Cuando veo una madeja de estambre no aguanto la curiosidad. Me hace sentir como gato, o como niño pequeño.
Cuánto mide la cuerda?
Qué tan lejos puede llegar?
Puedo unirla a otros cabos?
Parece una locura.
Qué pasaría si la madeja está hecha un desastre?
Llena de nudos, desordenada, de cabeza, mal enrollada?
No importaría.
De igual forma haría lo necesario para desenvolver, paso a paso, nudo a nudo, cabo a cabo, el tiempo que requiere para ver una línea tan recta como una regla.
Si pudiera, haría que una sola cuerda recorriera todo el mundo. Ataría a ella cientos, miles, hasta millones de cuerdas nuevas por cada persona que me enseñara algo.
Sé que eso es imposible, o no?
Al menos quisiera que ese estambre fuera hilado con la dedicación y delicadeza, cual fino tapete. Al menos haría una manta para mí mismo; envolverme de pies a cabeza, o darla a alguien más para que la disfrute como yo
Así son las historias dentro de mi mente y mi corazón
