Por tres años consecutivos su nombre lideró las listas gracias a sus exitosos mixtapes y colaboraciones con diferentes artistas; además, con 26 años y una carrera próspera, se consideraba uno de los hombres solteros más codiciados del país, tanto po...
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EDITADO
Esa mañana YoonGi despertó de buen humor. Al abrir los ojos notó la cálida presencia de Holly contra su costado, la luz no se filtraba por su ventana y las pistas en las que estuvo trabajando en la madrugada estaban terminadas. Sin embargo, aquel buen humor se desvaneció en el momento en que la razón de su molestia cambió.
Ya no era solo la lista. En ese instante era insignificante. En su lugar, toda su frustración se asentó en un negocio del cual no podía desvincularse por más que peleara.
Junto a KiHyun caminó en silencio hasta las instalaciones de Eternal Monster Entertainment, el alto edificio que por cinco años visitó con el propósito de crear y posicionar su nombre en la cima; y que se había transformado en la sede donde sus frustraciones se convertirían en un ser corpóreo, una criatura que, de pies a cabeza, le recordaría su reciente fracaso.
Ambos desfilaron hasta la sala de juntas para tomar asiento. Cada paso que dio KiHyun, también lo dio un callado YoonGi que, al estar en la sala, no hizo más que portar de nuevo los lentes oscuros.
—Por lo mientras quiero que leas el contrato —el mayor tomó una de las carpetas que estaban perfectamente ubicadas delante de cada silla dándosela al rapero.
—¿Por qué soy el único artista aquí presente? —preguntó YoonGi viendo como el contrato comprendía cinco páginas con más de diez cláusulas.
—Los estamos esperando, pero veo que no puedes esperar unos minutos más —soltó el aire y añadió—: No quería mencionar a nadie hasta que todos estuviéramos presentes, pero para evitarte la molestia, el que hace unos minutos llamaste cara de ángel será por las próximas semanas tu más fiel compañero de grabación.
—¿A qué te refieres? Tenía entendido que era una unión entre discográficas, no que yo tendría que participar activamente de ella.
—Lee el contrato, por favor.
Omitiendo las cláusulas se centró en la descripción de dicha reunión.
En el acuerdo figuraba tanto el nombre de Eternal Monster Entertainment y Kive Entertainment indicando que ambas disqueras independientes eran las protagonistas de aquella alianza. Sin embargo, no era lo único que ocupaba un lugar especial en la página.
Como primera cláusula, y razón por la cual los vellos de su cuello se erizaron, estaban los nombres Min YoonGi y Park JiMin en una misma línea. Allí se especificaba que la oficialización de la alianza no se daría sino hasta el lanzamiento de una colaboración de los artistas principales de ambos sellos.
Y con eso dio por terminada su lectura. No tenía necesidad de seguir torturándose con ese documento, comprendía perfectamente por qué su mánager se había mostrado temeroso de dar detalles: no quería recibir un NO como respuesta.
—Debes de estar jodiéndome —exclamó YoonGi soltando el contrato para después pasar sus manos entre las desordenadas hebras grises.
—Ya quisieras —el mayor iba a agregar algo más, sin embargo, un doble toque en la puerta le hizo detenerse—. Llegaron.
