Capítulo 20: Un aviso importante.

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Harry vuela en picada y antes de llegar al suelo se nivela y consigue el huevo de oro. Todos se levanta y aplauden de manera eufórica, pero no más que Herms, Ron y yo.

- ¡Miren eso! -grita Bagman -. ¡Mírenlo! ¡Nuestro paladín más joven ha sido el más rápido en coger el huevo! ¡Bueno, esto aumenta las posibilidades de nuestro amigo Potter!

Los cuidadores de Dragones salen y tratan de atrapar al Colacuerno húngaro. Rápidamente Hagrid, Moody y McGonagall se dirigen hacia Harry que acaba de aterrizar y le señalan la enfermería. Antes siquiera de llegar a la puerta de esta Madame Pomfrey lo jala hacia dentro, completamente indignada. Nos dirigimos hacia donde Harry acababa de desaparecer.

- Creo que tengo que disculparme... -dice Ron.

- ¡No me digas! -exclamo con evidente sarcasmo.

Me mira de mala forma y yo solo le saco la lengua, de manera muy madura.

- ¡Harry, has estado genial! -le grita Herms a Harry con voz muy chillona. - ¡Alucinante! ¡De verdad!

Harry ni siquiera la mira. Tenía los ojos clavados en Ron. Le doy un empujón para que hablen.

- Harry -dice Ron muy serio-, quien quiera que pusiera tu nombre en el cáliz de fuego, creo que quería matarte.

- Lo has comprendido, ¿eh? -contesta Harry y yo empiezo a silbar para evitar el momento incómodo. - Te ha costado trabajo.

El resto de la conversación no la escucho porque estoy felicitando a todos los campeones por su trabajo. Todos son mis amigos, a fin de cuentas. Después de eso, y sin que nadie se dé cuenta camino hasta la biblioteca y retiro todos los libros que hablan de la época de Grindelwald. Camino tambaleante ante la torre de libros que llevo y llego a la sala común. Subo las escaleras con dificultad. Me encierro en mi habitación y empiezo a leer.

[...]

- ¡Aiudaaaaaaaaaaaaaaaaa! -un puñado de tierra me hace callar.

Escupo el pasto y barro. El escreguto avanza muy rápido conmigo colgando de su aguijón, en un vago intento de detenerlo. Pateo el piso y me siento sobre la criatura, sosteniéndome del aguijón para que no me atraviese. El escreguto se revuelve furioso tratando de sacarme de encima. Es como montar toro mecánico de feria, pensé.

La mayoría de la clase están metidos en la cabaña de Hagrid mientras unos pocos tratan de atrapar a las 10 cosas con aguijón que pasean por la huerta de Hagrid. Solo queda el que tengo debajo y trato de montar.

De un momento a otro, Hagrid se me tira encima para acorralar al escreguto y termino aplastada.

- ¿Quién es usted? -le pregunta Hagrid a Rita Skeeter quien acaba de llegar. Al dejar de ser aplastada me levanto y abro la boca tragando aire.

- Rita Skeeter, reportera de El Profeta -contesto con una sonrisa de cocodrilo muy brillante.

- Creía que Dumbledore le había dicho que ya no se le permitía entrar en Hogwarts -Hagrid ya le puso la correa al escreguto y lo lleva con sus "amiguitos".

Rita observa al escreguto con interés sin siquiera molestarse en escuchar el comentario de Hagrid.

- ¿Cómo se llaman esas fascinantes criaturas? -pregunta haciendo sus sonrisa más brillante y dejándome ciega.

- Escregutos de cola explosiva.

- ¿De verdad? -el interés de Rita incrementa. -Nunca había oído hablar de ellos... ¿De dónde vienen?

Hagrid se pone rojo debajo de su tupida barba y mira nerviosamente a todos lados.

- Son muy interesantes, ¿verdad? ¿Verdad, Harry? -aprieto los dientes en una sonrisa forzada y le piso el pie delicadamente.

Una Jackson ¿en Hogwarts?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora