Contract |Seungyoun|

Day 2

Miré el reloj de la mesilla de noche y este marcaba la una de la madrugada. La respiración de Seungyoun se escuchaba a través de la habitación, sabía que no estaba dormido. Suspiré.

-Seungyoun ¿estás despierto?

-Umm

-¿No puedes dormir?

-Me siento algo raro durmiendo aquí.

-Eh... puedes, puedes subir a la cama si quieres -casi podía notarlo sonreír.

-No hace falta, no quiero incomodarte.

-Oh vamos, ya somos adultos. Sube de una vez, me carcome la conciencia dejarte dormir en el suelo.

-Mi espalda te lo agradece.

Lo vi levantarse, apenas podía vislumbrar su silueta en mitad de la oscuridad de la noche. Noté como apartaba las mantas para meterse en la cama. Hizo un sonido de satisfacción al que como respuesta me reí.

-¿Mejor?

-Oh sí, me estaba helando ahí abajo. A tu lado se está mucho más caliente.

-¡Seungyoun! -y él volvió a reírse.

-Es verdad, no hay nada mejor que el calor humano.

-Sí, estoy segura de que sabes de eso.

-Puede decirse que sí.

-Vale, acabemos con esta conversación.

Me moví un poco más lejos de Seungyoun y un poco más cerca del borde de la cama. Sabía lo que él estaba pensando pero me daba igual. Pero si era así por qué me estaba sonrojando. Aparté los pensamientos de mi mente y decidí intentar dormir.

-Buenas noches.

-Que descanses.

Apenas pude pegar ojo en toda la noche, había algo, o más bien alguien que me impedía dormir. Hacía meses que no compartía cama con nadie y a pesar de hacerlo de manera inocente había algo que no me dejaba conciliar el sueño. La simple presencia de Seungyoun tan cerca mía era el motivo. Un toque en la puerta de mi dormitorio terminó de despertarme. La voz de mi madre y mi hermana al otro lado me hizo incorporarme rápidamente en la cama.

-Hija ¿podemos pasar?

-Hermanita vístete y dejad de haced lo que estéis haciendo.

-¡Esperad un momento! -comencé a zarandear el cuerpo de Seungyoun que se hallaba profundamente dormido.

-Lo sabía, sabía que anoche haríais algo.

-¡Yujin! -me acerqué al oído del pelinegro- Seungyoun, despierta por favor.

-¿Qué pasa? Aún es temprano.

-Mi madre y mi hermana están en la puerta, esconde el saco de dormir bajo la cama.

Se levantó raudo e hizo lo que le dije, después volvió a la cama junto a mí y me rodeó con su brazo. Mi pulso se disparó.

-¿Qué haces?

-Tenemos que fingir ¿recuerdas? Espera.

Se separó de mí por un momento y vi como se sacaba la camiseta. Me miró con una sonrisa traviesa mientras yo seguía con la boca abierta. Él volvió a rodearme con su brazo. Ahí iba mi pulso de nuevo.

-Tenemos que darles lo que quieren ver.

-No creo que quieran ver esto.

-Oh créeme, todos quieren verme sin camiseta.