Capítulo 12

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Eran las nueve de la mañana, quería levantarme para salir a correr, ya que los últimos días solo pude salir una vez y al final acabo mal.

En Madrid. Todos los fines de semana salían a correr por la mañana y los días de diario por la tarde. Era una forma que tenía de relajarme, tener la mente en blanco y olvidarme de lo mal que lo pasaba día a día. Al principio solía salir por mi barrio pero a medida que pasaba los días empecé a salir por el bosque. Y cada vez que iba me sorprendía la tranquilidad, paz y la buena energía que me trasmitía.

Pero cuando llegue a Selencia, fue todo lo contrario, me sentía incómoda y la energía que me transmitía no era nada buena. Al principio lo pasé por alto, pero cuando me enteré de los asesinatos, todas mis sospechas se confirmaron. A eso se le sumaban, las notas que me mandaban, la casa del bosque y las advertencias de Bruno.

Salí de la habitación y me encamine a la cocina. Cuando entré vi que Tom estaba desayunando un café y unas tostadas

- Buenos días - dije acercándome a el frigorífico, y cómo era de esperar no me contestó.

Ayer, cuando me dijo que tenía que hablar conmigo en la cocina, empezamos a discutir sobre Bruno.

Según él, yo no debía fiarme de él, porque no lo conocía de nada y por qué era amigo de Alison, la cual emborrachó a Tom. Yo le dije que él era buena persona y que no debía juzgar sin conocer y de ahí empezó la discusión.

Por suerte al volver al salón Bruno me dijo que se tenía que ir porque tenía que cuidar a su hermana pequeña. Cuando se fue, Tom salió disparado a la habitación y no me habló durante toda la noche.

Cuando me puse a desayunar le pregunté:

- ¿Vas a seguir enfadado hasta que te vayas o qué? Pareces un niño pequeño

Levantó la mirada y clavó los ojos azules en mí

- Vete a la mierda, ya sabes porque estoy enfadado y tranquila que no me pienso quedar callado hasta que me vaya

Solté un suspiro de alivio

- Porque me voy mañana mismo - dijo Tom mientras se levantaba para salir de la cocina

¿Qué? ¿Estaba de broma? El no se podía ir, llevaba sin verlo mucho tiempo y por una vez que venía a verme, se iba a ir antes de tiempo

Salí de la cocina y me fui para ir a la habitación de invitados, cuando entré, le vi que estaba haciendo las maletas.

- No te vas a ir - dije mientras cogía unas camisetas de la maleta y las dejaba en la cama

- ¿Acaso eres sorda? - replicó

- ¡Tom, tampoco fue tan fuerte la discusión de ayer, tenemos que solucionarlo!

- Lo intenté solucionar, pero tú no entras en razón

- Tú también tienes que entenderme, además de que no solo este enfadado por eso, antes de que viniese Bruno a casa, estabas muy serio conmigo. Así que ahora mismo me vas a decir que te pasa

- Solo fue la discusión - resopló

- No me lo creo, dime la verdad

- Esa es la verdad. Si no te lo crees, no es mi problema - dijo cogiendo las camisetas del armario y colocándolas en la maleta

- ¡Que me digas la verdad! - exclamé

- ¿Quieres que te la diga? - preguntó furioso

- Sí - dije en un susurro

- Ayer, cuando tu madre nos llamó para decirnos si habíamos tomado drogas o alcohol, cosa que al final averiguamos que fue Alison. Tu madre te dijo que no quería que los vieras más, tú te enfadaste y dijiste:

¿QUE QUIERES? QUE ME QUEDE SOLA COMO ANTES, SIN NADIE A MI LADO ¿ESO ES LO QUE QUIERES? Cuando dijiste eso me sentó como una patada en el culo. ¿Enserio te sentiste sola? ¿Enserio no sentiste que yo estaba a tu lado? Lo pasé fatal cuando me contabas lo mal que lo pasabas en ese maldito instituto, lo pasaba fatal cuando yo no podía hacer nada por evitarlo. Todavía me siento culpable por todo lo que te paso. Y cuando ayer dijiste eso, me sentí la peor persona del mundo.

Cuando terminó, no sabía que decir. No podía reprocharle nada, me acordaba perfectamente de lo que dije. Y entendía su enfado, se que el también lo pasaba mal pero no sabía que lo que le dije en la cocina le afectaría tanto. Ahora mismo me sentía una egoísta, por no darme cuenta de lo que le pasaba a Tom y solamente pensar en mí. Pero lo que dije ayer no era cierto, solo lo dije porque estaba enfadada

- Tom, respecto a lo que dije ayer, no era verdad. Solo lo dije porque estaba enfadada, yo no lo sentía así. Tú has estado para mí siempre y nunca me he sentido sola o por lo menos contigo no

- Marta, ahora mismo tengo que pensar, me iré a dar una vuelta para despejarme. Volveré en una hora

- Vale, cuando vuelvas tengo que contarte una cosa - dije saliendo de la habitación.

Iba a contarle lo de los mensajes, tenía que saberlo. Siempre nos contábamos todo y eso no iba a ser excepción. Mientras iba de camino a la habitación, sentía que algo malo que iba a pasar, estaba incomoda y tenía ganas de llorar, seguramente era por lo que había hablado con Tom en su habitación. Cuando me tumbe en la cama, sentí como el sueño se apoderaba de mí, hasta que caí en un sueño profundo.

Estaba de camino a la casa del bosque. Al llegar, la chica que vi la noche que me desmaye, estaba ahí. Lo único que cambiaba era en la postura en la que estaba. Ahora estaba de pie, podía observar sus arañazos, los golpes y su rostro. Tenía un largo cabello de color marrón, sus ojos eran de color verde. Sus nudillos y sus rodillas estaban llenos de sangre. Sus arañazos estaban por sus piernas y brazos.

- Necesito tu ayuda - dijo con una voz ronca

- Ahora mismo llamaré a un medico - dije sacando el móvil del bolsillo trasero del pantalón

- No necesito ese tipo de ayuda, solo necesito estar en paz

- ¿Y qué ayuda necesitas?

- Necesito que encuentren mi cuerpo, llevo enterrada mucho tiempo y debo pasar al otro lado.

- Marta despierta, son las 11:30. ¿Por cierto sabes dónde está Tom? - preguntó mi madre

- Se fue esta mañana sobre las diez menos cuarto ¿Todavía no ha vuelto?

- No, llámale. ¿Por qué se ha ido?

- Yo... El y yo discutimos, entonces se fue a dar una vuelta pero me dijo que volvería en una hora. Voy a llamarle

Cogí el móvil. Marqué su número, pasó varios segundos y me salió el contestador

- Mamá, me sale el contestador - dije poniéndome nerviosa

- Tranquila, tendrá el móvil apagado o se le habrá agotado la batería

- Será eso, Igualmente voy a seguir llamando.

Había pasado dos horas y Tom no cogía el teléfono. Estaba llorando y mi corazón cada vez latía más rápido, estaba nerviosa y angustiada

- Mamá sigue sin cogerlo

- Marta, ponte los zapatos. Nos vamos a comisaría a informar sobre la desaparición.

Las lágrimas no cesaban. Pero a mí lo único se me repetía en mí mente era una cosa y es que: Tom había desaparecido.

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Algo extraño [COMPLETA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora