Un chico cabello castaño estaba en su habitación despojándose de su ropa ya que había pasado un largo día con sus padres; colegio, iglesia, comprar y llegar haciendo tareas para el colegio, ya eras las once de la noche, después de un pequeño rezo antes de dormir se dispuso a quitarse la ropa para darse un relajante baño, lo necesitaba con urgencia.
Caminó hasta el baño desnudo, ya dentro dejó la puerta un poco abierta, muy poco le importaba que lo vean desnudo, solo vivían con él sus padres y ¿por qué avergonzarse de ellos? Si lo vieron desde pequeño; giró la perilla de la regadera y en lo que se iba a meter al agua la luz se fue
— Ash no
Se quejó al no ver nada. Caminó con cuidado hasta que el agua cayera en su cuerpo, sintió el agua helada correr desde su cabeza hasta sus pies, soltó un gemido de satisfacción porque valla que necesita ese baño
Mientras se bañaba escuchó el leve sonido de la puerta del baño chillar, volvió a tratar de ver pero solo se veía un poco su habitación por la luz de la luna que entraba por su ventana. Se dio cuenta que no había nada, el chico pensó que era el viento que entró, restándole importancia trató de tantear el jabón y logró tomarlo, pero cuando lo tuvo en sus manos se le resbaló y cayó en el suelo mojado, refunfuñando con el pie tanteó el jabón, al encontrarlo se agachó para recogerlo, pero pasó algo que no supo cómo reaccionar.
Cuando se agacho sintió unas manos en su trasero congelándolo en el acto, un frio corrió por todo su cuerpo, su respiración se trancó y su mente quedó en blanco pero luego su cuerpo comenzó a temblar levemente cuando sintió otra mano posarse en su glúteo izquierda y la derecha la apretó levemente, cuando sintió el apretón se espantó y se levantó quedando pegado a la pared del baño aterrado, su respiración acelerada y los ojos bien abiertos tratando de ver pero no lograba ver mucho, solo la puerta del baño abierta y la tenue luz de la luna que llegaba hasta la mitad del baño
— ¿Q-qué pasa? — Dijo asustado tratando de ver quién más estaba en el baño.
Se quedó quieto un rato esperando un sonido, movimiento o algo, pero no paso nada, cuando ya iba a pensar que estaba loco y alucinado unas manos se posaron en sus hombros impulsando su cuerpo hacía atrás pegándolo bruscamente a la pared. Si antes estaba asustado ahora lo estaba el triple; sintió una respiración mezclarse con la suya, sintió las manos bajar desde sus hombros, pecho, rozar sus pezones poniendo más tenso su cuerpo; por su abdomen y llegar a sus caderas, su cuerpo estaba tenso y su respiración acelerada; sintió como olfateaban su cuello para después sentir la húmeda lengua.
— S-suéltame… — Dijo con dificultad por el nudo en la garganta que tenía. El tipo llevó su mano y tomó su mandíbula, apretando con sus largos dedos las mejillas del chico — Q-quién eres — Dijo demasiado asustado
— ¿Quién crees que soy?
Era una voz gruesa y ronca; los vellos del chico se levantaron al escuchar dicha voz, era tan gruesa y seductora, lo que se le pasaba por la mente era que ese tipo era algo malo, un pecador
— S-suéltame, déjame, n-no me hagas nada — Dijo ya con la respiración acelerada
— ¿Por qué debería soltarte? — Le dijo ahora bajando su mano peligrosamente hasta el vientre del hermoso chico
— P-por favor, suelta — Le dijo aterrado de lo que le podría hacer — Dios mío ayúdame — cerró los ojos al sentir la mano del tipo bajar más hacia su entrepierna — Dios ayúdame, líbrame del pecado — comenzó a pedirle a Dios
