Indomable

_. No todo se arregla con sexo, Victoria, y ahora estoy muy molesto.

_. Pero no entiendo por que, el fue quien se metió en el agua yo ya estaba.

_. Da igual, me mentiste y con eso es con lo que me quedo. ¿Puedes quitarte de encima?

_. No (aferrándose a el) no me muevo de encima de ti hasta que no me perdones. (decía)

_. Victoria (la hizo a un lado) ya.

_. No (se le volvió a subir encima) perdoname, por favor.

_. (negaba con la cabeza) por ahora no puedo.

_. Nuestro bebé está triste por que no quieres perdonarme.

_. No seas chantajista, quítate. (la aparto de nuevo) me voy por que contigo aquí no puedo hacer nada (salio de la habitación)

_. (un poco molesta por su rechazo) será estúpido.

En el mercado.

Antonio iba muy pegado a Marisa.

_. y tu Marisa, ¿eres soltera? (pregunto)

_. Viuda. (respondió)

_. Ah, pero siendo tan bella tendras muchos pretendientes, ¿no?

_. Tengo un pretendiente, Maximiliano, es pintor.

_. Andale, pintor. (apretó los dientes con una fingida sonrisa)

_. Si, es muy bueno en su trabajo.

_. ¿Y a ti el te gusta?.

_. ¿Por qué me preguntas todo esto? (extrañada)

_. Por que me interesa saber que ahí de ti (miro para todos lados asegurándose de que nadie lo viera) ven un momento conmigo (la tomo de la mano y se la llevó aún lugar apartado donde no pudieran verles)

_. ¿Que pasa?, estas realmente extraño.

_. No te voy a engañar, me gustas, Marisa, me gustas mucho (confesó)

_. Pero tu estas casado, Antonio.

_. ¿Y eso que?, yo ya no amo a mi mujer, pensaba que si pero cuando te conocí me di cuenta de que ya no siento nada por ella, me enamore de ti. (beso sus manos)

_. No, esto no puede ser, yo respeto mucho a tu mujer y a tu hijo.

_. Y yo también les respeto, pero en el corazón no se manda, Marisa.

_. (negaba) es que no.....(la besó)......

En la hacienda Albino.

_. Te dije que vendría a hablar contigo y aquí estoy (serio)

_. Heriberto, yo pensaba que ella trabajaba para ti, jamás imagine que fuera tu prometida.

_. Pero ahora ya lo sabes, y no quiero verte cerca de ella, Federico.

_. ¿Que ay de malo en que sea mi amiga?

_. Que no puedes ser amigo de mi mujer, por que la has visto desnuda, por que la has deseado (le hervia la sangre) y eso no se siente por una amiga, además, yo soy quien te quiero lejos de ella.

_. Me parece ridículo de tu parte, tarde o temprano vamos a coincidir, somos vecinos.

_. No me importa que coincidas con ella, me basta con que no la mires, con que no le hables y ni te le acerques.

_. Eres paranoico, tampoco fue para tanto, es cierto que me gusta, no te lo niego y también que me hubiese acostado con ella si me hubiera dejado, pero sabiendo que significa ella para ti, jamás me interpondria entre ustedes.