Llegamos al salón sin más palabras por intercambiar, aunque decidí sentarme junto a ella pues entendí que no le desagradaba, simplemente esa era su forma de ser. Y la verdad existían distintas personalidades así que capaz solo iniciamos con el pie izquierdo.
Pero aquello se podía mejorar.
—¿Sabías que las nutrias de mar dan la mano mientras duermen? —Me observó con poco entendimiento—. Intento entablar una conversación contigo —declaré escuchándola soltar una pequeña risa.
—Tienes una peculiar forma de entablar conversación —coincidió sacando sus libros al ver ingresar al maestro.
Esa involuntaria risa fue motivación suficiente para creer que podríamos tener una buena relación a futuro.
El profesor no perdió tiempo en saludos explicando de entrada el tema de la clase, como apenas iniciábamos nos dio un recorrido por las teorías de exponentes junto con el significado de los complejos polinomios. Todo esto en el tiempo estimado de dos horas porque gracias a Dios tuvimos que dirigirnos a la siguiente materia.
—¿Qué te toca? —interrogó Carla quien acababa de revisar su horario a lo que también me dispuse a leer el mío.
—Biología —objeté complacida debido a que era de mis horas favoritas—. ¿Cuál tienes tú?
—La misma —replicó con una mueca mientras volvía a examinar el papel, capaz tenía la esperanza de hallar algo diferente ahí—. De acuerdo. —Asintió pareciendo rendirse—. Vamos, será mejor que lleguemos a tiempo.
—¿No te gusta biología? —debatí procurando caminar a su misma velocidad, cosa que se me dificultaba pues ella era rápida—. ¿No quieres que nos topemos en más clases?
—No —contestó, mas no sabía a cuál pregunta iba dirigida. Y como no se esforzó en aclarármelo asumí que se trataba de la segunda.
Por lo que era de esperarse que de nuevo se formara cierto silencio entre nosotras camino al aula de biología. O nuestras personalidades contrastaban demasiado o era que esto se volvió más difícil de lo que recordaba.
«Son ambas»
—¿Ya no intentaras entablar conversación? —consultó logrando recibir un fruncimiento de cejas por mi parte—. Son interesantes —agregó.
Hace unos segundos acabó de afirmarme que no le gustaban estas lecciones juntas, sin embargo, quería que le pusiera charla como si nada. De verdad que no comprendía las actitudes de esta chica.
Vale... Tal vez le andaba dando muchas vueltas.
—Las personas tienden a utilizar preguntas triviales para iniciar una charla a lo que es más que automático dar simples respuestas, esa es la razón por la que siento mejor cuestionar sobre cosas no predecibles —expliqué recordando que aquel truco lo aprendí de Iván. Me era gracioso cuando curioseaba así de repente.
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¡Cállate, cerebro!
Genç KurguCuando su familia decide mudarse, María tiene la oportunidad de iniciar su vida desde cero, haciendo amistades y tratando de conseguir una vida normal. Al llevar un tiempo, se da cuenta que entre las propias amistades se guardan secretos, que hay un...