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 Chan sentía escalofríos recorriendo por todo su cuerpo cada vez que veía a Jeongin.

 Recorría con su mirada cada centimetro de Jeongin, cada acción y pequeña mueca que el menor hacía.

 Lo veía, lo miraba, lo observaba y su corazón se aceleraba cada día hora, minuto y segundo más, más que antes. El amor y la admiración que tenía hacia Jeongin se agrandaba mucho y no pareciera parar.

 Así eran sus días en la universidad, con Jeongin a una distancia prudente pero siempre en su mira, estando atento a él.

Solo pequeños cruces de palabras necesarios eran lo que tenían, pero cuando ambos se encontraban en el apartamento del menor, porque si Chan cumplió y no ha dejado de ir, era otra historia. Las charlas y risas fluían como agua en el río, horas y horas, cafés, tés, chocolatadas y unas cuantas masitas acompañaban siempre a ellos dos, y el brillo, el brillo que adornaba esos dos pares de ojos que se observaban era más radiante que el mismísimo sol y que cualquier estrella que ilumine el universo, porque ese brillo estaba lleno de amor.

 -Si hyung, te digo que los pingüinos tienen rodillas..- y ahí iba, uno de sus tantos debates con dos chocolates calientes de por medio, quizá hablaban de algo sin importancia pero cualquier tema fluía entre ellos.

 -Mmm Jeongin creo que esta vez te equivocas..- Chan sabía que no lo hacía pero de alguna manera amaba ver a Jeongin defender su postura y bueno también verlo enojado.

 -Chriiiiiiiiiis, mira ahora lo busco en google- rápidamente tecleando en su laptop lo encontro - aquí estaá, mire- y cuando Jeongin miro para su costado Chan estaba muy, demasiado al lado de él, tanto que con solo bajar un poco su mirada se encontraba con los labios del otro, tanto que sus respiraciones se mezclaban, tanto que Chan no lo resistió más y lo besó.

 Ambos ansiaban ese beso que los haría reencontrarse una vez más.

 Jeongin dejó la laptop a un costado de el y devoró con ansiedad los labios de Chris mientras que éste sostenía su cintura con una mano y con la otra acariciaba suavemente la mejilla de Jeongin.

 Un suspiro buscando respiración y de un momento a otro Jeongin se encontraba sobre el regazo del mayor con sus piernas en los dos lados y sus manos enredándose en los cabellos de Chan y dos manos se posaron en su cintura.

 Manos que Jeongin agarró y que aunque se estaba dejando llevar muy rápido sintió, lo sintió.

 Sintió ese anillo en el dedo anular de la mano derecha de Chan y todo paró.

 -Chris..

 -Si Innie... dime- Chan todavía se encontraba besándolo.

 -Seguís casado.

 Y con eso Chan también paró. Todavía con las manos en la cintura de Jeongin, apoyó su cabeza en el hombro de este y suspiró..

 -Si.. Lo siento.

 -A mi no me tienes que pedir perdón, vete.- lo dijo realmente cortante pero su corazón y su cuerpo no reaccionaban ante lo que decía, hasta que cayó en cuenta de todo y una lágrima se escapó- vete hyung..- a eso lo susurró ya estando sentado en el sillón lejos de Chan.


 Mientras que el ahora pelinegro solo tenía la cabeza baja, se había olvidado completamente de sacarse el anillo..

 -Jeongin..

 -No basta, basta de esto, ahí está la puerta.- trataba con todas sus fuerzas de no romperse y llorar frente a Chris, se le estaba haciendo imposible.

 -Me iré, si pero déjame verte..

 Y con una mirada le bastó para que su corazón se rompiera por haber dejado a Jeongin así.

- ∞ -

 Jeongin había roto su promesa, esa promesa que se había hecho hace unos años, de no llorar más por él. 


En este momento era un mar de lágrimas, uno gigante que se agrandaba más y más.

 Se dejó llevar, confió y pensó que el matrimonio de Chan había terminado, aunque también fue su culpa porque no preguntó, pero con que necesidad iba a preguntar si Chan no tenía el anillo? Lo engañó, de nuevo, una vez más.

 Solo en lo que ahora era su hogar se acostó en su cama y en posición fetal abrazó aquella camisa que tanto amó y lloró, lloró de nuevo una y otra vez y en ese momento extrañaba y necesitaba tanto un abrazo de su padre, el sentirse protegido, se sentía un niño herido, se sentía el joven de 17 años de aquella vez, pero esta vez y como esa vez se permitió sentir, se permitió experimentar de nuevo ese dolor, jamás volvería a reprimir sus sentimientos aunque lo lastimaran una y otra vez y la misma persona.. 

call me by your name 'CHANINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora