II Capitulo 40 II

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—¡Esto es como demasiado enorme! —gritó.

Él sonrió.

—Sí. ¿No te encanta?

—Pero, ¿de donde diablos has sacado tantísimo dinero para pagarte esta pedazo de casa?

Él se acercó y la tomó de la barbilla para que lo mirara.

—No crecí en una casa como ésta, ¿sabes? Así que ahora quiero todo lo que no tuve.

Ella sonrió, pero enseguida se puso seria.

—Joel...

—No. No cambies de idea.

________ cerró los ojos.

—No quiero que esto termine. Pero si me quedo, si jugamos, no vamos a parar ahí. Y entonces, mañana todo habrá terminado.

—No te entiendo. ¿Por qué se va a terminar?

—Porque me habré cansado de ti. Siempre me canso de los chicos después de acostarme con ellos.

Él sonrió y sacudió la cabeza.

—Pero no nos hemos acostado.

—Joel...

A él se le desdibujó la sonrisa.

—Lo dices en serio. Quieres irte ahora para que no nos acostemos y podamos seguir viéndonos.

________ asintió avergonzada.

—Los dos tenemos una historia —dijo él—. Una gran parte de la tuya es trágica, y me encantaría poder cambiarla, pero ninguna de nuestras relaciones pasadas debería ser un factor que influyera en esto. Lo que hay entre nosotros es diferente. Original.

—Y aterrador.

—Y aterrador —convino—. Pero no me importa, y me sorprende que a ti sí.

—¿Qué significa eso?

—Que creía que tenías agallas y determinación. La primera noche te miré y vi...

—¿A una chica de playa?

—A una chica a la que quería conocer más —declaró Joel—y cuando lo hice vi lo fuerte que eras, la actitud admirable que tenías después de lo mal que te había tratado la vida. Seguiste adelante y ganaste —se acercó más y le acarició los brazos, como si quisiera hacerle ver lo que él veía—. Ganaste. Y es algo que me encanta de ti, ________. ¿Qué digo? Es una de las cosas más atractivas que tienes. Pujaste por mis clases de baile porque querías. Porque me deseabas. Si has cambiado de idea porque has perdido el valor, entonces no te conozco en absoluto.

Aquello consiguió molestarla.

—¿Eso crees?

—Sí. Ahora, ¿te quedas o no?

Ella echó un vistazo a su alrededor antes de volver a la desafiante mirada de Joel y sonrió con ironía.

—Tienes una forma de plantear las cosas...

—¿Sí?

—Bueno, sería estúpida si desperdiciara todo ese dinero.

Él sonrió.

—Sí.

—Además —dijo ________, apartándose para hacer ejercicios de calentamiento con los hombros—. Te voy a demostrar que puedo llegar a ser una gran bailarina, incluso mejor que tu.

—Yo creía que esto era una clase.

—¿Y por qué no apostamos?

Joel no pudo contener la risa.

—Soy profesional.

—Ya, profesional después de aprender —puntualizó ella, quitándose la sudadera—. Y hace unos años, seguro que tampoco sabías bailar.

Las camisetas eran tan finas que se le marcaban los pechos perfectamente. Joel sintió un repentino picor en las manos, por la necesidad de tocarlos.
________ lo miró, profundizando la mirada de rivalidad.

—Métete conmigo y verás —amenazó.

—¿Es una declaración de guerra?

Ella sonrió lentamente.

—Sí.

—¿Bailamos solo en el centro de la pista?

—En toda.

________ estaba jugueteando con uno de sus tirantes, y él se quedó mirándola absorto.

—¿Joel?

—No hay problema.

Joel estaba seguro de que no le costaría mucho convertirla en una admirable bailarina. Sacó varios discos de una estantería, pero ella se los quitó de las manos y se alejó zarandeándolos.

-Yo decido la canción.

Se giró y sonrió con arrogancia. Él soltó una carcajada y fue tras ella. La cogió de la cintura y la apretó contra él.

-Decide-Le ordenó mezclando su aliento a menta con el de ella.

_____ se perdió en los aromas.

-_______, te recomendaría algo...

-¿Qué?

-Que te quites esos bonitos tacones.

-¿Por qué?

-Porque te aseguro que acabaras por los suelos.

-Pero ahí estarás tú para cogerme, ¿No?

-¿Segura?

_____ lo miró, tratando de descifrar algo en su misteriosa mirada.

-Bien, entonces hagamos una apuesta.

-¿Por qué no?

-El ganador elige el premio.

Él no se lo podía creer.

-¿Cualquier cosa?

____ movió las pestañas, y a él se le escapó una carcajada, porque estaba seguro de que le estaba tomando el pelo y no hablaba en serio.

-Cualquier cosa en la que ambos estemos de acuerdo.

-Conforme. ¿Y... que apostamos?

-El primero que tropiece, pierde.

Joel volvió a reír.

-¿Cómo vamos a apostar eso? Yo soy experto, no llevo tacones. Tú eres novata, y llevas al menos cinco centímetros más de los que deberías.

-Da igual. Quiero apostar.

-Vale, bien. Como quieras.

Con desventaja o no, Joel ganaría y reclamaría su premio. En la cama.

-Quiero esta-dijo después _____, señalando uno de los discos que Joel seguía cargando en sus manos. Se alejó cinco segundos para colocarla en el reproductor y volvió con ella, pegando su mirada a sus ojos. Ella le sonrió y se pegó a él. Joel la miró con ternura y pasó su mano por la mejilla de ______; primero los nudillos, lentamente, después fue extendiendo la mano hasta que los dedos rozaron su fina y perfecta piel. Bajó su cabeza un poco, y dejó un cariñoso beso de varios segundos sobre sus labios. Seguidamente, hubo un silencio.

-¿Listo?-fue lo siguiente que dijo ______, entrelazando sus dedos con los de Joel.

Seduceme II Joel y tú II TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora