Las luces rojas comenzaban a marearlo, tenía su respiración agitada, no sabía cuántos pisos había subido ya, las piernas le dolían pero necesitaba llegar, necesitaba llegar al octavo piso. Empujó la gran puerta y el número 6 aprecia al lado de esta, se detuvo a tomar aire y recargarse unos segundos, su celular comenzó a sonar, con las manos temblorosas logró sacarlo de su bolsillo.
—Espero que entiendas la lección.–escuchó la voz de su padre al otro lado de la línea.—Te dije que esto no te traería nada bueno, Emilio, nos haz metido en problemas.
Tras la línea se escuchaban los quejidos, el corazón del joven se estrujó, las ganas de llorar lo invadieron de inmediato, pero no lo iba hacer, no le iba a llorar a su padre.
—Te juro que haré lo que quieras pero haz que lo dejen por favor.–fallo, la voz del joven se quebró y una lágrima logró escaparse.
—No creo que pueda hacer mucho Emilio.
—Distráelos, ya voy, estoy a nada de llegar.–Suplicó y comenzando a subir las escaleras de nuevo.—Casi llego al séptimo piso.–sonaba agitado, apenas y podía hablar.
—No se que pueda hacer por él.–respondió el hombre. Sin ninguna pizca de intención en ayudar a su hijo.
—Papá, por favor, no...–no pudo terminar la oración.
Disparo.
Silencio.
La llamada se cortó.El pánico invadió al delgado cuerpo del rizado, éste comenzó a subir los escalones de dos en dos, sentía que sus pulmones ardían, sus piernas dolían, un nudo se había instalado en su garganta y las lágrimas habían comenzado un recorrido por sus mejillas, sin mencionar el hoyo que sentía en su estómago. Llegó por fin al octavo piso, se acercó a la única puerta que se encontraba en ese lugar y la abrió. La figura de su padre se encontraba de espaldas, en el suelo, un gran charco de sangre, temblando se acercó a él, apretó sus ojos, no quería mirar, no quería ver al cuerpo desangrarse.
—Espero que sea la última vez que pase esto, hijo.–dijo el señor sin siquiera mirar a Emilio.—Necesito que tomes decisiones como lo que eres, el dueño de todo lo que he construido.–seguía con la mirada en el suelo, mirando aquel cuerpo sin vida.
Emilio se acercó aún más a su padre, evitando mirar el cuerpo el cual estaba desangrándose.
—Nos vemos.–esta vez el hombre se giró y dejó el arma en el pecho de Emilio, quien con manos temblorosas la tomó.
Las lágrimas de nuevo bajaron por su rostro.
—Joaquín.–apenas logró susurrar.
Hola wattpad, soy yo de nuevo 😔
Hace un buen que no escribía aquí , así que me he animado y les traje una historia emiliasca.Espero que sea de su agrado, bais, les tqm.❣️
Pd: le dejo spam de mi otra historia, besos.
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O' Hotel (Emiliaco)
Fanfiction-Dime que quieres Emilio ¿Qué quieres para poder tenerte feliz?-preguntó el hombre ya enfadado. -Algo que el dinero no puede comprar. -No existe nada que el dinero no pueda comprar, ya dime que es lo que quieres. Necesito a mi hijo de nuevo, te quie...