Lo que empieza en Egipto (Bill Weasley)

Molly

Luego de tres días todas las personas que esperaban habían llegado, aunque ellos tenían tiendas dispuestas especialmente para invitados, éstas estaban cerca, y ____ que al principio había tomado bien la diversidad comenzó a perder la paciencia cuando sacó por cuarta vez a personas que entraban por error a su tienda.
En dos de esas ocasiones ella no había estado dentro, el segundo día luego de la llegada de la familia de Bill, ella aún no había puesto protección porque las personas no eran tantas y el lugar estaba demasiado organizado como para que se equivoquen, pero la abuela de un chico de otro grupo se había confundido y ella la vio entrar claramente en su tienda. ____ se apuró por sacarla, tenía ganas de aparecerse directamente dentro y decirle que había un error pero temía matar a la señora de un ataque al corazón.
-Espere, esa no es su habitación!- gritó mientras se acercaba corriendo.
La mujer salió antes de que ella llegara con una cara escandalizada, en ese momento ____ pensó qué cosas podía tener ella en su cuarto para provocar aquella reacción pero no había nada raro, no si mirabas sólo por encima, y si revisaba tampoco iba a encontrarse ningún juguete sexual.

-Señora está bien? Se equivocó de tienda- dijo con preocupación.
-Tú eres la que duerme ahí?- ____ entró para ver qué pasaba pero todo estaba como ella lo había dejado, bien- eres Americana?
La confusión de ____ se vio reemplazada por enojo.
-Si duermo ahí.
-Eres Americana?
-Nací en Nueva York- admitió aburrida.
-Yankees!- exclamó la mujer mientras se alejaba enojada- todos los yankees son iguales! Ya me parecía raro que no hubiese uno aquí, siempre metiendo la varita donde no les importa!

Se alejó con demasiada energía para su edad, ____ entró otra vez y echo un vistazo para controlar que todo estuviera bien, el cuadro con la bandera estadounidense colgado en la pared estaba intacto, encima de la cajonera donde se veía su cámara instantánea y la galaxia que le había regalado Jace.
Apagó las luces con un movimiento de su mano y puso un hechizo protector luego de salir nuevamente.
Había estado hablando con Charlie cerca de una fogata cuando había visto entrar a la mujer, él la miró con curiosidad y ella suspiró cuando se sentó otra vez en su lugar.

-Todo bien?
-Perfecto... Aunque creo que a la mujer no le gustan los americanos, me llamó Yankee y no lo dijo de forma bonita.
-No tienes acento, no sabía que eras americana.
-Supongo que una bandera me identificó rápido. La compré en una subasta, me pareció que tenía estilo, aunque realmente no siento que Estados Unidos sea mi hogar, cuando viajo no espero volver ahí.
-Donde esperas volver?
-A la siguiente parada, éste lugar es de los pocos donde siento que quizás llegué al final del camino, pero me gusta pensar que me quedan otros mundos por descubrir.
-Mi hermano es una de las razones por la que quieres quedarte?
-La principal- admitió ____ con una sonrisa- él es grandioso.
-Lo sé.
-Te cuesta vivir en Rumania?
-Es divertido, pero los extraño, de todas maneras éste año estaré cerca, hay una competencia entre magos de las escuelas de Europa, Hogwarts es la cede y están buscando dragones para una prueba, los estamos entrenando desde el año pasado.
-Eso es fascinante.
-No le digas a nadie, se supone que es confidencial.
-Tu secreto está a salvo conmigo... Charlie, es mi sensación o a tu madre no le agrado?
-No es tu sensación, a mi madre no le agradas- se rió a carcajadas, ella no pudo evitar pese a la mala noticia unirse a su risa contagiosa- es que se enteró de forma brusca y Bill es su primer hijo y está tan lejos que piensa que no puede controlarlo, pienso que tiene miedo de ser abuela demasiado pronto.
Le dio un empujoncito con timidez y ella se rió mientras removía las cenizas y avivaba el fuego.
-Y que me dices de ti? Tienes a alguien esperando en Rumania?
-Pues sí, una hermosa Dragona que acaba de ser madre de tres pequeños...

Siguieron hablando hasta que la medianoche llegó y Molly llamó a Charlie para dormir, ____ lo encontró muy simpático e interesante y pensó que definitivamente debía conocer a un dragón algún día.