Eternamente Mío || LS

Capitulo 3

Por cuarta vez Louis se lamentaba de lo que le había pasado en la cocina, en cuanto tuvo oportunidad salió de ahí y fue hacia la habitación donde miró con más determinación su mano. La cual estaba realmente fea, estaba cien por ciento de que le quedarían marcas en toda la mano.

Buscó entre todos los estantes algún gel o polvo que pudiese ayudarlo a calmar el dolor, pero lo único que encontró fue un desinfectante. El aire olía alfa enojado por lo que se aseguró de cerrar la puerta bien para que éste no entrase. Abrió el grifo del lavamanos y puso su mano en la misma, fue sólo cuestión de tiempo para que llenara de agua, sin duda se merecía todo lo que le estaba pasando.

- Todo es mi culpa - movió su mano de un lado a otro en el grifo - Todo me lo merezco...

- Louis - Harry tocó la puerta - Ábrela la puerta en éste momento.

- No, no lo voy hacer - sollozó - Vas a matarme si la abro.

- No lo haré - dijo, firme - Tengo algo que decirte.

- Puedes hacerlo desde ahí, no hay necesidad de entrar - se sorbió los mocos.

- No haré eso - suspiró - Theo está aquí y quiere verte - el niño se mantenía a una distancia prudente de su padre.

- Es mentira - cerró el grifo - Vas a matarme... no di ninguna orden en éste lugar, tal y como me lo pediste.

- No es momento de hablar sobre eso - siseó - Y tampoco voy a disculparme.

- Ni que te estuviera pidiendo una disculpa - dijo, para sí mismo - Voy a estar bien...

- Como si me interesara - gruñó - Y escuché lo que dijiste, ya verás...

- Papá - dijo Theo, para que no terminara la oración - Quiero que salgas.

Harry abrió la boca como un pez fuera del agua, su hijo le había hablado con un grado de seriedad que temió por un momento que éste fuese a hacerle algo. Frunció los labios y dejó que su hijo pasara cuando la puerta fue abierta.

- Creí que era mentira - murmuró Louis, viendo como Theo entraba corriendo al baño.

- Déjame ver tu mano - atrapó la mano del menor - Se ve espantoso.

- Duele - jadeó, adolorido - Suéltame...

- Recuerda que soy tu dueño y señor, y debes tenerme respeto - apretó la mano del menor, viendo como el rostro de éste se contraía a punto de llorar - Que no se te olvide lo que hablamos en el avión.

- Lo recuerdo - sollozó - Duele...

- Te falto la palabra mágica - apretó un poco más la mano del chico - Debes de decirla...

- Señor - Harry soltó la mano del menor y ladeó la cabeza - Ya la dije, y no tenía que hacerme eso.

- Es una regla que no has cumplido - miró a su hijo - Entra la mano en el agua, veré si consigo unas vendas para eso.

Louis asintió e hizo lo pedido por éste. El niño se puso de pie en el retrete y miró lo que éste hacia en con el agua.

- Es mi culpa - se puso de puntas para ver con una mirada llena de tristeza la herida del mayor - Alguien me empujó, mamá.

- Lo sé - se agachó para que el menor se subiera sobre su espalda - Sentí cuando lo hicieron.

- No quería que mi cumpleaños fuera de ésta forma - hizo un puchero - No me gusta.

- Apenas tengo menos de veinticuatro horas en ésta casa y ya tengo la mano quemada - se pasó la mano que no estaba afectada por el rostro - Mi vida es una mierda.