Capítulo 17: Reunión familiar

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Narra Dora

En cuanto Harry cruzo la puerta, me empecé a sentir mal. Nuevamente empecé a hiperventilar, y tal como ayer Atanas trata de calmarme.

Seguidos de Harry, entraron a la sala Bagman, Dumbledore, Karkarov, Madame Maxime, Crouch, McGonagall y Snape. En cuento el ultimo desapareció los murmullos empezaron.

- ¿Cuarto campeón?

- ¿Cómo metió su nombre?

- ¿Por qué siempre le pasan estas cosas?

Esa última persona fue Herms, que lo dijo en un susurro.

- Escúchenme, por favor. -dice el profesor Flitwick, después de mucho tiempo. – Todos vayan a sus salas comunes y nuestros invitados a donde se quedan a dormir.

Lentamente todos salen aun cuchilleando. Atanas y yo salimos de últimos por lo que caminamos solos hasta el barco. Siento pisadas detrás nuestro por lo que me volteo y al ver quien nos persigue, pongo a Atanas detrás mío. Mientras se acerca logro vislumbrar mejor a nuestro persecutor. Es una empousa. Sus pasos metálicos son amortiguados por el pasto, pero eso no evita que avance con mucha rapidez. Saco mis espadas-anillo y antes de que ella lo haga, la ataco. Nuestra pequeña batalla va bastante igualada hasta que me hace varios rasguños, debilitándome. Sigo atacando y ella saca unas alas enormes y se pierde en el cielo nocturno... conmigo en sus garras.

Mando mandobles a diestro y siniestro sin mucho éxito. Seguimos elevándonos y el castillo ahora es un punto lejano. A medida que pierdo el oxígeno, voy cerrando los ojos. Con mis ultimas fuerzas le corto el cuello y se deshace en polvo. Nuevo problema: estoy cayendo a una gran velocidad desde muy alto y me voy a desmayar. Ah, y voy a caer en el agua, convirtiéndome en tortita semidivina. Cuando estoy a unos diez metros del lago hago una pequeña capa protectora a mi alrededor y finalmente me hundo en la fría agua.

Una sombra se acerca, pero yo ya estoy inconsciente para cuando llega.

[...]

Estoy en un bosque. No es el del colegio, este se ve más oscuro y siniestro. Tengo un vestido blanco y mi cabellera pelirroja esta tan larga como siempre y libre. Mientras avanzo miles de palitos y piedras se clavan en mis pies, haciéndolos sangrar, pero no me importa. Sigo caminando y no se escucha el más mínimo sonido, solo las hojas secas rompiéndose bajo mi peso.

Camino lo que parecen horas hasta llegar a un claro hermoso: la luna llena brilla y me deja ver todo, un lago cristalino está en el medio y deja ver las hojas de los árboles que se mesen con el viento.

Avanzo hasta quedar al borde del lago y veo unas figuras salir de ahí. Hay dos hombres, una mujer y un chico más o menos de mi edad. Sus siluetas son borrosas, pero logro reconocerlas. Mi padre, mi tío, mi madre y... Logan. Lloro en silencio al verlos después de tanto tiempo.

- Dora... -trato de abrazar a Logan, pero lo traspaso.

- Log, ¿Qué hacen aquí? ¿Estoy muerta?

- Estas en coma. Tuviste una fea caída. -mi padre hace una mueca. -Venimos a advertirte. Tus pruebas son más peligrosas de lo que crees.

- ¿Porque lo dices, papá?

- Tendrás que ser muy inteligente para salvar a Cedric. ¿Recuerdas como sobrevivió Harry a la maldición asesina?

- Claro. El amor de su madre le da protección hasta que cumpla la mayoría de edad.

- Bueno, tendrás que hacer algo parecido contigo. Tengo entendido que te harás pasar por Cedric para que no muera, ¿no?

- Exacto. ¿Pero cómo lograría tener un escudo tan potente? Ustedes están muertos. -digo lo último en un susurro.

- ¿Te acuerdas del collar que te regale? -asiento. -Tendrás que recolectar todo el amor y cariño que te tienen tus amigos ahí, para que cuando la maldición te dé, quedes en una clase de sueño muy profundo. Y despertaras cuando alguien te lo quite. Ahora, -explica mi madre mientras me señala, -tienes que saber que, tu magia ya no será como antes. Aun tendrás tus poderes, pero serán muy débiles, casi nulos.

- ¿No habrá forma de volver a tenerlos por completo?

- Solo cuando encuentres el verdadero amor. -mi padre gruñe ante eso.

- Suena muy cliché.

- Que te puedo decir, la magia es casi tan antigua como el amor.

Bufo molesta ante su explicación. Lo peor es que tiene razón.

- Antes de que se me olvide. -dice mientras se desvanece. -Alguien te hará una visita pronto.

Me despierto sobresaltada. Giro para todos lados y observo que estoy en la enfermería con unos cables conectados a mí. También hay una maquina que hace un molesto pitido, indicando los latidos de mi corazón.

- Veo que despertaste.

Me giro hacia la voz, encontrándome a la enfermera.

- Si, ¿Cuánto llevo aquí?

- Unas dos semanas.

- ¿¡Como!?

- Eso mismo. Estabas en coma y tus amigos te visitan a diario. -señala con su pluma a mi lado donde miles de tarjetas, regalos y dulces me esperan. -Llegaste muy mal. Casi todos los huesos rotos, desangrada por múltiples cortes, hipotermia, falta de oxígeno y por último en coma.

- Madre mía...

- Y que lo digas, -dice revisando sus papeles. -Recién te pude poner estable y despertaste unos dos días después.

- ¿Ya me puedo ir?

- ¿No estarás hablando en serio, o sí?

- Estoy hablando muy enserio. Solo necesito ambrosía, me imagino que ya tengo toda la sangre que me faltaba, los cortes ya no están, desperté y tengo oxígeno. Lo único seria estar abrigada por la hipotermia.

- Eres increíble, casi mueres y te lo tomas a la ligera.

Me encojo de hombros.

- La costumbre.

- De acuerdo. Cualquier cosa, no dudes en venir.

- Gracias Pomfrey, adiós.

Salgo de la enfermería y veo que nadie esta en los pasillos por lo que deben estar en el comedor. Subo veloz a la torre de Gryffindor y entro a mi habitación anterior, donde ya se encuentra mi baúl. Hago lo que tengo que hacer y me pongo la capucha de mi uniforme de Hogwarts sobre la cabeza con cuidado de que no se vea mi cabello y salgo como cohete a desayunar. Entro y todos me observan, pero sigo delante hasta donde esta Herms.

- Hola, ¿Quién eres?

- ¿No reconoces a una vieja amiga, Herms?

- ¿Dora?

- En carne y hueso. -salta en mi dirección aprisionándome entre sus brazos y lentamente TODOS mis amigos se unen al abrazo creando una gran piña conmigo en el centro. Aprovecho y hago lo que mi madre me dijo y susurro, casi inaudible, las frases del hechizo.

- Η αγάπη και η αγάπη, θα με προστατεύσουν, ενάντια στο κακό που θα κερδίσουν. 

Siento como mi magia va yéndose de mi cuerpo hasta dejarme casi vacía. Mi collar brilla un poco para después apagarse, pero raramente me siento como si tuviera una capa protectora a mi alrededor.

Nos despegamos y cada uno me abrazo por aparte para volver a sus mesas. En la mesa de los profesores, Moody me observa con un brillo malicioso en los ojos. Me siento otra vez con el trio y alguien habla detrás mío:

- Vaya, vaya. La sangre-sucia sobrevivió. Deberías haberte muerto, nadie te quiere aquí. – A ver, medio comedor me abrazo porque volví, ¿y dices que nadie me quiere? Pensé con burla. Siento un tirón en mi cabeza y antes de que pueda evitarlo, me quita la capucha dejando ver mi cabellera pelirroja.

- Quien lo diría, otra Weasley. ¿No se cansan sus padres de tantos hijos? -dice ahora Draco que acaba de llegar al GC. Me voltea y abre los ojos como platos. - ¿Jackson?

-Malfoy. -sin decir otra palabra se va a su mesa.

Una Jackson ¿en Hogwarts?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora