Ya había perdido la cuenta de cuantas veces lo habían arrestado, así como cuantas veces había logrado zafar.Su primer arresto había sido a la edad de 12 años, lo habían agarrado robando un autito de color rojo que sus padres no podían, ni querían comprarle.
Así que, el pequeño Joaquín, había decidido agarrarlo y llevárselo.
Su segundo arresto fue a los 15 años, había hecho arte en el auto de unos de sus profesores, después de haberlo acusado injustamente de robar las respuestas de un éxamen y hacer trampa, por eso Joaquín había decidido darle un "pequeño regalito" acompañado de unos cuantos espejos rotos y un par de ruedas pinchadas.
Así, como los dos primeros, había muchos mas delitos en el registro de Joaquín; algunos más graves y otros, no tanto, pero todos tenían un motivo, al menos para él.
[*]
Lo habían llevado hacia la comisaria 412, Joaquín ya se conocía todo el procedimiento de memoria.
Primero tomarían cualquier objeto personal suyo o dinero que tenga para colocarlo en algún lugar seguro luego de hacer un inventario, después le pedirían que firme el inventario, luego de haberlo leído.
Ya arrestado, le tomarían sus huellas digitales y mientras lo hacían, le pedirían algunos datos básicos respecto a él tales como; domicilio, nombre y demás.
Después de todo eso, lo llevarían a una celda y ahí esperaría hasta que le dijeran que se puede ir o que sus padres pasen por él, como casi siempre hacían, pero solamente para decirle como estaba desperdiciando su vida y que era una vergüenza para ellos y toda su familia.
Vergüenza. Esa palabra se la repetían una y otra vez. Estaba harto de oírla y estaba harto de saber que era verdad, porque lo era; él era una vergüenza.
[*]
Hacia ya media hora que estaba en la celda, esperando a que alguien viniese, pero nadie se dignaba a aparecer, hasta hace dos segundos.
Un oficial entra en el cuarto donde Joaquín esta encarcelado con dos cafés en mano.
- Ten. - le pasa uno de los cafés a través de los barrotes- Llevas aquí metido un buen tiempo, necesitas tomar algo.
Joaquín observa al oficial con una cara de pocos amigos, pero finalmente termina aceptando el café, Emilio sonríe ante eso y agarra una silla para sentarse y empezar a tomar su café.
Se forma un silencio entre ambos; un silencio que Emilio decide romper.
- Todavía no nos podemos comunicar con tus padres. – Joaquín ríe ante eso y sigue con su café, era obvio que sus padres no contestarían el teléfono ante la primera insistencia- ¿Por qué te ríes?
- ¿Eres nuevo? – Emilio niega con la cabeza- Pues, sino eres nuevo, deberías saber que mis padres nunca atienden el teléfono a la primera. Siempre lo atienden después de la novena, decima llamada quizás; a veces ni atienden.
- Y ¿Eso te causa risa?
- No es que me cause risa, simplemente así con las cosas. A ellos no les importo y tengo que vivir con eso.
Emilio después de escuchar eso se queda observando por un buen tiempo a Joaquín y nota una ligera mueca de tristeza en la cara del chico.
- ¿Y te duele? Digo, el hecho de pensar que no les importas.
- ¿Usted cómo se sentiría si sus propios padres, los que "supuestamente" deberían escuchar y entender a sus hijos, se la pasen diciéndole que haces todo mal; que es una vergüenza para la familia, que nunca llegara a ser nada en la vida y muchas otras cosas? Se sentiría mal, ¿Verdad? Bueno, yo ya me acostumbré; me acostumbre a que me insulten y me digan lo idiota que soy todo el tiempo ¿Me gusta? No ¿Aprendí a vivir con ello? Desagraciadamente, sí.
- ¿Por eso haces esto?
- ¿Hacer qué?
- Los grafitis.
- ¿Eres psicólogo acaso o policía?
Emilio ríe ante el comentario del chico.
- No, no soy psicólogo, pero puedo notar que no sos solamente un pequeño vándalo y, no sé, me gustaría ayudarte de alguna manera.
Antes de que Joaquín pudiese responder cualquier cosa, se comienzan a escuchar los gritos de una persona, unos gritos que Joaquín conocía a la perfección.
- Ya llegaron.
Emilio mira incrédulo a Joaquín
- ¿Quiénes?
- Mis padres.
[*]
Hogar, ¿Qué es un hogar?
Existen muchas expresiones y frases que incluyen la palabra hogar, tales como "calor de hogar" o "no hay lugar como el hogar", todas refiriéndose precisamente a aspectos de la propia casa que no se pueden ver, ni tocar. Se enmarcan en el plano de los sentimientos, como el amor y de sentirse perteneciente a algo.
Pero Joaquín no contaba con eso; ese lugar en el que se supone que uno debe sentirse cuidado, amado y respetado; no existía.
Ahí era donde más daño le hacían, ahí no existían esos sentimientos para Joaquín, para él; ese lugar era, simplemente, una casa.
[*]
Joaquín estaba entrando a su casa con los regaños por parte de su madre y padre detrás suyo.
- ¿Tú no aprendes verdad? ¿Cuántas veces te hemos sacado de la cárcel esta semana? ¿Así es como quieres dejar tu huella en el mundo?
- ¡Si ¡- Joaquín se da vuelta y mira fijo a sus padres- Así es la manera en que quiero dejar mi marca en el mundo, ¿Tienen algún problema con eso?
- Si- ahora era su madre quien hablaba- El problema es que, tenes 18 años y no estás haciendo nada con tu vida, es más, la estas desperdiciando por andar de vándalo.
Joaquín suelta una risa irónica y comienza a caminar hacia su habitación dándole la espalda a sus padres.
- ¡Joaquín! - lo llama su padre- ¡Te estamos hablando!¡No nos des la espalda!
- Te equivocas papá. Yo lo único que hago es escuchar sus regaños; regaños, regaños. Ustedes nunca me escuchan, así que no pidas que haga algo que ustedes ni saben hacer. Si queres ser escuchado, aprende a escuchar primero. Buenas Noches.
Y así fue como Joaquín dejo con la palabra en la boca a la Señora y Señor Bondoni.
[*]
Emilio por fin llegaba a su departamento después de una larga noche.
Después de que a su pequeño vándalo se lo hayan llevado sus padres, Emilio se tomo la libertad de tomar el expediente del chico y llevárselo a su casa bajo la excusa de "poder entenderlo mejor".
Y era verdad, desde cierto punto de vista.
Emilio quería entender mejor a Joaquín y para eso tenía que saber por qué había empezado a cometer "pequeños" delitos.
Era cerca de la una de la mañana así que, después de una ducha y, con un café en mano, Emilio decidió empezar a leer el expediente del chico que sin pensarlo movería toda su vida.
***
Un nuevo capitulo de esta nueva historia.
Espero que les este gustando leerla tanto como a mi me esta gustando escribirla.
No se olviden de votar, comentar y compartir la historia, si quieren.
Gracias por el apoyo 💫
Los amo mucho 🖤
Con mis mejores deseos,
S.L.B
YOU ARE READING
Pequeño Vándalo (1ra Y 2da Temporada) [Emiliaco] [Terminada]
Teen Fiction- Tengo al pequeño vándalo. - Me llamo Joaquín, Joaquín Bondoni Gress. - Yo soy el Oficial Emilio Osorio. Joaquín es un chico de 18 años que piensa que la vida ya no tiene sentido para él, incomprendido por su familia y lobo solitario, quiere dejar...