La luz blanca del día acariciaba mis ojos. Mi cuerpo estaba tan tranquilo, calmado, en paz. Sentía como mis pulmones inhalaban el aire puro para después exhalarlo. Mis pies se sumergían en las frías aguas de aquel lago que me ayudaba a soportar el calor que hacía este día.
Todo era... tan perfecto.
Pero...
— ¡Cuidado! — Gritaron.
— ¿Eh? ... ¡No, no. Mierda! — Y caí al agua. Impulsivamente nade para después tomar los pies de Izan y sumergirlo conmigo, bajo el agua empezamos unas lucha amistosa.
— ¡Chicos, hora de comer! — Escuchamos.
— ¡Comidaaa! — Dijimos al unisono, aunque se nos olvido que... estábamos en el bajo agua.
¡No respiro!
Ambos salimos tomando grandes bocados de aire.
— ¡Izan! — Una chica salío entre los arboles del bosque.
— ¿Qué sucede, Carla? — Pregunto este mientras llegábamos a la orilla del lago.
— El director te busca, parece que quiere hablar algo contigo — Le dijo la chica.
— Mierda... ¡Les juro que no he hecho nada malo... creo!
— No te va a regañar — Aseguro — ¡Ve!
— ¡Dejame secarme! — Bufo. Una vez seco se coloco una playera y corrió, alejándose de nosotros.
— ¿Deberiamos acompañarlo? — Pregunto Kate ladeando la cabeza — ¿Cómo buenos amigos?
— ¿Y abandonar la comida? Ni loco.
— Bien dicho — Sonrío, y atacamos nuestro festín.
Después de 15 minutos...
— ¿No creen que esta tardando mucho? — Pregunto la pelirroja.
— ¿Deberia? — Mi boca estaba tan llena de comida que apenas de pudo entender lo que dije.
— Pues, no tolera estar mucho tiempo con su padre. Debió volver hace unos cuatro o cinco minutos — calculo.
— No es necesario, miren — Apunte — Está por ahí.
— Pareciera que buscase algo... ¡Izan! — Llamo Kate.
— Eh... Chicos ¿Podrían ayudarme? — Empezó ha rascarse la nuca.
— ¿En qué? — Preguntamos.
— Mi padre, digo "el director" me dijo que hay unos nuevos campistas, pero... pareciera que se escaparon al llegar...
— ¿Y?
— Hay que buscarlos o nos podrían denunciar los padres.
— Está bien — Aceptamos.
Nos levantamos del suelo y nos vestimos para empezar caminar por los alrededores del campamento. No debieron ir tan lejos.
— ¡Jesse! — Grito Izan — ¡Ven, rápido! — Nos reunimos.
— ¿Dond-? — Empecé a decir.
— ¡Sssh! ¡Nos pueden oír! — Cubrío mi boca con su palma, nos agachamos cubriéndonos con unos arbustos y observamos: Habían dos chicas. — Ven, muévete.
Dejamos nuestro escondite y nos acercamos a ellas.
— Hola — Saludo Izan, ellas levantaron la vista. Estaban apoyadas en un tronco de un árbol bajo su sombra, una leía y la otra estaba en su teléfono. — ¿Ustedes son...?
Se observaron entre si, una respondío:— Yo soy Maxinne y ella es Sophie — Apunto a su compañera la cual no le quitaba la mirada a su teléfono.
— Hola — Pronuncio Sophie, alzo la vista hacía nosotros.
— ¿Qué hacen aquí? ¿Ustedes son las recién llegadas?
— Sí, nos escapamos porque no queremos estar aquí — Empezó a decir Maxinne. Si quieren saber Maxinne es una de esas chicas con un buen estilo, su cabello negro llegaba hasta sus hombros, usaba gafas al estilo hipster. Debo admitir que era guapa.
— Nos obligaron — Completo Sophie, ella era opuesta a su compañera. Su cabello era largo y sedoso ¡Ah! Debo agregar que su puntas eran un tipo de celeste. Tenía un rostro delicado y también tenia un buen estilo. — ¿Y ustedes que hacen aquí?
— Lamento decirles que nos enviaron a buscarlas — Les dijo. Pude notar en sus rostros sorpresa y frustración.
— Ya que... Vamos, Sophie. — Maxinne se levanto. — ¡Sophie!
— ¡Ya! — Chillo la chica guardando su celular. Al levantarse casi la pierdo de vista. La chica tendría que medir un metro cincuenta y dos.
Izan coloco su mano en su boca intentando ocultar una carcajada. Si comparamos a Izan y Sophie... Izan es una puta palmera y Sophie...
— ¡¿De que te ríes?! — Pregunto Sophie.
— De nada, pitufina — Se burlo.
— ... ¿Cómo me dijiste?
— ¿De que hablas? Yo no dije nada.
— Te lo advierto, si dices algo respecto mi altura juro que te asesinare.
— Claro, claro. — Ellas tomaron sus mochilas — Si quieren las podemos ayudar con esa carga.
— Por mi está bien — Dijo la hipster, me acerque a ella y tome su maleta.
— ¡Oh! Creo que también deberíamos presentarnos — Dije — El es Izan y yo soy Jesse.
— Que lindo nombre, Izan — Dijo Sophie, para después sonrojarse. — Perdón, se me escapo.
— No hay problema, y gracias — Él se acerco a Sophie y tomo su maleta.
— ¡Izaaan, Jess! — Grito Kate.
— ¡Por aquí! — Grite de vuelta, ellas llegaron.
— Así que las encontraron, que bien — Carrie tomo un bocado de aire — ¡Dios, tengo calor!
— Cuando volvamos podrás tomar agua. Maxinne, Sophie. Ellas son Kate y Carrie — Se presentaron.
Mientras hablábamos serenamente pude notar que Sophie no quitaba su mirada de el Avatar.
*
Una vez que dejamos a las nuevas chicas en su cabaña Izan y yo nos largamos a la nuestra. Al llegar pedí el baño y me encerré en el, me desvestí para después darme una ducha.
Cuando escucho que la puerta se abre.
— ¿Izan? — Pregunte.
No respondío. Nuevamente escuche algo, después...
— Espero que lo que estoy pensando no sea real... — Dije.
— Oh, puede que lo sea — Murmuro Izan y tiro la cadena.
El agua tibia que recorría mi cuerpo se había cambiado a una aguas hirviendo.
— ¡AHHH! —Y salte de la tina cayendo al suelo. El Avatar reía a fuertes carcajadas, sonreí.
A pesar de que Lucy cumplió dos años de muerta hace dos semanas he conseguido que Izan no cayera nuevamente - aunque yo sufriera en ese proceso, hacerlo reír aplica métodos de hacerme daño cómicamente. - Él ahora está bien, yo hice mi parte de evitar que profundice su herida, ahora el debe buscar la cura.
Espero que sea pronto.
Imagen de Maxinne
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Campamento Weel's
Ficção AdolescenteDebido a malos círculos, Jesse Parker (obligado por su madre) emprende un viaje hacia el no tan famoso Campamento Weel's, en donde conocerá que a él no le hacen falta tantos tornillos como las nuevas personas que se encontrará en aquel lugar. Una h...