Daño colateral

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____ miró a Edison en un estado hipnótico. Miró sus labios casi blancos y su cabello ondulado que caía por la frente. Seguía encima de ella, con las manos alrededor de su cuello pero también permitiendo que pase al menos un hilo de aire, él no quería matarla.
-Edi...- le volvió a susurrar.
Y si hubiese sido capaz de hablar con normalidad sabe qué es lo que seguiría diciendo "Ya para de jugar, Edi. Que me lastimas y no es gracioso" seguía en un estado de shock, negando todo y pensando en que había algo curioso en los ojos marrones que la miraban fijamente, algo no cuadraba pero no podía comprender qué era.
-¡Escúchame!- le exigió él con violencia.
La palabra fue acompañada por un tremendo golpe en su cara y éso hizo que ella despertara finalmente. Se removió inquieta, molesta, furiosa. Pero antes de que pudiera sacar a Edi de encima dos gotas cayeron contra su mejillas y ambos se quedaron completamente inmóviles.
-¿Qué...?- alcanzó a decir ____ algo atontada, justo cuando la tercer gota impactó contra su labio.
Se tocó con unos dedos temblorosos y el ver las puntas rojas y mojadas le provocó un repentino asco. Lo alejó de un golpe firme en el pecho y Edi se quedó ahí, limpiando la sangre que caía por su nariz y mirándose como si no comprendiera que era esa sustancia que salía de su cuerpo.
-Estás sangrando- le gritó ella al ver que Edi intentaba parar la hemorragia con las manos- y estás loco...
-Te dije que no volvieras al cementerio.
-¿Tú fuiste? ¿Me viste dormir? ¿Qué mierda está pasando por tu cabeza?- cada pregunta iba acompañada por un empujón.
-No volverás a ése lugar. Te quedarás en el castillo y no hablarás con nadie sobre ésto- le dijo con un dedo amenazante, ____ movió  su cabeza de lado a lado- recuerda que te estoy siguiendo.
-¿Cómo has entrado a los terrenos? Se supone que nadie puede entrar sin el permiso de...
-Shh- Edi se puso un dedo sobre sus labios ya rojos debido a la sangre que había alcanzado hasta su barbilla y comenzó a caminar de espaldas, alejándose.
____ le tiró un hechizo que él esquivó con destreza, mientras disparaba sobre su hombro una maldición. Debido a la impresión ella se quedó quieta en el lugar, como si esperase comprobar que realmente lo que estaba pasando era cierto, y lo era. Su cuerpo fue expulsado hacia atrás mientras sentía que un fuego se encendía en su interior, era algo parecido a miles de cristales rasgando su piel pero desde adentro de su cuerpo, parecía que sus músculos, venas y huesos eran cortados con uñas afiladas que despedazaban todo, el dolor fue tan grande que las estrellas no tardaron en nublar su vista y antes de poder reponerse otro hechizo de tortura la golpeó.
Cuando controló el mareo vio a Edison dirigirse hacia ella. Su sangre mojaba parte de la camisa y le daba el aspecto de ser un depredador que había decidido no cocinar su presa esa noche. Voy a vomitar pensó ____ un segundo antes de apoyarse en sus rodillas y hacerlo. Había algo bueno que se le podía atribuir a las náuseas y era que no importaba en qué extraña situación se encontrara, cuando una persona vomitaba nunca era interrumpida por otra, ni siquiera en medio de un duelo. Se limpió la boca con el dorso de la mano y volvió a mirarlo. Sus manos temblaban ligeramente y se sentía completamente enferma, no notaba que estaba llorando y que estaba bañada en sudor.
-¿Aprendiste la lección?- preguntó Edi sonriendo, era tan horrorosa esa sonrisa.
____ no respondió, movió su varita en un ataque que fue rápido pero no tan bien dirigido. Edison preparó otra de sus maldiciones y esta vez ____ no sintió nada de dolor, sólo una orden clara y firme comenzó a formarse en su cabeza Vuelve al castillo y no salgas. Sus ojos castaños nunca perdieron el contacto con la realidad, era completamente inmune al maleficio imperio y se sintió satisfecha cuando notó la cara de sorpresa de Edi, antes de que la desmayara.

****

-No has contestado mis cartas y Fred dice que lo estás evitando- dijo Bill entrando a la habitación de ____ un viernes a la noche.
-William, no puedes estar aquí. Alguien puede verte.
-Umbridge no está en el castillo, Parker la vio en el Ministerio y dijo que pasará unos días arreglando algunos asuntos.
-De todas maneras no se supone que estés aquí.
-¿Eso es lo único que vas a decirme? ¿Sabes cuánto he tardado en llegar hasta aquí? Estoy preocupado, Fred dice que tú no vas a las comidas y...
-Fred debería dejar de meterse en la vida de sus profesores.
-Sabes que mis hermanos se preocupan.
-Lo tendré en cuenta, quizás la próxima vez que me pase algo pueda contar con ellos.
-¿Sigues con lo de Edison? ¡Por Merlín Donna, pensé que lo habías superado!
-¿La parte en la que me enteré que me tomaba fotografías como un psicópata o sus torturas?
-Está bien, a ver cuéntame qué pasó- suspiró Bill sentándose frente a ella, le tomó las manos entre las suyas para tratar de transmitirle calor pero ella se soltó molesta.
-Estas siendo condescendiente. Y yo no necesito tu lástima. ¡Quiero que me creas!- le rogó con desesperación- Bill, por favor. Eres mi novio, si tú no me crees ¿Entonces quién?
-Yo te creo, creo que te pasó algo pero entiende que la noche en que supuestamente fuiste atacada, Edi estuvo en mi casa. Había tenido problemas con su hermano y fue a quedarse a casa. Hablamos hasta tarde y cuando me levanté él seguía en el sillón. No es posible que mientras estuve dormido él hubiese venido aquí. Ya te expliqué ésto...
-Y yo ya te expliqué que me desperté en el medio del césped. Bill, su sangre se había secado en mi cara. ¿Cómo puedes pensar que imaginé éso?
-No tienes pruebas de que haya estado realmente aquí, nadie más lo vio.
-¿Me dices que necesitas que te dé pruebas? Eres increíble...
-¿En serio dudas de Edison? Es tu amigo.
-Déjame sola, Bill.
-Pero...
-Vete.
-Okay, me voy. Pero no esperes que viaje otras malditas tres horas para que me pidas que me vaya. ¿En serio quieres que me vaya?- preguntó nuevamente desde la puerta.
-Sólo necesito que alguien me crea, yo tengo miedo- confesó con vergüenza- todo el tiempo. Creo que voy a verlo cuando doble cualquier esquina, entre los árboles o detrás de los pilares de la lechucería. No le tengo miedo a que esté sino a lo que yo pueda hacer cuando lo vea ¿Por qué te cuesta tanto creerme?
Bill se acercó y la estrechó entre sus brazos, ella al principio se removió sin muchas ganas de que la soltara y finalmente enterró su cara en el cuello de él, sintiendo el perfume de su piel. La protección, el consuelo y el refugio.
-Te creo- Bill no sonó tan convencido, pero se notaba que realmente deseaba creer y éso era suficiente de momento- sé que te pasó algo y creo que fue horrible ¿Por qué no vamos a la cama? Necesitas dormir, verás como todo se arregla en la mañana.
Decirlo fue mucho más simple que hacerlo. Incluso con Bill a su lado y luego de una reconciliación, ____ se sentía inquieta. No sólo era ella, el brambo también giraba alrededor de su cama y saltaba a todos los sillones sin terminar de decidir qué era lo que lo incomodaba.
-Muchacho, vamos a pasear- el animal señaló a Bill con el hocico- Bill está dormido.
-Bill ido.
-Shh, despacito Acho.
-Shhh- la imitó alargando su cuello largo y dedicándole una de sus inacabables sonrisas de adoración.
A pesar de que no tenía pensado huir de Bill en medio de la noche, y de que no consideraba su paseo como algo que debiera ocultarse, ____ se sintió mucho más aliviada cuando pudo salir del castillo sin que él notara su ausencia y sin encontrarse con nadie en el camino.
Miró las estrellas aspirando el aire con una sensación de libertad y permaneció largo tiempo sólo de esa manera, hasta que Acho tiró de su túnica y la urgió a seguir.
-Eis- le dijo mientras giraba sobre sus patas y caminaba hacia el bosque, ____ lo siguió sin dudarlo.
Algo blanco resaltaba sobre el césped que a ésa hora se veía negro, el brambo llegó hasta el objeto y agachó sus patas delanteras como un felino agazapado pero el movimiento vaivén de su cola enrulada demostraba que no estaba al acecho, incluso ladraba con entusiasmo repitiendo lo que se había convertido en su nueva palabra favorita Seis. ____ notó que el objeto blanco en realidad era un pañuelo y no estaba tan blanco. El polvo y el pigmento del pasto se había pegado a la tela lo que demostraba que hacía varios días que estaba ahí y otra mancha cubría más de la mitad de su superficie. ____ lo levantó hasta la altura de sus ojos mientras lo iluminaba con su varita y un atisbo de entendimiento y preocupación cruzó por su rostro un instante. Las manchas marrones podían pasar por chocolate quizás, pero ella y Acho sabían exactamente que se trataba de sangre seca. Lo acercó a la nariz del brambo que lo olisqueó moviendo su orejas de arriba a abajo.
-Busca muchacho- pidió con dudas sobre si funcionaría de esa manera.
Pareció funcionar, el brambo giró en su lugar dos veces y luego comenzó a andar con rapidez.

Lo que empieza en Egipto (Bill Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora