Los tres hombres se encontraban en el pequeño elevador para el servicio. Mario cargaba con el una tabla donde tenía enganchada la hoja de las habitaciones que revisarían.
Bajaron del elevador y se acercaron a la primera puerta.
—Joaquín, tú revisa las 304, estaré revisando la 302.–el hombre le entregó una tarjeta al más joven y este asintió tomando aquel plástico.—Emilio, tú vienes conmigo.
Estaban apunto de tocar la puerta para revisar la habitación cuando el walkie-talkie de Mario sonó.
—Treinta y seis adelante.–respondió el hombre.
—Mario, necesitamos que prepares una habitación para paquete romántico.–hablaron del otro lado.
—¿Para qué sirve que les enseñe como armar cisnes con toallas si me van a llamar cada que necesiten armar un paquete romántico?–se quejó.
—Ándale, a nadie le quedan como a ti.–habló la mujer.
—Bien, ya voy para allá.–apagó el aparato.—Bien, estoy con prisa y necesito que primero aprendas lo esencial Emilio.–habló apresurado el de canas.—Así que Joaquín te enseñara cómo revisamos una habitación y para la próxima los llevo a ambos a aprender hacer cisnes con toallas.–rió.—Joaquín en cuanto pases las habitaciones vas y checas si se pasaron a la computadora, tú Emilio, en cuanto Joaquín te muestre todo podrás irte a tu habitación.
El hombre hizo entrega de la tabla con la hoja de habitaciones que tenían que checar y se marchó rápidamente por el elevador de servicio.
—Bien, entonces entremos primero a la habitación 302.–sugirió el más joven.—Aquí dice que esta habitación está desocupada, pero aún así tenemos que tocar, por cualquier cosa. ¿Puedes tocar la puerta?
Emilio negó.
—Vamos, en algún momento tendrás que hacerlo.–insistió el castaño.
—Me parece tonto tener que tocar la puerta cuando ahí claramente dice que esta vacía.
Joaquin ignoro las palabras del mayor e hizo lo que anteriormente le había pedido a Emilio, tocó la puerta con sutileza tres veces y después de eso pronunció "Supervisión, buenas tardes." Como era de esperarse, no obtuvo respuesta, por lo qué pasó la tarjeta y abrió la puerta, pasando primeramente al baño.
—Tenemos que ver qué no se vea húmero, que cuente con las toallas correctas, que tenga jabón, papel, no haya pelos.–informó el castaño.
—Si, si, ya he visto esto antes.–dijo Emilio restándole importancia a las palabras del más joven.
—En la cama tenemos que ver qué no haya cabellos tampoco, revisamos debajo de la cama, los cajones, que esté todo ordenado, que esté el control de la televisión.–Joaquín hablaba mientras observaba lo que iba indicando, agachándose, parándose, abriendo cajones, observando el closet.—¿Qué haces? Deja ahí.–regañó al rizado.
—¿Qué pasa? Ni que se fueran a dar cuenta que falta un chocolate.
—Yo si me doy cuenta, por favor deja ahí.–Emilio hizo caso y dejo el dulce en donde estaba.—Pasa la habitación, esta limpia.–le ordenó.—En el teléfono marca gato y el número treinta y dos.–Emilio hizo lo que se le indicó.
—¿Ya?
—Listo. ¿Qué pasa cuando una habitación esta ocupada? ¿Hacen el mismo chequeo?
—No, si la habitación está ocupada pero el huésped no se encuentra, solo vemos que el baño tenga lo necesario y la pasamos, evitamos estar demasiado tiempo en la habitación y si esta ocupada y el huésped está en ella, normalmente nos atiende y le preguntamos si necesita algo.–Emilio solo hizo un "aahhh" y siguió al castaño quien iba saliendo de la habitación.
Estuvieron observando las demás habitaciones, hasta que por fin terminaron con la lista que Mario les había encargado, rápido bajaron al sótano para pasar toda la información a la computadora. Joaquin le explicó al heredero de aquel hotel, como era que se pasaba la información. Lo que restó de las horas de prácticas de Joaquín se pasaron rápido, pues el joven se extendió con las explicaciones e indicaciones de lo que tenía que hacer, entre él y Emilio estuvieron atendiendo llamadas, observando las habitaciones que iban ocupándose en el transcurso de las horas y las que iban desocupándose igual hasta que unos golpes en la puerta los interrumpieron.
—Joven Emilio, sigue aquí.–habló Miriam mientras entraba a la pequeña oficina.—Y tu corazón ¿No piensas ir a comer? Hace media hora inicio tu hora de comida.–Joaquín miró la hora en la pantalla del aparato y se levantó de la silla.
—Seme ha pasado por completo. Creo que ya me iré.–caminó hasta la puerta.
—Nos vemos mi niño.–se despidió la mujer.
—Te acompaño hasta el comer.–Emilio salió tras del más joven.
—Pero está del lado contrario a donde tienes que ir tú.
—No importa, te acompaño.–Emilio comenzó a caminar, rápidamente Joaquín se incorporó. Cuando llegaron al comedor Emilio se quedó parado.
—¿No quieres entrar?–ofreció Joaquín.
—Solo podemos comer una vez y mi hora de la comida ya pasó.
—Perdón por entretenerte tanto, hice que te quedarás horas extras.–se disculpó el joven quien estaba un tanto apenado.
—No importa, aprendí muchas cosas.
—Bien, bueno, creo que entraré a comer.
—oh, si, ahora soy yo quien te quita tu tiempo, te dejo. Nos vemos.–se despidió con la mano y camino hasta el elevador.
Joaquín entró al comedor y solo se sirvió el postre, le quedaban tan solo 20 minutos de comida.
—¿Qué fue eso?–preguntó su amiga, quien estaba devorando su comida.
—¿Qué fue eso de qué?–Joaquín tomó un pedazo de choco flan.
—Tu hablado con don mamon.–Graciela le hizo un gesto hacia la dirección donde antes había estado Joaquín hablando con Emilio.
—Pues resulta que don mamon no es tan mamon al final de todo. Creo que hasta me agrada.
Joaquin dijo aquellas palabras como si no fuera la gran cosa, restándole importancia a aquel afecto de agrado que estaba sintiendo por Emilio, quien, si, era una persona reservada y un tanto fastidioso, había cambiado su forma de pensar hacia el mancebo y con ello, su actitud y comportamiento hacia el, pues claro que Joaquín resultó ser una caja de sorpresas para el mayor, demostrando ser una persona madura y dedicada a lo que hace, en verdad se notaba su pasión hacia lo que hacia, cosa que de cierta forma logró llamar la atención del heredero de aquel hotel.
Qué onda gente?
Siento que no actualizo desde hace un buen pero es que hice otra historia y pues paso a decirle que esta en mi perfil, se llama hotel California y ya está terminada, por si gustan leerla, después de esa promoción me despido y les mando unos becerros, nos leemos luego:)
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O' Hotel (Emiliaco)
Fanfiction-Dime que quieres Emilio ¿Qué quieres para poder tenerte feliz?-preguntó el hombre ya enfadado. -Algo que el dinero no puede comprar. -No existe nada que el dinero no pueda comprar, ya dime que es lo que quieres. Necesito a mi hijo de nuevo, te quie...