacer lo que queramos" pero cuando el placer ciega, llega ese punto sin retorno donde la lujuria recubre el alma y la consume en un fuego que quema exquisitamente devorando los sentidos y dejando a todos sedientos de más y más.

Los ángeles no estaban lejos de esto, menos los demonios; por su parte, los ángeles podían tener sexo si ello se los proponían, no era como si lo disfrutaran tanto con sus cuerpos angelicales. Pero pongamos de ejemplo a un ángel y un demonio que han pasado 6000 años con abstinencia de tocarse, bueno, el resultado era bastante salvaje.

Marcas en el cuerpo, moretones no por golpes, sino por el goce carnal, rasguños en la espalda y jadeos sin control, tanto placer ya era un pecado, uno que cierto ángel y demonio que ahora vivían en la tierra libres estaban disfrutando sin remordimiento, mandando al demonio a todos en estos momentos. Volvamos a unas horas antes para hacer una lista de cómo habían pecado, también podían pensar en cómo estos dos aún no caen.

¿Tanto les podía perdonar un ser divino para dejarlos hacer lo que querían sin temer por caer –en el caso del ángel- o incluso más bajo –en el caso del demonio?

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Entraron en el departamento del demonio tirando todo al suelo, sus ropas y algunos objetos a su paso al ser chocados por sus cuerpos mientras entraban entre besos y caricias al lugar, habían pasado mucho tiempo deseando esto, dentro de sus pechos ardía tanto como el mismísimo infierno, llegaron a la sala donde usualmente Crowly hacía las reuniones y empujó contra el escritorio al ángel que ahora sucumbía contra su cuerpo.

La serpiente bajó besando el cuello suave y desnudo del rubio, podía sentir la electricidad que sus cuerpos creaban, el calor que los delataba. Sus manos recorrían sus cuerpos erráticamente buscando las ultimas prendas en ellos y cuando por fin estuvieron desnudos, al menos Aziraphale; Crowly aún tenía sus pantalones puestos pero abiertos, se miraron unos segundos antes de volver a besarse y sentir como sus partes bajas ya estaban lo suficientemente despiertas.

- Sube al escritorio, se un buen ángel para mí y sube –Le susurró la serpiente al oído.

Con un quejido Azira subió al escritorio recostando su cuerpo en él, se sentía expuesto, pero en vez de sentir vergüenza solo podía concentrarse en cómo su pareja caminaba alrededor de él recorriendo con la mirada su cuerpo, lo iba a devorar, era su presa y estaba consciente de eso. El demonio comenzó a recorrer con sus dedos la piel expuesta de este sacándole suspiros, daba leves pellizcos a medida que subía hasta uno de sus pezones.