La casa de papel 4

44-PUNTOS DÉBILES

Sergio me tomó el mentón y volvió a besarme, mientras con su mano derecha comenzaba a estimular mi clitoris. Jadeé excitada mientras buscaba su lengua con más desesperación

Lentamente fue besando mi cuerpo, parte por parte, prestando especial dedicación a mis puntos débiles: mis clavículas, mis pezones y mi bajo vientre. Tomó mis piernas, una en cada brazo, y las colocó sobre sus hombros para así darse lugar. Comenzó a chupar mi clitoris mientras introducía dos dedos dentro de mí. Grité desesperada a medida que él aumentaba el ritmo. Sabía que si seguía así terminaría perdiendo así que me zafé de su agarre. Tomé a Sergio de los hombros y, haciéndole una llave con el peso de mi cuerpo, lo recosté en la cama. Tomé su miembro y lo introduje en mí, haciendo que ambos gimiéramos al unísono

Tomé el control. Comencé a moverme frenéticamente hacía arriba y hacia abajo, sin pausa. Los ojos del profesor estaban cargados de lujuria, casi que hablaban por sí solos. Aumenté el ritmo, haciéndolo soltar un gemido grave de placer

—mirame—dije desafiante.

Él no me miraba. Solo se limitaba acerrar los ojos intentando concentrarse en no acabar. Tenía las mejillas coloradas y todo su cuerpo sudaba. Su respiración era irregular, se cortaba de momentos, haciendo que su vena de la frente se ensanchara más y más.

Me gustaba tenerlo así. Tener el control

—Por qué no me miras, profesor??—insistí, con voz seductora. Sabía que tanto a él como a mí nos pone muchísimo vernos a los ojos mientras hacemos el amor. Quizás esto es jugar sucio pero que va!, me encanta jugar

Él siguió sin contestar, ignorando mis peticiones. Ni siquiera se movía. Solo respiraba, o intentaba...

—mirame, anda—supliqué. Lo toqué queriendo acercar su cara a la mia.Aceleré el ritmo provocando que ambos jadearamos al compás—mirame!! —dije gimiendo, fuerte, con voz algo mas aguda que mi voz normal. Yo tambien estaba a punto de llegar, pero sabía que podía ganar esta pulseada

—ah...ah ah sergio... —empecé a hacer, sabía cómo le ponían mis sonidos de placer y más si iban acompañados de su nombre. Repetí su nombre varias veces, intentaba que abra los ojos hasta que me miró y ahi hice mi mejor cara de goce mientras gritaba por una vez más su nombre

—sergio!!

—mmm eres... la mujer... más her...mosa que existe—dijo entre jadeos. Él que ya estaba respirando fuerte, soltó un profundo y grave gemido y se vino dentro de mi, relajando todos sus musculos, al coro de —raquel—escuchar mi nombre de esa boca hizo que todo mi cuerpo temblara. Estaba a punto de llegar.

Él se salió de nuestra unión soltando un suave gemido y se reincorporó

—Sergio no me dejes así—supliqué. Yo también necesitaba acabar y no podría sin su ayuda

él intentaba recomponerse de su orgasmo, retomando su respiración

me acerqué a él y susurré:

—me parece que he ganado, prof—me besó, ahogando mis palabras. En una maniobra me acostó sobre la cama, introduciendo dos de sus gruesos dedos dentro de mí. Solté un jadeo y le pedí que no parara. Se ayudó con su lengua, haciendome cosquillas con el contacto de su barba.Yo no paraba de pronunciar su nombre, haciendo que sus movimientos se agilizaran. Todo mi cuerpo temblaba y mis mejillas ardían

—vamos raquel—me alentó. Yo no pude contestarle, mis gemidos eran profundos. La estaba pasando tan bien que no quería que se acabase nunca. Quería quedarme ahí, en la colina de un orgasmo desgarrador que amenazaba con llegar, con su lengua jugando con mi clitoris.

—No.. no pares—le pedí

El aumentó el ritmo moviendo sus dedos en círculos. Cuando sentía que iba a estallar, se acercó a mi oído y adentrando sus dedos una vez más en mí, me susurró

—el epicentro

Acabé en el instante en que salieron esas palabras de su boca. Ambos nos desplomamos en la cama. Como pude lo besé, agradecida de haber echado uno de los mejores polvos de mi vida.El me correspondió. Esa palabra se había convertido en nuestra palabra secreta de pasión. Una palabra prohibida, que solo él y yo sabíamos qué significaba.

—te amo—me dijo, acariciando mi cabello, sintiendo su olor. Mezcla de mi perfume y mi sudor

—yo también te amo—lo miré, mientras acariciaba su mentón—muchísimo—agregué

Nos volvimos a besar, y estuvimos ahi, en silencio, con el ruido de nuestras respiraciones y el olor de nuestros cuerpos hasta que nos quedamos dormidos

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Bueno ahi esta el capítulo 44. Se vienen cosas interesantes... esten atentas/os.

Gracias por el apoyo que está recibiendo este fanfic, jamás pensé q lo leerían más de 2K de personas, es una locura!! 

Os quiero 💜💜