XXVI

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Hooola seguimos con el maratón 4/5

Muuuuuuy poco para el final 😱

Como siempre espero que lo disfruten y si les gustó dejen sus votitos y comentarios ❤️❤️🙌

Si ven errores, por favor avisen.

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Levi sentía que esa noche era más fría que cualquiera que hubiese pasado antes, estaba demasiado nervioso y por ello no dejaba de caminar por el comedor mientras Eren terminaba de colocarse una de sus camperas.
Fisher no había aparecido por más que la hubiesen llamado, y solo una opción era posible para aquellos momentos.

Intentarían llegar hasta el linde del bosque y hacerla enfadar, ambos sabían que a la mujer no le agradaba la idea de que pudiesen salir de Fogtown, por lo tanto simularian que se escaparían, aunque realmente no pudiesen hacerlo y verían como último recurso si Fisher aparecía ante ellos como la última vez.

Faltaba muy poco para la medianoche, así que ambos se apresuraron a salir de su casa rápidamente. El vapor salió de sus bocas en cuanto lanzaron un gran suspiro en medio de la noche fría, la niebla era espesa y como en las anteriores experiencias por las que Levi atravesó fuera de su morada, no se oía y se podía ver muy poco.

Sintió que su valentía se escapaba de su cuerpo cuando notó la primer figura en la oscuridad, sin embargo la calidez de la mano ajena sujetar la suya con fuerza, lo hizo volver a la realidad. Estando con Eren nada malo pasaría.
El joven tomó un poco la delantera, ya quien era el que mejor se guiaba en medio de la niebla, ante el silencio atroz y sus pasos presurosos la voz del castaño llegó a él.

—¿Qué hacía cuando vivía fuera de Fogtown?

Levi miró al muchacho confundido, pero Eren no lo hacía. Sintió la presión incrementarse en su mano y entonces entendió que si no era para calmarlo a él, lo hacía por si mismo.

—También trabajaba como psicólogo, pero tenía mi propio consultorio en la ciudad. Había pacientes fijos como otros que jamás regresaban.

—¿Y su hogar? ¿Su familia?

—Vivía solo, bueno, tengo un gato. Se llama Rufus, lo dejé al cuidado de una amiga y si me gustaba este lugar iría a buscarlo pero... bueno, se pondrá feliz cuando regrese. Mis padres viven en Filadelfia, los veo en las fiestas y a veces hablamos por teléfono, pero ya no es tan frecuente como antes.

—¿Crees que les caeré bien?

Levi sintió que su corazón latía desbocado, por supuesto que lo amarían, Eren era de aquellos que se hacían querer sin siquiera decir una palabra, así lo había sentido él, la primera vez que lo vio.

—Por supuesto, te gustará la ciudad y también te llevarás bien con mi familia, de eso no hay duda.

Eren le enseñó una sonrisa y pronto cambió su curso.

—Las estoy esquivando, no se preocupe—. Luego guardó silencio por unos minutos y continuó —¿Sus pacientes eran raros como los que tiene aquí?

—Algunos eran peores.

Eren largó una risita contagiosa y pronto Levi lo acompañó también, el ambiente tenso que se había formado parecía desvanecerse con el correr de los minutos.

—Pero, había una en especial que me gustaba—. Luego al ver la curiosidad y un poco de molestia en los ojos del contrario, aclaró —No de esa forma, era una niña con muchos problemas, pero al pasar al consultorio solía sonreir todo el tiempo, le gustaba pasar tiempo allí y a mí me gustaba escucharla.

—Tuvo que dejarla para venir aquí, debe haber sido difícil.

Levi suspiró y muy pronto volvió a tensarse. Se dio cuenta de lo mucho que extrañaba a sus antiguos pacientes, su hogar, su gato y sobretodo a la niña. Pero ahí entraba Eren, estaba seguro que por fin, aquello que tanto lo había deseado desde un principio, el volver, no estaría completo sin él. Sintió la presión de la mano contraria y sus ojos volvieron a enfocarse al frente, se encontró con el linde del bosque.

—Bien, estamos aquí—. Anunció Eren.

Esperaron alrededor de cinco minutos, un viento fuerte se había levantado, pero no había ninguna señal de Fisher ni de los demás espíritus. Sus manos aún seguían sujetas, y sus miradas nerviosas seguían recorriendo el perímetro.

—Tal vez deberíamos intentar llegar al bosque ¿No?— preguntó Eren en un susurro —La última vez, volvió cuando quisimos salir.

—Sí, tienes razón— tomó con más fuerza su mano y suspiró —¿Ahora?

—Ahora.

Eren comenzó a reír en cuanto echaron a correr como desquiciados por el poco camino que les quedaban hasta el linde, ambos cerraron sus ojos y Levi se quedó estático apenas saltó. Esperaba el golpe, esperaba la pared invisible que lo había detenido unos días atrás, pero jamás llegó.

—¿Levi?

Escuchó la voz de Eren, parecía lejana, abrió sus ojos sobresaltado y se encontró al lado de uno de los árboles, se giró bastante asustado y descubrió que el joven se encontraba con sus manos extendidas. Estaba del otro lado del bosque, aún sobre el césped de Fogtown. Parecía aterrorizado, sus manos se movían y cuando él intentó alcanzarlo, se encontró con ese muro invisible que de algún modo había cruzado.
Su pulso se aceleró y comenzó a buscar algún hueco por el cual hubiese sido lo más lógico para poder salir.

—¡Eren! ¡Detrás de ti!— el joven no parecía oírlo y con toda la desesperación que estaba abrumando su cuerpo pudo señalar a Fisher que se encontraba detrás de Eren.

El muchacho se giró tembloroso mientras que Levi le gritaba a la mujer que se detuviera. Fisher estaba demasiado furiosa, sus ojos negros no se enfocaban más allá que en la figura del contrario, dejó ver sus dientes y gruñó como cuando había echado a las otras mujeres, avanzó con rapidez hacia Eren, que intentó ponerse a salvo, sin embargo la mujer lo alcanzó antes de cualquier movimiento que hubiese podido hacer.
Eren cayó sobre el césped e intentó soltarse del agarre de la mujer, sin embargo Fisher le jaló los tobillos y ante los gritos del joven y del psicólogo comenzó a arrastrarlo de nuevo hacia la niebla, otra vez hacia el pueblo.

Levi golpeó el muro una y otra vez, mientras que sentía que su garganta quemaba hasta perder el nombre de Eren en la nada misma. Sintió sus lágrimas bajar por sus mejillas y pronto sintió que la presión que le impedía volver al pueblo se desvanecía.

Sus pies se movieron solos, y pronto se encontró corriendo por el camino de tierra de Fogtown, escuchaba que Eren seguía gritando su nombre y guiado ante su voz terminó pasando varias casas. Se detuvo delante de la escuela, ya no podía oírlo, y aquello lo estaba destrozando.

—¡Eren! ¡Fisher vuelve aquí!

Y entonces la vio, la mujer estaba en la entrada de la institución, las puertas estaban cerradas, Eren no se veía por ninguna parte. El brazo extendido de Fisher le incitaba avanzar. Levi miró a la mujer y pronto estuvo perdiéndose en la oscuridad de aquel viejo edificio.

Campanas a Medianoche (Riren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora