–Bruce... Él... —exhaló la agente pelirroja sin poder creer lo que veía en la pantalla.
Tanto ella como el resto estaban en completo shock.
–Lo mató... —afirmó Coulson.
–Le cortó la maldita cabeza —finalizó Beck.
–¿Ahora dónde está? —preguntó Fury seriamente.
–Perdimos toda señal, sólo tenemos a sus aliados —Beck revisó las cámaras hasta dar con la que se dejaba ver a esos tres jóvenes alejándose, los dos que podían volar sostenían uno cada brazo del tercero de cabello platino—. Parecen... Niños.
–Son niños —dijo Barton seguro de sí mismo—. ¿A dónde irán?
–Donde sea, pero allí estaremos —sentenció Fury.
—·•·—
Espada contra Metal.
–¿Enserio crees que podrás proteger a tú pequeño reino?
Golpe y patada.
–No es mí Reino.
Escudo y estaca.
–Oh, claro. Thor me contó sobre ti. Eres mejor líder que ese tal Odín.
Tony fue agarrado del cuello fuertemente y estampado hacia otra parte fuertemente.
–Este es mí hogar, y haré lo que sea para protegerlo de gente como tú.
–Vaya, debo admitir... —suspiró Tony recomponiéndose del golpe contra la pared—. Que eso me dolió —Heimdall pisó su hombro para mantenerlo quieto y lo apuntó con la espada.
–¿Tienes algún recado que confesar?
–No debiste hacerlo tan peliculero —sonrió. Heimdall se confundió un poco, sólo lo suficiente como para que el reactor se cargara con un láser y atravesara el pecho ajeno.
El asgardiano quedó de pie un momento, intentando acabar con el Stark, pero la vida se le escapaba ante el enorme agujero en su pecho. Ni siquiera su genial armadura lo había logrado proteger.
Cayó se espaldas fuertemente, haciendo un gran ruido por su estatura, complexión y armadura.
Tony se levantó y se acercó al cadáver.
–Qué gran guardia, ¿uh? —rió y le pateó la pierna, confirmando que estaba muerto. Levantó la gran espada—. Esto me lo quedo yo —se la puso en la espalda compartimiento creado por su nanotecnología—. ¿Y ahora?
–Sin rey, sin estabilidad, sin protección —susurró la Muerte abrazándolo por la espalda.
–Bien... —contestó él viendo desde lejos el gran castillo. Miles de pequeños misiles salieron de su espalda y se incrustaron en la estructura del puente recién construido, pero sin llegar a explotarlas. Voló hacia el reino sin perder el tiempo, entró por una de las ventanas de forma sigilosa.
Casi como un instinto macabro, fue hacia la zona de la celdas, y sin pensarlo mucho liberó a los prisioneros al destruir el dispositivo que los mantenía cautivos.
El caos se desató en la estructura. Y Tony sólo tenía un objetivo: Matar al complejo de Santa Claus combinado con Crono.
No fue muy difícil, sólo debía encontrar la más grande, ostentosa y brillante habitación.
Pero primero, no podía llegar sin un regalo.
¿Cual era?
La respuesta era simple: La reina.
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ᒍᑌᔕT ᗰY ᗰIᑎᗪ
Fanfictionlσ pєσr quє lє puєdєѕ hαcєr α αlguíєn єѕ rσmpєr ѕu mєntє... No había nada. Ni esperanza, ni confianza, ni cariño por quienes lo abandonaron. Perdió todo lo que amaba, y no pudo más con esa vida. ¿La solución? Una pequeña ayuda para hacer las cos...