Capítulo 5

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Brendan se despertó al otro día por los ruidos, el olor a café y una fuerte discusión. Se levantó, se vistió y antes de salir para la cocina miró el reloj sobre la mesita: era mediodía, jamás se había quedado dormido en años. Con un pantalón de franela negro raídos hasta las caderas y una camiseta blanca que resaltaba su musculatura y como ya se le había hecho costumbre: descalzo, salió del dormitorio. Cuando entró al lugar Joel estaba de espaldas hurgando en la cocina mientras Patricia, mantenía ella sola –como siempre– una acalorada discusión de por qué su marido se encontraba en ese departamento.

—¿No crees que eso deberías preguntármelo a mí? —dijo Brendan sorprendiendo a ambos con su presencia.

—Pues bien... ¿puedes decirme por qué te has venido aquí? Vamos, junta tus cosas que volvemos a casa.

—No, lo siento esta vez no es así, vuelve tú a casa y espera a mi abogado.

—¿Tu abogado... estás loco? ¿Vas a tirar nuestro matrimonio por la borda por una simple discusión?

—No fue una simple discusión y nuestro matrimonio se fue por la borda hace ya muchos años. No hay nada que rescatar en nuestra relación.

—Sabes a lo que te enfrentas, ¿verdad? ¿Sabes que voy a luchar por nuestro patrimonio y voy a ganar?

—Por mi patrimonio querrás decir, tú nunca trabajaste y nunca te interesó nada en la vida más que gastar el dinero que yo ganaba.

—Muy bien... ¿me estás declarando la guerra, entonces? Atente a las consecuencias Brendan, soy una rival peligrosa y no me voy a detener ante nada hasta acabar contigo.

—No te preocupes, sé muy bien con quien estoy tratando.

—Nos vemos entonces.

Los dos se quedaron callados viendo alejarse la segura figura de Patricia Smith, con la convicción de que le traería serios problemas.

Brendan sacudió su cabeza. Las cosas hay que tomarlas cuando vienen no antes, pensó. Y ahora al ver a Joel otras cosas llenaron su mente, Se acercó a su amigo que ya estaba desayunando para irse a trabajar y apoyó una de sus manos en su hombro, con la otra levantó el mentón de Joel para que lo mirase.

—¿Sabes que ésta es la primera vez en años que me quedo dormido hasta mediodía?

—Ah, ¿sí? No alcanzo a imaginar por qué sería.

—Sabes muy bien que fue por ti.

Bajó su boca sobre la de Joel y lo besó como jamás imaginó que podía ser capaz de besar. Ya se habían besado otras veces estos últimos días, pero ésta era la primera vez que él lo iniciaba. Y ese poder le gustó, no sabía muy bien cómo eran las relaciones entre hombres, había mucho por aprender; pero después de lo de la noche anterior eso era lo que quería. Besar, aprender, saciar, explorar y por sobre todo quería la paz que traía Joel a su alma. El rubio lo miró a los ojos y pareció sorprendido... complacido.

—¿No crees que deberías ir más despacio? Todo esto es demasiado nuevo para ti.

—Sí, lo sé, pero quería agradecerte la paz con la que pude descansar anoche y la tranquilidad que tu presencia trae a mi espíritu.

—No tienes nada que agradecerme, créeme cuando te digo que esto es solo el comienzo, puedes llegar a sentirte en el cielo si estás con la persona adecuada.

—Bueno, como hoy es viernes y espero que no tengas que trabajar por la tarde me gustaría que pasemos el fin de semana conversando y aclarando algunas dudas. El lunes retomaré mi trabajo en la empresa y ya no tendremos tanto tiempo.

Piensa en mí... pensaré en ti © *COMPLETA*Where stories live. Discover now