II Capitulo 32 II

966 70 2
                                    

Él le deslizó la mano por la pierna y empezó a trazarle círculos con el pulgar en la cara interna del muslo. ________ sintió que le hervía la sangre y puso una mano sobre su vestido para detenerlo, porque no lo podía soportar.

—Y puedo decirte todo esto —declaró— porque, como he dicho, somos muy parecidos.

—Yo prefiero las diferencias.

Joel estiró un dedo debajo de la mano de ________, rozándole apenas, sólo apenas, la parte inferior del biquini. Ella se estremeció, pero a pesar de lo que le rogaban sus hormonas, aún no estaba preparada para desinhibirse con él.

—¿No tienes la impresión de que tu vida se ha vuelto muy rutinaria? —Preguntó, mirándolo a los ojos—. ¿Cómo estancada?

Él se puso tenso.

—Puede ser.

—Yo me lo he planteado, sobre todo desde que te conocí. ¿Puede la gente dejar atrás su vida? Porque me preocupa sentir que tengo que hacerlo.

—Tal vez sólo dejamos atrás algunas cosas —dijo él, con seriedad—. Para dar lugar a otras.

—Eso es muy intuitivo para un chico al que no le gusta pensar en el futuro.

—Creía que eso no era ningún problema para ti.

—No lo es. En realidad, es uno de los motivos por los que me resultas tan atractivo —reconoció—. Porque vives el momento, relajado y sin preocupaciones.

Joel la miró detenidamente.

—Y eso te encanta, ¿verdad?

—Sí. Sin presiones, sin preocupaciones.

—Sin presiones, sin preocupaciones —repitió él, con una sonrisa—. Entonces, ¿por qué no estamos haciendo el amor y abandonándonos al momento?

—Porque hasta las chicas con fobia al compromiso tienen sus límites —contestó ________, poniéndose en pie—. Y uno de mis límites es saber dónde me estoy metiendo antes de irme a la cama con alguien.

—Lo que ves es lo que hay —afirmó Joel, pero también se levantó del sofá.

Ella fue hasta la puerta y la abrió. Deseaba con todas sus fuerzas que no volviera a tocarla, porque si lo hacía, cedería más de prisa que una maleta barata.
Joel se acercó a la puerta con un suspiro. Había anochecido. Miró a ________ y sonrió.

—El tiempo pasa volando contigo.

Ella echó un vistazo y se sorprendió al ver el cielo negro.

—Aún te debo unas clases de baile —dijo él—. Y a cambio, quiero pedirte un favor.

—Te recuerdo que he pagado por esas clases.

—Tranquila; esto te va a divertir. Quiero que me enseñes a hacer surf.

Ella se quedó boquiabierta y después soltó una carcajada.

—¿Tan raro te parece? —preguntó Joel.

—No, pero, ¿por qué quieres aprender ahora a hacer surf?

—Porque tú haces surf.

________ creyó que se iba a derretir.

—Hago surf desde que empecé a caminar, Joel.

—Entonces, enséñame.

—Estás loco.

Él sonrió.

—Pero a ti te gustan los locos.

—Sí.

—Entonces, enséñame.

—De acuerdo. Tú me enseñarás a bailar, y yo te enseñaré a hacer surf —extendió una mano para sellar el trato—. De hecho, seré la primera en empezar. Nos reuniremos aquí el fin de semana que viene. El sábado a las cinco y media de la mañana.

—¿De la mañana?

—De la mañana.

Joel la miró a los ojos y sonrió mientras la atraía hacia sus brazos para darle un beso que la dejaría aturdida.

—Que sea a las seis y media —murmuró contra la boca de ________.

—A las seis o no hay trato. La mañana es la mejor hora para hacer surf.

Él le ofreció otra de sus sonrisas sensuales y suspiró.

—De acuerdo, a las seis.

Su aceptación fue seguida de otro beso apasionado y tierno a la vez que por poco no hace que ______ lo cogiera del cuello, atrayendolo más a ella, y obligándolo a quedarse a pasar aquella noche en su casa. Pero ella se controló y simplemente se limitó a quedarse temblando tras aquel increíble beso. Único. Solo Joel podía besarla de aquella manera, encajando tan perfectamente sus labios.
El chico la soltó, la miró a los ojos y sonrió.

—Buenas noches.

—Buenas noches, Joel.

—Que tengas dulces sueños, preciosa—dijo él, antes de perderse en la noche.

Ella se quedó mirándolo, sonriendo como una idiota. Aquello era perfecto, sólo piel, sólo diversión, justo como a ella le gustaba.
Pero al pensarlo se le desdibujó lentamente la sonrisa.

Seduceme II Joel y tú II TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora