Contract |Seungyoun|

Day 6

El temido día había llegado. Por suerte ya había tenido un encuentro con Hangyul para poder prepararme para este momento. Sabía que podía con esto. Miré la figura de Seungyoun sentada en el sillón en la esquina de la sala con su mirada perdida en el libro que estaba leyendo. Era adorable como arrugaba la nariz cada vez que llegaba a una parte interesante. Mientras él estaba enfrascado en su lectura mi mente divagaba y mi mirada vagaba perdida mirando a cualquier lugar menos al libro que tenía delante. La mirada de Seungyoun conectó con la mía y acto seguido frunció el ceño.

-¿Te encuentras bien?

-Sí, claro.

-Ya, por eso llevas una hora mirando ese libro sin leer una sola palabra.

-He estado leyendo.

-No has pasado una página desde hace más de veinte minutos. Además, miras de un lado a otro cuando estás nerviosa.

-Parece que tú tampoco has leído mucho.

-Pero lo disimulo mejor que tú -esbocé una sonrisa.

-Sí, nunca se me dio bien eso de fingir.

-¿No? Pues lo has estado haciendo muy bien la última semana.

-Cállate -le saqué la lengua y volví mi mirada de nuevo al libro.

-¿Es por Hangyul?

-¿Qué?

-Por lo que estás nerviosa.

-Supongo que por la cena en general, tú también deberías estarlo.

-No me intimida ese tipo -me reí.

-Tranquilo, no contaré lo adorable que puedes ser. Tu reputación está a salvo conmigo.

-Es solo que el tipo no me gusta.

-Ni siquiera se como pudo gustarme a mí, tranquilo, no tienes nada que envidiarle.

-Estoy preocupado por ti. Es decir, no quiero que esta cena te afecte demasiado.

-Estaré bien, solo no te apartes demasiado de mi lado.

-Trato hecho.

Sonreí. Cerré mi libro y me levanté reconociendo así que sería incapaz de concentrarme. Durante el resto del día Seungyoun estuvo intentando por todos los medios distraerme y animarme y se lo agradecí de corazón, sin él los nervios me habrían consumido. Pero ya era la hora. Subí a la habitación a arreglarme y cuando salí del baño maquillada y peinada me sorprendí al ver a Seungyoun en el centro del dormitorio vestido con un pantalón negro de vestir y una camisa blanca en la que se encontraba ajustando los botones de los puños. Tragué saliva intentando apartar extraños y lujuriosos pensamientos de mi mente. Se giró al escucharme y me sonrió.

-¿Puedes ayudarme con esto?

-Claro.

Me acerqué a su lado y terminé de abrochar los botones. Estando tan cerca su olor a colonia me sacudió. Olía a una mezcla de colonia masculina y a él y la combinación era arrebatadora. Me aparté una vez que terminé mi trabajo dejando algo más de espacio personal entre nosotros. Me acerqué al armario y saqué mi vestido.

-Gírate.

-Algún día podrías dejarme mirar un poco, se supone que somos novios.

-Se supone.

Se giró pero antes de que pudiera hacerlo por completo pude ver su sonrisa. Rodé los ojos y también sonreí.

-Me gustaría ver que escondes en esos trajes de trabajo y jerseys que te pones.