Piensa en mí... pensaré en ti © *COMPLETA*

Capítulo 10

Joel llegó corriendo y agitado al club quería encontrar a Brendan, se había enterado de lo ocurrido en la empresa y del pequeño discurso de su ¿pareja?. Sonrió al recordarlo, lo tenía en su celular. Un amigo lo grabó para él y se lo había enviado. Las palabras dirigidas a esa gente eran muy propias de su abogado y bien merecidas, por cierto.

Claudio le dijo que había pasado por ahí pero como comprobó que todo marchaba bien se retiró a su apartamento para volver a la noche. A Joel le faltaba una obra por supervisar, luego también iría a descansar junto a Brendan para regresar más tarde. Había olvidado su celular en la primera obra que visitó, desde el club llamó al capataz y le pidió que se lo dejase al encargado del Orión.

Terminó su recorrido, estaba cansado y sucio y le urgía ver a Brendan para saber cómo se encontraba. No estaba seguro de cómo se manejaría en una situación así, él estaba acostumbrado, pero para su amigo era la primera vez. Si bien le había explicado algunas de las situaciones que se le presentarían, jamás imaginó que Patricia iría a su trabajo y armaría semejante lío. Pero lo resolverían juntos, como lo habían prometido la noche anterior.

Llegó al apartamento y se encontró con una nota sobre la mesa, Brendan le había dejado comida por si regresaba, también le decía que lo esperaba en el club. Con una sonrisa de satisfacción se dio una ducha rápida, comió algo y salió apuradísimo otra vez hacia el Orión. Ya no aguantaba sin ver a Brendan. Estuvieron todo el día desencontrándose y eso lo tenía bastante molesto. Si no hubiese olvidado su celular al menos habría podido hablar con él.

Ya era bastante entrada la noche cuando Joel entró al club casi corriendo en busca de Brendan. Cuando Ángel le dijo que no había vuelto por ahí empezó a sentir una desagradable sensación. Se dirigió hasta detrás de la barra para preguntarle al encargado si habían traído su celular. Cuando éste se lo entregó lo revisó enseguida y se encontró con varias llamadas perdidas de su pareja.

Al verlo tan nervioso Ángel se le acercó para preguntarle qué estaba pasando. Joel le explicó los desencuentros de todo el día y lo que ocurrió en la empresa con Brendan.

—Quédate tranquilo, seguramente con el tráfico y la cantidad de gente que hay en las calles se ha retrasado. No sabes a qué hora salió de su casa como para creer que ya es muy tarde, solo ten paciencia... ya verás que llega en cualquier momento.

—Sí creo que tienes razón, es que estoy desesperado por verlo.

Le hizo caso a Ángel y se sentaron a esperar la llegada de su amor. Ya habían pasado más de una hora y media, se encontraban en la mesa junto a Ángel y Joel, Gastón y Jorge. Cuando se hizo evidente que Brendan no llegaba, se comenzaron a intranquilizar. Seguía llamándolo al celular y éste no contestaba.

—Algo pasó, hay que salir a buscarlo —sentenció Joel.

—Tienes razón, llamaré a mis agentes, Joel... tú has la ruta desde el apartamento hasta aquí, Jorge revisa con tu amigo los alrededores, del club y tu Ángel, despliega tu gente por la ciudad, yo localizaré a Cabiezel y su gente. Tengo infiltrados —comenzó a organizar Gastón.

Joel salió disparado hacia su casa temiéndose lo peor, subió a su camioneta y como pudo fue avanzando entre el congestionado tráfico. Logró llegar casi en el doble de tiempo que lo hacía habitualmente, salió disparado hacia el ascensor cuando lo detuvo el conserje del edificio, para darle una nota que había llegado para él. Cuando la abrió y la leyó quedó petrificado y pálido.

«Moore, te advertí que me las pagarías...»

Volvió a salir desesperado hacia su camioneta mientras llamaba a Gastón.