9. Justo a tiempo para el descontento

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Hubo una vez en que no me sentía mal. Unos años en que pude ocuparme y estar centrado en cosas poco importantes pero significativas en el afecto. Hoy en día son recuerdos que no pudieron avanzar más. Se quedaron atrapados en la red del encierro miserable de la inacción. Hoy en estos días raros hay un único sentimiento que mandonea al resto. Pone al resto de mi adentro de malhumor. Puedo lidiar con las proesas, pero me matan los recuerdos.

¿Quién soy yo para estar acá? Hay gente mejor y gente peor que yo, si vemos esto como un castigo kármico. Realmente quiero que haya algo bueno en mi. Me estaba encargando de vivir lo más que podía para aprender sobre mi realidad. Ahora debo olvidar todas las respuestas aprendidas y volver a trabajar en mi esencia en esta boca de lobo tecnológicamente avanzada. ¿Así imaginaba mi futuro? ¡¿Así imaginaba el futuro?! La felicidad pasó por mi lado y fue tarde cuando le estiré la mano.

Debido a que la Naturaleza se cansó de nosotros porque los humanos son una raza horrenda, yo estoy acá varado. El despropósito de los actos humanos llenos de egocentrismo, ira de la mala y apego a lo mediocre han llevado a que eso que solo pasa en sueños ocurra. El futuro de la Tierra se convirtió en una broma cruel. Soy un milagro del castigo, un milagro maldito. Un prodigio que se extingue bajo la mirada de unas testigas olas de la destrucción.

Yo era un chico con sueños inalcanzables y mala suerte. Con un corazón predispuesto para ayudar al otro. Esa es mi misión en la vida. Quiero curar. ¿Por qué castigarme si busco hacerle bien a todos? Estaba realmente consiguiendo mis propósitos y mostrando mis talentos. ¿Justo tuvo que ocurrir ese desastre en mi Universo en un buen momento de mi vida?

A la mañana siguiente de mi primer día, charlé en el cuarto con Emiliano. Se sentó en una silla al lado de mi cama y me contó del colapso. En el año 2035 de mi realidad las masas sísmicas cambiaron modificando a la Tierra misma. Un tercio de lo que conocemos desapareció. Unas olas grandes destrozaron mucha Humanidad. Mi país, que claramente mucho no me gustaba, toda mi gente pereció bajo las calamidades climáticas verdugas. No hay rastros de sobrevivientes. O por lo menos no que él conozca. También me dijo que aparecí desnudo de una máquina que compró en una subasta de objetos de otras realidades. Dijo que aparecí de golpe y que estaba desnudo y desmayado. Qué grité y convulsioné en medio de un vapor trágico que salía de dicha máquina.

- La máquina te transporta de una realidad a otra. Esas realidad están limitadas. Podías programar para caer en una ubicación determinada. En nuestra realidad - Dijo Emiliano - es un objeto raro, pero no imposible de pensar. En la realidad en donde se creó esta máquina, solía usarse con frecuencia.

No se cómo otros enfrentarían semejante información. A mi me dio mucho sueño. Emiliano hizo una pantalla con sus manos cerca mio y dijo una especie de código con palabras raras. Apareció el título de lo que parecía ser una película, titulada "Extra Ordinaria".

- Mi idea es investigar más el paradero del dueño original. Te mantendré informado. Hay comida en la cocina.

Me dijo que toque la pantalla y que vea ese documental. El cerró la puerta y me acosté, tapándome con la frazada térmica.

Quise perderme en tus abrazos otra vez. ¿Alguna vez pensaste en alguien tanto que llegaste a pensar qué quizás sea por una razón empática? Quizás la otra persona también esta pensando en vos. Recordé lo que le dije a Soledad una vez. Ella había desaparecido y realmente la extrañé. No fueron muchos días. Habrán sido tres o cuatro, pero bueno, ¡Ella desapareció sin dar aviso! La recordaba con mucho afecto. esperaba que vuelva hasta que lo hizo. Volvió con muy mal humor. Malo no sé, era extraño. Estuvo así un par de días, luego volvió hacer ella misma. Le dije que estuve pensando todo el tiempo en ella.

- ¿Pudiste sentir cómo pensaba en vos? - Le dije.

Ella me miró y negó con la cabeza. Sabía que estaba triste y que por eso estaba siendo tajante. También sabía que el motivo de su tristeza del momento no era por mí en verdad.

Sabía que ella no fantaseó con mi presencia, con mi calor al compartir el mismo espacio y tiempo. Ella no sintió lo que yo sentí. La angustia se escapó de la caja de los truenos silenciados para mostrarme las diferentes y misteriosas maneras en las que ella actúa dentro mio para darme pistas poderosas.

¡Cómo me molestaban que le digan "amiga imaginaria"! Insistieron, Insistieron, Insistieron aún más. Era "demasiado grande" como para jugar esos "jueguitos de nene". Ni tampoco era lo "suficientemente grande" como para darme "algo para tomar" que sea útil para bajarme todo esto de la cabeza. Estaba en una "etapa jodida". A mi me parecía buena, pero al parecer no lo era. Ellos sabían más de mí que yo mismo. La negaban porque así es más fácil vivir.

Pese a esos detractores, fue una buena época de mi existencia. Es como volver a escuchar ese soft rock de los noventas y sentirse bien al respecto por la calidez del recuerdo. Eddie Brickell & The New Bohemians a todo volumen aunque ese tema ya era medio viejo para aquel entonces. Y sí, MTV seguía pasando videos.

Siempre estaba buscando la manera de aprender cosas. El país se caía a pedazos y yo a mis once años construía pelopinchos en el aire. Recuerdo divertirme usando el diccionario para buscar palabras y saber su significado. Estaba comenzando a sentirme más confiado a la hora de hacer deportes. Seguía siendo malo en la mayoría, pero comencé a interesarme por el atletismo y el basketball. Me gustaba el atletismo porque correr significaba para mí mucho más que desplazarme rápidamente de un extremo a otro. Significaba en realidad huir del Mundo y transportar mi joven mente a una nueva perspectiva. Y lo hacía rápido. Con respecto al basket, en ese mismo año se había hecho popular una serie japonesa animada. Su nombre era Slam Dunk. Trataba de chicos que practicaban basket en la secundaria. La trama era muy buena y los personajes muy geniales. No todos los niños de mi edad lo veían, pero yo era un acérrimo fanático.

Acá no existe Slam Dunk. Jamás fue creada. Hay series animadas japonesas, claro está, pero no hay muchos animes de basketball. Quizás si Takehiko Inoue hubiera existido, hubiese popularizado dicho deporte y hoy habría más series del estilo. Ahora que lo pienso, el creador debe de existir o debió haber existido. Vivió seguramente, pero no se dedicó al manga. O quizás sí se dedicó, pero dejó o no fue tan popular. Una vuelta lo busqué por Internet y mucho no pude encontrar. Hay Google por estos lados también, otro que Coca-Cola.

La Internet acá es algo espectacular. Es tan natural como respirar. Todo está controlado por la Internet. No hay nada que esté fuera de la red de redes. Cada minúscula bola de polvo está registrada. El planeta es wireless y plantearles una realidad sin ella les parece incomprensible.

Algo sorprendente son los Sensofy. Son unos aparatitos similares a una pastilla de carbón que te ponés en los costados de la cabeza e instantáneamente entrás a una especie de trance digital en donde no sólo escuchás música sino que también la sentís con tus otros sentidos. La ves, la olés, la podés sentir en tu piel. Cherry me dió unos y fueron una gran experiencia para mis sentidos.

Hay muchas maravillas, pero ninguna se parece a vos, Soledad. Ni mis padres, ni mis amores, ni lo que mas me fascina me llamó tanto la atención como vos. Me roba vida alimentar a mis pensamientos con vos asi crecen con tu cara. Es tan dificil de explicar porque las palabras no alcanzarán nunca el gesto de tus manos en mi mejilla derecha, cuando comparabas la talla de la palma de tu mano con respecto al tamaño de mi cabeza. Volviste a mi mente y se que es por algo más que para entristecerme.

ANNULARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora