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   Al fin era hora y estaba lista, afuera el ángel y el dios de la destrucción la esperaban para llevarla a su hogar y al fin poder tomar las medidas pertinentes.

   Aún portaba su camisón de dormir a pesar de que Bra quiso vestirla con unas cuantas prendas que felizmente le obsequiara de su guarda ropa, una lástima fue que todas causarán alergia a la Reina, no que esto fuera algo que ella no sabía, pero no quiso parecer arrogante y a pesar de saber lo que pasaría se las puso, era mejor que lo vieran por sus propios ojos y evitar comentarios como los de Vegeta burlándose de el detalle cuando supo que su esposa se había acostumbrado a la ostentosidad a tal grado que su cuerpo rechazaba con alergias muchas cosas que antes eran bien recibidas. En fin, al final tubo que quedarse con su vestido de dormir y andar por ahí medio desnuda, cosa que para ella no era importante y asta cierto punto era normal, tomando en cuenta que la Mayoría del tiempo vestía con armaduras y que la cultura saiyajin era bastante ligera de ropa.

   La paciencia era algo con lo que ahora no contaba, por eso atravesó los pasillos con rapidez en cuanto la hora de irse llegó y busco a Bills y Whis, desgraciadamente para ella estos estaban reunidos con todos los demás, a los cuales no había vuelto a ver y no planeaba hacerlo antes de irse, obviamente los planes de ellos no eran esos.

  —es hora—informo aún sabiendo que todos sabían porque estaba ahí.

  —aun planeas irte—pregunto su padre con los hombros tensos.

  —nunca lo he dudado—aseguro.

  —iremos contigo—sentencio su madre sin ser brusca o buscar imponerse, con voz tranquila y un tenue tono de súplica, razón por la cual Pan guardó silencio y la miró largamente, su madre en ningún momento flaqueo.

  —es peligroso—dijo como negativa meneando la cabeza de un lado a otro suavemente.

   —necesitaras toda la ayuda que puedas tener—insistió su madre, todos parecían esperar que tuviera éxito antes de intervenir —también será peligroso para ti—

  —yo soy la Reina—fue su única explicación.

  —ellos tienen razón—intervino Bills—claro, solo si quieres evitar vidas perdidas —esto llamó la atención de la Reina y encendió algo que dejaba de lado.

  En Vegitacei no todos eran saiyajins, muchos podrían caer, muchos habrán caído ya, ella no quería formar parte de ello, no debía olvidar lo que implicaba ser reina, no solo iba por sus seres queridos, toda la población dependía de ella ahora, no podía dejar que su gente muriera por no dar su brazo a torcer y aceptar la ayuda que le ofrecían, aún cuando está no era desinteresada, porque claro, ella no era tonta, sabía perfectamente que el único fin por el que querían ir era para enfrentar a Vegeta y demostrar cual sanguinario y despreciable era, valla sorpresa se llevarían.

  —bien, pero las cosas se harán a mi manera y obedecerán sin objetar, yo soy su Reina, no un miembro más de su pandilla y si desobedecen y alguien muere como consecuencia no les dará la vida para arrepentirse—amenazo sombría, segura de que lo único que harían es buscar la forma de juzgar todo lo que no conocen. Todos asintieron, aceptando en silencio sus términos.

   —bien, es hora—informo Whis, haciendo que todos se tomaran las manos, dejando a Pan entre él y Bills.

  —¡Alto!—interrumpió Trunks de la nada, haciéndole notar a Pan que asta el momento él no estaba en el lugar.

  RESILIENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora