Capítulo 2

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Ordenaron todas las pertenencias de Brendan en el cuarto de huéspedes y Joel lo obligó a sentarse con él a mirar una película que había alquilado al regreso del trabajo. Según él, Brendan jamás se tomaba el tiempo necesario para descansar o divertirse. Para su amigo todo era trabajo, responsabilidades y problemas. Debía aprender a relajarse y disfrutar de la vida y en ese proceso él lo ayudaría de buena gana.

—Moore —respondió a su móvil Joel—. No sé si podré ir estoy con huéspedes... bien le preguntaré.

Cuando colgó el teléfono dudó en preguntarle a su amigo si querría acompañarlo.

—¿Qué? —interrogó Brendan.

—Nos invitaron a una fiesta esta noche, pero no sé si llevarte.

—¿Por qué? ¿Es privada?

—No, no es privada. Es en el club Orión.

—Bien, me vendrá bien un cambio de ambiente ¿cuál es el problema? —preguntó al ver la indecisión de su amigo.

—¿Conoces el club Orión? —preguntó Joel.

—No, pero no es novedad. Después de casarme ya no frecuenté ningún lugar de esparcimiento.

—El Orión es un club gay.

—Ah ya... ¿y si no eres gay no puedes entrar?

—Por supuesto que puedes entrar, pero deberás acostumbrarte a los avances a los que te someterán.

—¿Avances? —preguntó sin entender.

—Sí, un hombre atractivo no pasa desapercibido en un antro de esas características.

—¿Eso quiere decir que soy atractivo?

—Por supuesto que lo eres, amigo ¿me vas a decir que no sufres avances por parte de las mujeres todos los días?

—Sinceramente, no —dijo levantando la mano donde todavía llevaba la argolla de casado.

—Ah... deberías quitarte eso.

—Sí, lo haré.

—Entonces... ¿quieres venir?

—Por supuesto —respondió con desenfado.


Cuando salieron cada uno de su cuarto listo para ir a la fiesta del club, ambos se sorprendieron por cómo se veían: Brendan impecable con unos tejanos oscuros una camisa de seda negra y un saco a juego. Está para comérselo, pensó Joel. Mientras que el otro lucía un pantalón negro y un suéter del mismo color, su cabello ondeado, revuelto y no bien peinado como acostumbraba.

El aspecto de Joel había llamado la atención de Brendan, pero no entendía su reacción. Decidió no analizarla, a partir de ahora todo sería nuevo para él. Había vivido tan poco antes de casarse, que había un sinfín de experiencias y cosas por conocer y estaba dispuesto a descubrir el mundo.

Hasta ese momento su vida se había reducido a su trabajo, a su casa y las peleas con su esposa. De ahí en más estaba dispuesto a explorar las novedades.

—¿Estás listo? —preguntó Joel.

—Sí, supongo que lo estoy.

—Vamos entonces.

En la puerta del Orión, el guardia reconoció a Joel enseguida, corrió la soga que impedía la entrada y los dejó pasar.

—Señor Moore —dijo el inmenso hombre.

—Buenas noches, Claudio ¿cómo estás? ¿Cómo anda todo por aquí esta noche?

—Muy bien señor, todo tranquilo.

Piensa en mí... pensaré en ti © *COMPLETA*Where stories live. Discover now