— Te echo de menos.
Se sincera tras la línea de teléfono. Muerde su uña nervioso. Impaciente por la respuesta, solo oye silencio. Abre la boca con intención de contar un chiste malo que corte la tensión. Sin embargo, y por suerte, Petra habla con un tono burlón.
— No han pasado ni cuarenta y ocho horas desde que nos vimos.
La muchacha ríe. Luke la imita pero con cierta culpabilidad. Se siente mal por haberse abierto ante ella en ese instante y por echarla de menos, pero no puede evitarlo. Cuando ve el mar piensa en lo genial que sería estar frente a el con Petra entre sus brazos. Admirando la puesta de sol mientras se llenan de mimos y caricias repletas de ternura que solo podrían demostrar una mínima parte del amor que ambos emanaban por el otro.
— ¿Luke?
— ¿Si? —Mueve la cabeza hacía los lados para dejar de fantasear y centrarse en su voz.
— Tengo que irme. —Luke hace un puchero como acto reflejo.— Ya te llamaré. ¿Está bien?
— Claro. Estaré esperando.
Y con eso, Luke escucha un pitido continuo en su oído. Despega el móvil de su oreja y, efectivamente, Petra había colgado sin despedirse. Una chispa de tristeza se apodera de él y apoya su frente en sus manos, mirando hacía el suelo. Suspira una, dos y hasta tres veces pensando si ha sido muy rápido en sus actos. Tendría que haberse disculpado por decirlo. Desbloquea el teléfono para mandarle un mensaje pero Calum abre la puerta interrumpiéndolo.
— Hemos terminado. —Avisa, masticando uno de los chicles que hacía unas horas Samuel les había ofrecido.
— ¿No me habéis esperado? —Pregunta Luke y vuelve a sentirse mal por haber dejado solos a sus amigos haciendo la comida que llevaran a la playa. Hoy todo parecía ponerse en su contra.
— Has tardado como veinte minutos. —Calum rueda los ojos. Luke echa su cabeza hacía atrás intentando recobrar el sentido del tiempo. Asiente varias veces y se levanta para seguir a su moreno amigo tras el pasillo.— ¿Hablando con Petra?
— Sí. —Sonríe Luke de medio lado, sin mostrar mucha felicidad. Rápidamente, Calum nota los bajos ánimos de su amigo y, con un movimiento de cabeza, consigue que el rubio hable.— En realidad, la mayor parte de la conversación hablaba yo.
— ¿Estaría ocupada? —Ashton se une, apoyándose en uno de los marcos de la puerta mientras muerde una manzana.
— No me dijo nada respecto a eso. —Luke acaricia su nuca y ríe cuando el jugo de la manzana llena el pecho de Ashton, el cual se queja y entra de nuevo a la cocina para limpiarse.— Le dije que la echaba de menos y creo que eso pudo incomodarla.
— ¿No es lo normal? —Calum cuestiona con el ceño levemente fruncido.— Quiero decir, lleváis más de un año hablando y quedando a solas.
— Pero no somos novios. Esas cosas la dicen los novios. —Luke, con fastidio, explica.
— No tienes por qué estar en una relación para echar de menos. —Michael da su opinión encogiendo sus hombros. Ashton, que ha vuelto de la cocina, asiente dándole la razón.
— Ella quiere ir despacio, ¿vale? —Suspira y tironea de su cabello cuando nota que la frustración lo invade. Intenta defenderla pero es consciente de que no tiene argumentos necesarios para hacerlo.
— Despacio. —Repite Michael mientras pone sus ojos en blanco.— Tú respetas sus tiempos pero ella solo atrasa los tuyos. Esto es cosa de dos Luke, no solo de uno.
— Y somos demasiados jóvenes como para saber controlar tanto nuestras hormonas. —Ashton tira el hueso de la fruta a la papelera y sacude sus manos.— Es raro que no estéis pegados como conejos.
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OCÉANO | lrh
FanfictionMientras que para Luke el océano es su mayor temor, Atenea adora perderse entre las olas de madrugada. NOVELA TOTALMENTE DE MI PROPIEDAD. PROHIBIDA TODA ADAPTACIÓN O COPIA DE LA MISMA.