Campanas a Medianoche (Riren)

IX

Hoooola nuevo cap!

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Los golpes incesantes no se habían detenido ni por un instante, ya eran cerca de las diez de la noche y Levi podía jurar que aquellos se habían vuelto casi bestiales. Eren se lo había tomado con muchísima calma una vez que él se decidió por ignorarlos, aunque de cierta manera no lo había hecho del todo.
Recalentaron la cena y en silencio ambos disfrutaron de ello, pero cuando se había decidido finalmente preguntar lo que realmente sucedió con los padres del castaño, muy pronto los golpeteos se extendieron hacia sus ventanas.

—Los golpes están en su mente señor Levi, intente no oírlos o realmente terminará loco.

—¿Cómo dices? ¿Quiénes son ellas? ¿Por qué no debo abrir?

Eren suspiró y llevó los platos vacíos hacia la cocina, luego a su regreso volvió a tomar asiento a su lado y carraspeó un poco.

—¿Usted puede verlos no es verdad? A los muertos.

—Claro que no, es solo que... es algo de mi mente. No sé porqué ni de donde sacaste que puedo verlos.

—¿Por qué cree eso?

—Porque los muertos no están aquí ellos... ellos...

Eren acercó un poco más la silla hacia el mayor y luego sonrió levemente, sus ojos se perdieron por unos segundos, entre sus pensamientos, sin embargo pronto volvió a recobrar la compostura.

—También puedo verlos—. Anunció entonces —es por eso que las personas de aquí me rechazan continuamente, cuando estuve en la iglesia de pequeño, las monjas fueron culpadas de brujería por lo cual creían que también los niños de allí estaban malditos.

Levi se contuvo antes de hablar, sabía por experiencia que la mayoría de las veces, las personas se retractaban de lo que decían cuando, sin pensarlo, alguna pregunta caía sobre lo que estaban diciendo, al menos, escucharía en silencio hasta que Eren le permitiera hacerlo.

—Éramos tres en ese tiempo, no recuerdo sus nombres y tal vez no podría reconocerlos de inmediato si los viera ahora; ambos se fueron lejos de aquí—. Eren juntó sus rodillas y pronto las abrazó con fuerza —El primero murió mientras dormía, lo enterraron durante la noche en el jardín. El segundo escapó, estuvo días escondido en la aldea sin saber qué era lo que debía hacer, lo encontré una tarde de los primeros días en los que Grisha me había sacado de allí. Él estaba llorando, en el granero que está detrás de mi casa, tenía entre sus manos un pájaro pequeño que había sido su compañero desde que se había largado de la iglesia. Recuerdo que le pregunté que estaba pasando y él me contestó que estaba lastimado, que no podía dejarlo así porque moriría— se detuvo unos segundos y sonrió, Levi podía jurar que llevaba demasiada melancolía en ella —Entonces señor Ackerman, el niño hizo algo increíble. Juntó sus manos sobre el animal y pronto salió a vuelo, no podía creerlo, porque había revisado el pájaro minutos antes y una de sus alas estaba destrozada, sin embargo lo hizo, voló.

—¿Qué ocurrió entonces?— se animó a preguntar.

Eren elevó una de sus cejas y sus ojos verdes se posaron sobre los suyos, solo bastaron tres minutos de reloj para que volviera a hablar.

—Le dije que huyera, que saliera de Fogtown y no regresara. Temí por su vida y lo que podrían llegar a hacerle si descubrían algo así. Lo hizo en realidad, esa misma noche logré acompañarlo hasta cerca del bosque y él se fue sin mirar atrás, no sé lo que ha ocurrido después de eso. Luego empecé a verlos, a los muertos. Al principio lo tomé como un juego, hasta la noche en la que los golpes comenzaron. Nadie parecía oírlos en casa, pero me atreví a abrir la puerta viendo que nadie lo haría. No podría explicar lo que he visto, pero fueron ellas los que se llevaron a Zeke.
Quise decírselo a mis padres, pero solo creyeron que estaba tratando de darles una broma de mal gusto, y entonces cada vez que ellas regresaban, si llegaba a verlas por tan solo unos segundos, alguien de Fogtown desaparecía. Por eso le he advertido que no lo haga, no sé qué es lo que quieren pero cuando lo ví a usted por primera vez, supe que podía llegar a ocasionar lo que yo mismo hice años atrás.

—¿Cómo te enteraste de que puedo verlos?

—He visto a la mujer que ha llegado con usted, señor Levi. Y su presencia no es algo bueno, debe deshacerse de ese lazo lo antes posible, trataré de ayudarlo si me lo permite...— de pronto sus ojos viajaron hacia el reloj de pared, eran las doce en punto, se cubrió sus oídos con ambas manos mientras su rostro se contraria de dolor —¿No las escucha?

Levi lo miró preocupado y luego cayó en cuenta que los golpes se habían detenido por completo, sus manos viajaron hacia el rostro del joven que ahora mostraba en sus grandes ojos verdes lágrimas que amenazaban por escapar.

—¿Qué debería oír Eren?

—Las campanas, es tan doloroso...

El cuerpo del castaño perdió la rigidez que poseía y pronto se desplomó entre sus manos, intentó despertarlo por varios minutos pero el muchacho había perdido la consciencia. Con cuidado lo levantó entre sus brazos y terminó recostándolo sobre el sillón, se quedó a su lado, preocupado y repasando lo que Eren le había contado. Tal vez no había sido correcto ir hacia Fogtown, pero ahora, viendo el rostro golpeado del joven pensó que tampoco sería lo mejor abandonarlo a su suerte. No sabía cuánto tiempo se había mantenido despierto a su lado, pero cuando el sueño comenzó a invadirlo y estaba a punto de caer en las penumbras, escuchó con claridad, la última campanada de la noche.