Capitulo 43

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-Desde luego, ninguno de los dos hemos tenido una vida fácil- me acerca más a él y me besa la coronilla de la cabeza

-Me supongo que eso nos hace mas fuerte- me encojo de hombros

-Claro que si- dice y me abraza más fuerte

-En ese orfanato... ¿fue donde conociste a Amaya?

-Sí, me acuerdo que al principio ninguno de los dos nos soportábamos, luego nos dimos cuenta que los dos teníamos más cosas en común de lo que imaginábamos- se ríe

-¿Qué le pasó a ella?- interrogo

-Sus padres fallecieron cuando era pequeña y ya sabes todo lo demás-responde apenado

Me mira y de pronto empieza repartir besos por todo mi rostro haciendo que me ría.

-¡Para ya!-exclamo riéndome

-¡Estas congelada!- mira mis labios y se acerca a besarme pero giro la cara provocando que sus fríos labios rocen mi mejilla

-No debes hacer eso, tienes algo con Zaida y me voy a interponer en nada de eso

-Yo no tengo nada con Zaida- se defiende

-Pero el otro día os besasteis...- digo pero me interrumpe

-No, ella me besó yo no la besé a ella

-Igualmente me tengo que ir, me estoy congelando aquí fuera- me levanto y me despido de él.

Lo primero que hago al llegar a casa es cenar, no me había dado cuenta del hambre que tenía hasta que le he pegado el bocado a la tortilla de patata.

La casa esta vacía, mi madre está trabajando y mi padre había salido hace cinco minutos para sacar a Scofield.

Cuando he terminado de ponerme el pijama y de recoger el plato de la cena. Aprovecho para leer y revisar el mensaje que me había llegado mientras esta vistiéndome.

ÁLEX:

Marta, mañana debemos hablar por la tarde, he encontrado un par de cosas en el móvil de Zaida. Descansa

YO:

¿Es algo malo?

***

El hombre deposita todo las herramientas en la bandeja de aluminio. El cuerpo sin vida de la mujer sigue atado. La sangre de las heridas y apuñaladas que ha recibido se desliza por todo su cuerpo, formando un gran charco de sangre en el suelo.

La desata, provocando que el frágil cuerpo caiga encima de él. El señor la sujeta y sin compasión alguna la deja en el suelo, se aleja de ella y coge una vieja manta llena de polvo y suciedad.

La extiende por el cadáver y como si no le costara el más mínimo esfuerzo levanta el cuerpo y desaparece por la puerta. 

La pesadilla de ayer fue de lo más desagradable, aquel señor no mostraba compasión alguna de lo que le hacía a su mujer. ¿Como alguien podía estar tan mal psicológicamente hablando?

Al ser sábado, todo era más tranquilo, no tenía que ir a hacer el trabajo falso al ayuntamiento ni tampoco ir clase. Ya iba de camino a una cafetería que había cercana a la iglesia.

Grandullón estos últimos días está un poco más inquieto de lo normal y eso que lo he sacado a pasear más a menudo.

Llego a la cafetería y veo a Alex sentado en una de las esquinas del establecimiento esperándome con un humeante café, me saluda y me siento con él.

Algo extraño [COMPLETA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora