Campamento Weel's

24: Guerra de colores

— ¡Estas son las reglas! — grito la maestra Mix — ¡El equipo con participantes menos coloridos serán los ganadores!

Sostuve mi arma entre mis manos, ansioso. En mis días en casa de mis abuelos me enseñaron como disparar y tener buena puntería. Por fin podre usar mis habilidades. Sonreí por lo bajo.

— Jugaran en el bosque teniendo solo una hora. ¿Qué esperan? ¡Vayan!

Ambos equipos corrimos hacía el bosque, cual estaba preparado para esta lucha. Seis participantes en cada equipo; En el equipo Azul estaban: Max, Izan, Miriam y tres tipos que no recuerdo sus nombres. Mientras que en el mío estan: Sophie, Kate, Brandon, dos chicos extraños y yo.

Creo que ganaremos.

Tengo dos opciones: 1) Cuando termine la cuenta regresiva y empiece el juego me lanzare hacía ellos y los atacare. 2) Correr lo más gay posible hacía el bosque y esconderse. Creo que la dos queda mejor conmigo. 

3...

Pero la uno me servirá para impresionar a la chicas...

2... 

Más a Kate. Sería hermoso...

1...

¡Sí! Los atacare y me sacrificare por mi equipo.

0...

— ¡ADIÓS PERRAS! — Grite mientras corría lo más rápido posible hacía el bosque.

Soy lo mejor, yo lo sé. 

Esto me recuerda a Los juegos del hambre... Meh.

Me subí a un árbol e intente esconderme entre las ramas, esperando que un enemigo aparezca en mi campo de visión. 

Escuche una rama partirse. Me coloque en posesión para atacar y espere.

— Ahí estas... — Susurre para mi mismo al ver Miriam caminar sigilosamente. Y apreté el gatillo.— ¡BUM BABY! ¡Justo en el trasero! 

Mierda, no debí abrir la boca.

— ¡Quién anda ahí!

Me escabullí. 

— Ufff — Suspire. Casí me atrapan.

Pisada. 

¡Ah! (inserte grito de chica) ¡Alguien viene!

— ¿Quién anda ahí? — Escuche decir.

— Nadie — Respondí.

— Menos mal, me asuste — Dijo Izan.

No pude evitar reír. 

— ¡Ahí estas! — Me apunto Izan con su arma.

¡Mierdaaaaaaaaaaaaaaa!

— ¡Eh! — Chille moviéndome de mi lugar, esquivando una bola de pintura. 

Querido Jesse: Acuérdate que estas en un árbol, maldito idiota. 

Respuesta: ¿Y qué?

Querido Jesse: ¿Y qué?... ¡TE ESTAS CAYENDO IMBÉCIL!

Oh.

Eso explica porque no siento nada bajo mis pies.

... ¿Deberia gritar? 

Conciencia: Eso creo.

Buenooo...

— ¡AHHHHHHHHHHHHHHHH! — Grite. 

¡Ahí viene!