La llamada

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El sol brillaba con alegría para ser principios de diciembre. Los rayos cálidos se filtraban por el gran ventanal de la cafetería en la que me encontraba tomando café con mi hermana. Estaba algo distraída intentando escuchar algo de la historia de mi hermana y su ligue con un moreno el fin de semana pasado.

-Deberías venir la próxima vez.

-Sí.

-Y quizás puedas subirte desnuda a bailar en la barra.

-Estaría bien.

-¿Me estás escuchando?

-¿Eh? Perdona. Estos días estoy en mi mundo.

-Es por Hangyul ¿cierto?

-Mamá y papá quieren invitarlo a pasar con nosotros la nochebuena -la risa de mi hermana resonó en la cafetería.

-Me dijeron que querían invitarlo pero no esperaba que lo hiciesen de verdad.

-Ya los conoces, y sabes que no van a parar hasta que nos vean juntos de nuevo.

-Eso no va a pasar, ese tío fue un completo gilipollas contigo, no se merece ni que lo mires

-Gracias. Al menos se que a ti te tengo de mi lado estas vacaciones.

-Deberías salir, conocer a alguien.

Por unos minutos me había olvidado de ese anuncio pero esta conversación me hizo tenerlo más presente que nunca. Conocer a alguien, no quería conocer a nadie. Ahora mismo estaba bien sola, concentrada en el trabajo y en mis cosas, no necesitaba complicar mi vida con un chico. Por ello la opción más factible era contratar a ese chico.

-No quiero conocer a nadie.

-Eres muy negativa, si es por Hangyul...

-No es por él, estoy conociendo a alguien -mierda.

-¿QUÉ? ¿Y no me lo has contado?

-Bueno, no es nada serio aún, solo nos estamos conociendo.

-¿Cómo es él?

En ese instante me arrepentí de abrir mi bocaza. Ni siquiera había conocido aún al chico, podría no encajar en mi perfil o incluso no tener tiempo para aceptar el trabajo que tenía para él. Está bien, tranquila, no des datos concretos.

-Es guapo y sobretodo es muy cariñoso, me hace sentir bien.

-¿Cómo os conocisteis?

-¿Esto es un interrogatorio?

-Sí, quiero saber como es él, el chico que te ha hecho olvidar a Hangyul.

-Nos conocimos en la cafetería a la que voy todas las mañanas. Un día tiró mi café y me invitó a otro, estuvimos hablando y me pareció tierno. Al día siguiente él estaba allí otra vez y bueno poco a poco fuimos conociéndonos.

-Es una bonita historia. No puedo creer que me ocultaras esto.

-No me pareció importante, hasta ahora.

-Te gusta.

-Creo que sí.

-Deberías intentarlo, al menos podrás darle en las narices a ese hijo de puta.

Mi cabeza estaba hecha un lío, no sabía si la conversación con mi hermana había sido de ayuda, el caso era que ya no había vuelta atrás, tenía que llamar a ese número. Llegué a mi casa cansada después de un día agotador. Decidí preparar un baño de espuma para relajarme. El agua caliente calmó mis músculos y casi consigue desconectar mi mente. Casi. Miré de reojo mi teléfono móvil sobre el lavabo, suspiré y salí de la bañera. Después de secarme y ponerme el pijama decidí que ya no podía esperar más. Marqué el número del anuncio y escuché el primer tono. Mi corazón estaba latiendo a toda prisa y era imposible calmarlo. Esto no era una buena idea, algo saldría mal. Y entonces los tonos cesaron y una voz dulce y algo aguda me respondió al otro lado de la línea.

-¿Sí?

-Hola, llamaba por el... el anuncio.

-Sí. ¿Desea contratar mis servicios?

-Así dicho suena un poco extraño -escuché su risa retumbando en mi oído. Era una risa dulce.

-Sí, supongo que suena como lo que es, extraño. Pero no se sienta intimidada, dígame cual es su problema -sonreí.

-Necesito un novio para estas navidades, necesito que mis padres me dejen en paz.

-Tus padres quieren que encuentres novio ¿es eso?

-No, quieren que vuelva con mi ex.

-Suena complicado.

-Lo es. ¿Podrías hacer el trabajo?

-Lo siento, tengo varios días de estas vacaciones reservados.

No era mi imaginación, estaba sudando de los nervios que tenía. No podía ser real.

-No, te necesito.

-Muchos me necesitan.

-Por favor, serán todas la vacaciones, ganarás bastante dinero.

-No puedo cancelar mis compromisos.

-Por favor, le pagaré el doble.

Hubo un silencio en la otra línea que me hizo pensar que se estaba replanteando mi oferta.

-Yo no debería hacerlo.

-Por favor, sería como un regalo de navidad para mí.

-Está bien, acepto su oferta.

-¿De verdad? Gracias, gracias -lo escuché reír de nuevo.

-¿Puede quedar mañana para organizar todos los detalles y conocernos?

-Claro. ¿A las siete le viene bien? Puedo invitarle a cenar.

-Genial. Hasta mañana.

Colgué el teléfono y por alguna razón escuchar su voz me hizo sentirme más tranquila. Por lo poco que había podido ver parecía un hombre responsable. Suspiré y decidí que ir a la cama sería lo mejor después de esta locura de día.

A la mañana siguiente salí de mi casa a toda prisa, tenía una reunión bastante temprano. Llegué a la cafetería de siempre en la búsqueda urgente de un café bien cargado. Ni siquiera pude tomármelo tranquilamente, tuve que marcharme en el mismo momento en el que me lo entregaron. Caminaba rápido en dirección al metro para, con un poco de suerte no llegar tarde cuando al girar la esquina choqué con el cuerpo bien construido de un hombre. Mi café se derramó mojando por completo mi abrigo. El chico me miró culpable e intentó limpiar lo que había hecho.

-Perdón, ha sido culpa mía, iba distraído mirando unos mensajes -¿de qué me sonaba esa voz?

-Pues por culpa de eso me he quemado entera.

-Perdón, soy un idiota -el chico era moreno, parecía algo joven, probablemente universitario-. Se que nada de lo que haga puede recompensarte pero te pagaré la tintorería.

-No es necesario, al menos no me he manchado la ropa, solo ha sido el abrigo.

-Me siento fatal, déjame al menos invitarte a un café.

-No tengo tiempo, llego tarde a una reunión. Solo promete tener más cuidado la próxima vez.

-Por supuesto, lo siento de nuevo.

La mancha era imposible de ignorar pero en cuanto llegara a la oficina podría quitármelo. Suspiré resignada, el día no había empezado para nada bien y solo acababa de comenzar. El destino era algo curioso, el otro día le cuento a mi hermana una historia sobre un chico que me tira café y voilá  el destino me la devuelve de esta forma. Solo esperaba que el chico que conocería esta tarde fuera solo alguien normal porque si no lo era no sabría que hacer, no tenía un plan b al que recurrir.

Contract |Seungyoun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora