Capítulo 6. Llama al 911.

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-Te amo.- dijo Ari alargando demasiado las palabras.

-Yo también, ¿puedes ayudar y entrar al auto por favor?-insistí.

Llevamos mucho tiempo intentando que Ari entrara a su propio auto, pero cada vez que estábamos casi cerca, cambiaba de idea.

-¿Qué está haciendo este idiota aquí?- dijo mientras se reía y observaba a Zack.

-Él nos está ayudando a llevarte a casa, por favor, Ari entra al auto.

-No necesito ayuda, y menos de él. Bro, vas a tener que retroceder.- dijo acercándose a él.- Tuviste tu oportunidad, ahora él es mio. Siempre lo fue.

-¿Por qué no entras al auto?.- pregunté.

Ari me robó un beso fugaz de los labios y se tiro en el asiento trasero de su auto. Cuando cerramos la puerta, él ya se había quedado dormido.

-Yo conduciré.- técnicamente grité. Zack me miró confundido, y asintió con la cabeza únicamente.

Ari me mataría si al día siguiente se enteraba que Zack había conducido su auto, era algo sagrado para él. Dejar que Zack conduciera de seguro lo iba a enfurecer, y cuando se enterase iba a tener un ataque de pánico. Encendí el auto. Zack y yo nos hubiéramos ido contra el parabrisas si no hubiéramos traído puestos los cinturones de seguridad. Había pisado el freno en lugar del acelerador. ¿Por qué demonios Ari tenía que tener auto mecánico y no uno automático? ¿Y por qué todas las marchas se habían esfumado de mi cabeza? Sólo había tomado dos tragos que Kendall me había dado mientras bailaba con ella. No estaba ebrio, pero tenía un dolor horrible de cabeza.

-¿Seguro que quieres conducir?.- preguntó Zack calmadamente.

-Cambio.- dije bajándome del asiento del conductor y pasándome al del piloto.

Zack encendió el auto y aceleró. Debido al tráfico que había en la ciudad, llegamos a nuestro departamento una hora después de lo normal. Ari no se había despertado en todo el camino. Y el silencio había sido absoluto entre Zack y yo todo el camino.

Cuando Zack estacionó el auto en el estacionamiento subterráneo del edificio, bajé del auto y abrí la puerta trasera del auto.

-Ari, estamos en casa. Vamos, levántate.- dije moviendolo. Pero no reaccionaba. Volví a intentar pero Ari no se movía.- Por favor, Ari. Vamos.

Su pecho subía y bajaba lentamente, no como cuando dormías. Acerqué mi oreja a su pecho, su corazón estaba latiendo demasiado lento.

-Llama al 911, Zack. Por favor.- le dije a Zack, mientras intentaba que Ari reaccionara. Zack no preguntó, sacó el teléfono de su bolsillo y se alejó para hablar.

Minutos después una ambulancia llegó al sótano del edificio. Entre tres para médicos sacaron a Ari del asiento trasero y lo subieron a la ambulancia.

-¿A qué hospital lo están llevando? ¿Puedo ir con ustedes?.- pregunté a uno de los paramedicos.

-Es mejor que vaya con su amigo, tenemos que hacerlo reaccionar antes de que suceda algo más grave. Es el Santa Mónica. Tranquilícese, todo va a estar bien.-subió a la ambulancia y se alejaron.

No sé en que momento había comenzado a llorar, pero mis mejillas estaban húmedas y podía sentir las lágrimas cayendo. Zack tomó mi mano y la apretó fuerte.

-¿Puedes llevarme al hospital, por favor?-pregunté.

-Seguro.- dijo envolviéndome en sus brazos.

Promesas de amor (Aristemo)Where stories live. Discover now