El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla

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-Hey, despierten! Rápido!
Bill entró a su habitación y prendió la luz. Sus tres amigos estaban profundamente dormidos, se habían acostado hacía quince minutos apenas, luego de estar todo el día al lado de ____ y ver que comenzaba a mejorarse. La voz alterada de Bill los despertó al instante y todos se pusieron de pie deprisa, se habían vestido con ropa acordando que él les avisara si pasaba algo malo y despertara a Parker en el próximo turno que tomaban para cuidar de ____ a pesar de que Jo les aseguraba que no debían hacerlo, los síntomas habían desaparecido por completo.
-Qué pasó? Está bien?- preguntó Stuart poniéndose unos zapatos, Edi ya caminaba hacia la puerta.
-Sí, despertó.

Una sonrisa inmensa iluminaba la cara de Bill y se extendía a sus ojos, pronto contagió a los demás que suspiraron aliviados. Lena nunca había dudado de que iba a mejorar pero ellos no podían estar seguros hasta que la vieran despertar y hablar cosas con sentido.

-Y tú qué haces aquí? Y nosotros que hacemos aquí? Yo me voy a verla- dijo Edi mientras intentaba mover a Bill de la puerta.
-Espera, está con Jace- Bill seguía en extremo feliz y éso confundió completamente a los demás.
-Mierda Bill, no digas que también te picó algo. Por qué sigues sonriendo como psicópata?- Parker se acercó y le miró fijamente los ojos.
-Estoy así porque la escuché decirle que ella quiere estar conmigo. Le dijo a Jace que...

Lo que ____ le había dicho a Jace no lo supieron. La puerta se abrió interrumpiendo a Bill que fue tomado por el chaleco y cuando volteó recibió un golpe en el medio de su cara que comenzó a sangrar de manera incontrolable.
El factor sorpresa no les permitió a los chicos reaccionar a tiempo y cuando cayeron en la cuenta de lo que pasaba Bill ya estaba siendo empujado hasta el final de la habitación, dejando unas gotas de sangre que marcaban el camino.

-Desma...
-Expelliarmus!
La varita de Edi voló de su mano y cayó en la de Jace que también tenía la de Bill.
-Si le dicen algo a ____ va a pasarlo mal- les advirtió apuntando al cuello de Bill- creo que ya es hora de soltar algunas verdades, no?
-Jace, eres uno contra tres, sabes que no vas a llegar muy lejos con Bill- explicó Stuart con una sonrisa altiva.
-No quiero ir muy lejos Stu, vamos a quedarnos aquí tranquilos como buenos muchachos. Van a darme sus varitas y van a escucharme, después podrán hacer lo que quieran.

Vieron a Bill tratando de detener la sangre que ya caía por su barbilla con la varita de Jace hundiéndose en su cuello y no tuvieron otra opción más que dar sus varitas. Jace lo soltó y Stuart se apuró por intentar detener la hemorragia, cosa que logró luego de un tiempo con ayuda de algodón, por suerte no se había quebrado.
Se sentaron los cuatro en la cama de Bill y Jace permaneció de pie frente a ellos, se veía especialmente desequilibrado y Parker tuvo un mal presentimiento cuando lo vio poner un hechizo imperturbable en la carpa, sin embargo parecía que su intención si era solamente hablar.

-Por Merlín Jace, tus celos son exagerados. Lo sabes- intentó razonar Edison- ninguno de nosotros tiene la culpa de nada.
-Yo no tengo celos. Crees que me interesa ____? No me importa más que para un buen polvo.
-Éso no fue lo que le dijiste recién, te escuché hablar con ella- Bill limpiaba la sangre seca de sus manos- querías algo serio, pero ella no te quiere amigo, me eligió a mí.
-A ti? Con todo lo que has hecho... estaría mejor con éste- apuntó a Edison- incluso con éste- señaló a Parker que hizo un exagerado gesto de confusión.
-Ya sé que la arruiné muchas veces Jace, pero ella va a perdonarme.
-No me cabe duda- se acercó a Bill y empujó un libro contra su pecho- la cuestión es si tú podrás perdonarte. Léanlo, y recuerda que eres un asesino Bill, no interesa si lo logró o no, la intención estuvo ahí y éso me basta. Tampoco olvides que yo soy el que te salvó el alma y que estás en deuda conmigo.

Giró con una sonrisa satisfecha y cruel y salió de la tienda, dejándolos con la extraña libreta.
La tapa era marrón, blanda y estaba gastada, las hojas amarillas revelaban que era algo viejo, un par de ellas estaban roídas por lo que parecían ratones otras rígidas como si hubiesen sido mojadas y luego puestas a secar al sol. Las primeras páginas tenían una tinta que estaba muy borrosa, sin embargo se alcanzaba a ver lo que decía en ellas con algo de esfuerzo. No necesitaban ser unos genios para adivinar de qué se trataba y como raras veces ocurría los cuatro estuvieron de acuerdo en dejarlo como estaba y no leer nada, pero la necesidad de respuestas a la vez era grande, sobre todo para Bill.

Lo que empieza en Egipto (Bill Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora