11-INYÉCTAME

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Narra Estocolmo

Estuvimos unos 15 minutos viendo como la rehén intentaba quitarle la bala a Nairobi, las cosas parecían ponerse complicadas. La mujer se ponía más y más nerviosa conforme pasaban los segundos hasta que en un momento dijo

—No puedo hacerlo, perdió mucha sangre. Necesita una transfusión para poder seguir, se va a desangrar si sigo tocando la herida. Tienen que llevarla a un hospital. Urgente.

miré a Denver, estaba nerviosísimo. se agarraba la cabeza y se retorcía cada vez que miraba el cuerpo de Nairobi. Parecía ser un hombre duro, pero la realidad es que le da muchísima impresión la sangre

—Nonono, de ninguna manera. No permitiré que Nairobi salga para que la metan en una carcel de por vida—dijo Tokio

—su pulso es muy débil. si no tiene una transfusión pronto, morirá—contestó la chica

—pues entonces hagamosle una maldita transfusión—contestó nerviosa

—no me prepararon para eso

—me importa una mierda lo que te hayan preparado. Mi amiga de esta muriendo, la dejarás morir?? no harás nada al respecto??—le preguntó Tokio,llorando

—podemos intentar que entren a un cirujano si negociamos, tenemos las cajas. Supongo que pueden hacer entrar a uno. Podemos liberar rehenes a cambio o no se—pronunció Rio

—Rio no seas gilipollas, jamás nos harán caso. La dejarán morir. LA DEJARÁN MORIR—Tokio lloraba cogiéndose la cabeza, moviéndose frenéticamente de un lado a otro

—Hay algo...—pronunció tímidamente la rehén

—que cosa??—pregunté

—si conseguimos un donante, podría intentar hacerle la transfusión. Es muy arriesgado, pero es algo

—si. si, hagámoslo. Yo dono. cuanta sangre necesita??—preguntó Tokio desesperada

—un litro. Tokio es mucha sangre como para que dones tu sola.

—no me importa, daré lo que haga falta. Ahora inyéctame, rápido 

La casa de papel 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora