Epilogo

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¡Por fin el famoso epílogo!

Disfruten

[*]

Emilio estaba terminando de cerrar la puerta de la casa, cuando un pequeño de unos 4 añitos; con unos rizos alborotados por todas partes, llega corriendo y se lanza sobre él.

- ¡Papi! - dice el pequeño completamente feliz – ¡Papi ta en cacha! – Emilio no puede evitar sonreír ante la emoción de su hijo, y abrazarlo fuertemente.

- ¿Cómo esta el niño mas guapo de todo el mundo? – dice Emilio chocando su nariz con la de su hijito.

- Toy bien papi y... - de pronto el niño miro con los ojos muy abiertos a Emilio y empieza a moverse para que lo bajen de los brazos de su padre, cuando Emilio lo deja en el piso, el niño sale corriendo hacia la habitación de su papá y vuelve con algo en su pequeña manito.

Emilio mira curioso a su hijo mientras se agacha para tomar lo que tenía su hijo en la mano

- ¿Qué tienes aquí chaparro? – el niño sonríe y abre su mano dejando ver la antigua placa de policía de Emilio; Emilio no puede evitar estremerse al volver a ver esa antigua placa - ¿Dónde encontraste esto Sammy?

- Taba en el amario – dice con voz bajita y mirando sus pantuflas de los power rangers – Tabamos jugando a las escondidas y la vi, ¿qué cosa es papi? – Emilio no puede evitar suspirar mientras mira dicha placa, sin decir nada toma a su hijo en brazos, y se dirige hacia su pieza; pone primero a su hijo en la cama y después se acuesta él a su lado, rodeándolo con un abrazo y atrayéndolo a su pecho.

- Esto de aquí es una placa; una placa de policía, a lo que me dedicaba antes.

- ¿Y po que ya no eres policía? – dice el niño mirando atentamente a la paca en manos de su padre - ¿Cha no te gustaba ser policía? – Emilio aprieta el agarre de su hijo mientras suspira.

- No, de hecho, era lo que mas amaba hacer, pero... algo paso y tuve que dejarlo. – Sammy, al sentir la tristeza de su papi, se acerca mas a el y pone su cabecita en su pecho mientras pregunta - ¿Qué pacho papi... fue... fue algo malo? – Emilio tira su cabeza para atrás mientras cierra los ojos dejando caer un par de lágrimas.

- Si chaparro, fue algo malo lo que paso.

- Oh. – todo queda en silencio durante un rato y Emilio cree que su hijo ya se durmió, pero vuelve a escuchar se voz muy bajita - ¿Qué pacho?

- Esa no es una historia para chicos tan pequeñitos como tú. – Sammy hace un leve puchero y Emilio sonríe, mientras besa su cabecita. – No me haga esos pucheritos señor porque sino, no habrá pizza para la cena – al escuchar la palabra pizza, el niño levanta la cabeza; sonriendo ampliamente.

- ¡Chiiii, pizza para comer! – dice felizmente mientras aplaude, Emilio también sonríe y se levanta de la cama.

- Entonces anda a lavarte las manos, que yo la voy pidiendo – el ñiño asiente sonriendo y se va corriendo. Mientras Emilio tomaba el teléfono, no pudo evitar mirar una foto en su mesita de noche.

Sonríe, mirando la foto con nostalgia mientras un par de lágrimas salían de sus ojos

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Sonríe, mirando la foto con nostalgia mientras un par de lágrimas salían de sus ojos.

- Ojalá estuvieras aquí pequeño – vuelve a dejar la foto en su lugar y de pronto se oye la puerta tocando, Emilio se comienza a levantar para abrirla, pero su hijo es más rápido y corre hacia ella. - ¡Sammy, ya te dije que no le abras la puerta a... - Emilio se queda sin terminar la frase al ver quien era el que estaba detrás la puerta.

- ¡PAPÁ TAMBIEN TA EN CASA! – dice el pequeño muy fuerte y alegremente, se lanza a los brazos de su papá. El hombre abraza fuertemente a su hijo, mientras lo levanta; sus ojos se desvían a Emilio, quien se había quedado en medio del pasillo sin saber cómo reacción.

- Emi... - Joaquín es rápidamente interrumpido, los labios de Emilio se unen a los suyos.

Su pequeño había vuelto, por fin estaba en casa; por fin estaban juntos, Emilio no pudo evitar sollozar mientras juntaba su frente a la de su pequeño y abrazaba a su hijo.

- No puedo creer que hayas vuelto – susurra suavemente mientras se separaba y veía la cara de Joaquín, estaba tan hermoso como siempre y con los ojos brillosos.

- Los atraparon; los atraparon a todos y me dejaron volver a casa. – dice sonriendo mientras desvía la mirada hacia su hijo, quien tenía la cabeza apoyada en su hombro y también estaba sonriendo. – Lo cuidaste muy bien Emilio. – él simplemente se encoge de hombros.

- Fue fácil, es el chico más obediente, tierno y bueno en todo el mundo, ¿verdad Sammy?

- Chiii. – dice Sammy sonriendo. – ¡Y ahora tamos todos juntos ota vez, somos una famila y vamos a comer pizza!

Joaquín y Emilio no pueden evitar sonreír y volver a abrazarse.

Por fin estaban junto otra vez, y esta vez para siempre. 

***

Bueno, y como dice por ahí, colorín colorado la historia de esto Emiliaco ha acabado. 💫

Mil perdones por dar tanto, pero como dice el dicho; mejor tarde que nunca ahre. 

Ya poniéndonos serios, muchas gracias por la paciencia y por acompañarme en toda esta historia, ustedes no me ven pero en esto momento estoy con los ojos lagrimeando y se que si sigo escribiendo me voy a poner a llorar posta, así que nada; les agradezco por todo, sus mensajes, apoyo y todo. Sepan que los amo un montón, que cada ya tiene un lugar en mi corazón.

Gracias especialmente a mi grupo de tahis 💫

Nos vemos pronto.

Con mis mejores deseos, 

S.L.B 🖤

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