Contract |Seungyoun|

El trato

Aparte del incidente del café el resto del día fue más tranquilo, después de la reunión solo tuve que quedarme un rato más en la oficina. Ahora estaba de vuelta en mi casa sin saber con qué vestirme para ir a conocer al hombre que se haría pasar por mi novio. Opté por algo cómodo y no demasiado formal, vaqueros, blusa y chaqueta. Salí de mi apartamento con las piernas temblando y llegué algo temprano al lugar donde nos habíamos citado. Me senté en una de las mesas y pedí una copa de vino blanco. La hora se acercaba y mi respiración se volvía errática, qué pasaría si el chico no daba el perfil. Una mano se posó sobre mi hombro sobresaltándome.

-¿Eres Chaewon?

Me giré para mirarle cara a cara y entonces ambos nos quedamos con la boca abierta.

-¿Eres la del café?

-¿Eres el del café de esta mañana? -ambos dijimos al unísono.

De entre todas las personas de este planeta tenía que dar la casualidad de que era él. El destino jugando sus cartas de nuevo. Me reí por ello y el chico me miró extrañado. Yo volví a reír.

-¿Pasa algo?

-No, es solo que toda esta situación es graciosa por si sola.

-Supongo que el destino es divertido a veces.

-Sí.

Por primera vez en la noche observé al chico, casi examinándolo. Era joven, muy joven probablemente universitario. Eso era malo. Yo nunca me fijaría en alguien así, además mi familia no lo tomaría en serio. Probablemente tuviera unos cinco años menos que yo. Por qué todo tenía que salir mal.

-¿Has terminado de examinarme o me tumbo sobre la mesa? -su sonrisa chulesca era atractiva.

-Lo siento, es solo que eres muy joven.

-¿Es un problema?

-Sí, ¿cuántos tienes?

-Veintitrés.

-Mierda, yo casi veintiocho.

-¿Cuál es el problema?

-Estás en la universidad.

-En mi último año. Mira, ahora no puedes echarte atrás, he cancelado todo mi horario por ti y necesito el dinero.

-No, no hay vuelta atrás, mi familia ya sabe que he conocido a alguien.

-Veo que no has perdido el tiempo -me miró con su ceja alzada y esa sonrisa de nuevo.

-No tenía alternativa.

Ambos nos sentamos en la mesa y pedimos al camarero. El momento era algo incómodo pero había algo en el chico que me tranquilizaba.

-Bien, solo tengo tres reglas, son algo así como normas inquebrantables. La primera, nada de involucrar sentimientos, queda prohibido enamorarse y ese tipo de cosas, esto es un negocio mutuo -asentí-. Segunda, queda totalmente prohibido mantener relaciones sexuales, eso siempre complica las cosas. Y por último, se hará todo lo necesario para que esta mentira salga adelante, incluidos besos o cualquier tipo de muestra de afecto. Me tomo muy en serio mi trabajo.

-Sí, será eso.

-¿Crees que esto es un juego para mí?

-No lo sé.

-Esto se me ocurrió junto con mi mejor amigo, ambos necesitábamos dinero para pagar nuestros estudios y esto fue lo mejor que se nos ocurrió. Pero a pesar de que para muchos es algo así como prostituirme a mi me gusta pensar que ayudo a otras personas. No hago esto para ligar ni para encontrar chicas, lo hago porque quiero terminar mis estudios, no todos hemos tenido una vida fácil.