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Sus ojos se movieron, incómodos ante la luz que se filtraba sobre ella, el silencio lleno sus oídos y le tomo unos instantes más abrir los ojos, todo para no reconocer el lugar, pero era lógico, lo último que recordaba era a Alickse irrumpiendo en su alcoba para protegerlos de un ataque, seguramente los había llevado a algún refugio refugio.

Trato de sentir a Vegeta, su ki, su olor, pero nada llego a ella y su cuerpo entro en alerta al sentir el ki de extraños cerca y su cabeza se lleno de malos pensamientos.

Le tomo un par de minutos adaptarse a la luz, sus piernas estaban pesadas y se le dificultó moverlas, estuvo varios minutos moviéndose suavemente y estirándose para recuperar su movilidad y cuando podo hacer que sus pies dieran un paso sin que le temblaban las extremidades, rompió su vestido por enfrente dos veces asta arriba de medio muslo para tener la mayor movilidad posible.

Antes de entre abrir las puertas agradeció a su suerte por haber despertado cuando no tenía vigías, porque sabía que de no ser por eso no estaría en ventaja ahora.

Vaciló un poco, pero adelanto una paso y luego otro y otro, todo estaba muy tranquilo y desolado, eso le causaba inquietud ¿Porqué no había nadie vigilándola? Si estaba prisionera nadie en sus cinco sentidos tendría a la Reina de Vegitacei sin vigilancia, a menos que estuvieran esperando que no despertara, lo cual no tiene sentido tomando en cuenta que estaba resguardada en una habitación cómodamente, lo que la lleva a lo segundo, si de Vegeta depende ella va a estar vigilada y protegida las veinticuatro horas al día para evitar cualquier peligro y probablemente esa vigilancia fuera a manos de Aarón o Alickse, claro, si la cosas estaban tan graves como sospecha.

El pasillo es frío y oscuro, a sus ojos les cuesta adaptarse apropiadamente y no quiere forzarse más allá de lo debido, lo cual le resulta imposible y termina entrecerrando los ojos en busca de mejor visión asta que logra dar con un punto intermedio.

Hay pasillo con pasillo, más veces de las que puede contar y termina mareada de mirar a cada lado cada tres minutos.

Ve una luz acercarse y de inmediato se pega lo más que puede a la pared, pronto escucha murmullos y define dos siluetas.

-Despertara pronto-escucha que dice uno de ellos, apenas lo entiende, habla en un idioma que ella ya no práctica, pero no se detiene a averiguar de qué idioma se trata. No los reconoce.

-Lo sé, hay que estar ahí cuando despierte-aconseja el segundo,ese idioma le es familiar, uno de ellos nota su sombra y se detiene.

Al verse descubierta y no tener a donde ir lo único que le queda es atacar. Corre y salta sobre uno y enrosca las piernas en su cuello para hacerlo caer al suelo dolorosamente. Se voltea y gira sobre el pie y patea al otro sobre la pared y ésta sede ante el golpe y causa un gran alboroto, pronto escucha gritos y pasos corriendo en su dirección.

Corre, tanto como puede en su estado y no se detiene, los pasillos son confusos, debe correr y escapar, Vegeta no está ahí, Vegeta está en peligro y ella debe sobrevivir para ayudarle.

Un cuerpo la encuentra al cruzar el pasillo y la toma por el brazo con fuerza.

-¡Pan!- le dicen al oído, pero ella no se detiene, no conoce a estas personas y estas personas no son de su reino, nadie llama por su nombre a la Reina, esta gente no son de los suyos, no confiara en ellos.

Se desembaraza con eficacia y lo hace caer al suelo con un grito doloroso mientras retoma su camino y atraviesa un muro, le duelen los hombros y respira con dificultad, su garganta pide agua, mucha agua.

  RESILIENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora