—¿A dónde iremos?–preguntó el menor en cuanto entraron a la recepción del hotel.—No tengo idea, la verdad cuando vengo a la ciudad solo me la paso encerrado en el hotel, ¿A que lugar te gustaría ir?
—Serán dos, están muy cerca de aquí.–respondió Joaquín con una sonrisa en su cara.
—Bien, entonces vamos a la habitación para que me de una ducha rápida.–el mayor le tomó del brazo para guiarlo a los elevadores.
—Mejor te espero aquí.–sugirió el castaño. Emilio solo asintió y rápidamente se dirigió hacia los elevadores para ir a su piso.
Después de unos minutos Emilio ya se encontraba de nuevo en la recepción, buscó a Joaquín con la mirada, le encontró recostado en uno de los sillones mirando su celular, se acercó y tomó asiento a su lado.
—Estoy listo, ¿A dónde me llevarás?
—Vamos a buscar que comer, ¿Qué te gustaría? Pueden ser elotes, churros, una nieve.
—Lo que sea esta bien.
—Bien, entonces andemos.–Joaquín se levantó y Emilio fue tras de él.
Ambos caminaron en la noche, guiados por las luces de las farolas y la luna siguiéndolos en cada paso que daban, la noche era fresca, haciendo notar que el verano estaba terminado y dándole la bienvenida al otoño.
—¿Tienes frío?–preguntó el rizado al notar que el menor cruzó sus brazos frente a su pecho.
—No, no, solo que mis manos se congelan demasiado rápido, les estoy dando calor.–río el más pequeño.
—Puedo darte mi saco si gustas, puedes poner las manos en los bolsos, están muy calientitos.–ofreció Emilio.
—Ahorita con unos churros y un café se me quitan.–fue lo único que respondió y continuaron con su caminata.
No tardaron demasiado en llegar al lugar, una plaza con un gran Kiosco en el centro, varias partes de aquel lugar contaban con áreas verdes, grandes árboles y varios puestos en la aceras por donde la gente se paseaba a observar la variedad de alimentos que ofrecían o la variedad de accesorios que se vendían. Había bancas distribuidas por toda la plaza y unas cuantas edificaciones bastante rústicas se levantaban por algunos lados del sitio.
—¿Qué vas a querer?–Emilio miró alrededor, observando los puestos.
—¿Qué me recomiendas?
—Un elote preparado o un vaso con varias papas de chile, sabe delicioso.–parecía que al más joven se le había hecho agua la boca con tan solo pensar en eso.
—Compraré ambos.–sonrió el rizado.
Primero se dirigieron al puesto donde Joaquín se compró sus churros, después de eso pasaron al puesto de enseguida donde vendían esos vasos que parecían gustarle tanto al castaño y también contaba con elotes preparados. Emilio pidió ambos y mientras le preparaban el elote, tomó el vaso y se lo extendió al mancebo.
—Prepáralo a tu gusto, sorpréndeme.–guiñó y volvió su atención a su elote.
Joaquín tomó el vaso con papas y comenzó a prepararlo, echándole distintos tipos de salsas, mucho limón y un poco de clamato, por otro lado a Emilio ya le habían entregado su elote, por lo que se quedó mirando como el menor preparaba aquello con una concentración mientras tragaba saliva.
—Listo.–dijo segundos después para así entregarle el vaso a Emilio.—Es mejor que te comas tu elote rápido para que no se te remojen las papas.–el rizado asintió y comenzó a darle mordiscos a su elote.—Ven, vamos a sentarnos.–ambos caminaron hacia la banca más cercana y tomaron asiento.
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O' Hotel (Emiliaco)
Fanfiction-Dime que quieres Emilio ¿Qué quieres para poder tenerte feliz?-preguntó el hombre ya enfadado. -Algo que el dinero no puede comprar. -No existe nada que el dinero no pueda comprar, ya dime que es lo que quieres. Necesito a mi hijo de nuevo, te quie...