Eternamente Mío || LS

Capitulo 11

Louis estaba sentado en el colchón con la mirada sobre el suelo, sus mejillas estaban húmedas de tanto llorar. No tenía idea de quien le mandaba esas cosas, pero quería tenerlas; era lo único bueno que podía tener y lo que podía comprar con lo que Harry le pagaba. Se había asegurado de que la puerta estuviera con seguro, pero estaba al tanto de que el alfa podía derribarla si lo deseaba

No quería ver a nadie, pero Theo estaba ladrando fuera de la habitación y rayando la puerta con sus garras. Escuchó el llamado de Harry hacia el cachorro y supo que era cuestión de tiempo para que entrara.

Con algo de esfuerzo fue hacia el baño y se encerró en el mismo.

— Louis — el omega se quedó callado — Sé que estas en el baño, puedo olerte.

— Pues huele el gas que me tire — respondió, de vuelta — Quiero estar solo.

— Tenemos que hablar — arrugó la nariz — Theo está aquí también — Louis se acercó a la puerta — También quiere verte.

— No uses a mi hijo para querer entrar — quitó el seguro — Ven, pequeño alfa, es hora del baño.

— ¿Por qué estás así? — Preguntó, colocando su mano en la puerta, antes de que la cerrara — ¿Es porque no dejé que te quedaras con esos regalos?

— Es lo único que podría tener para mí bebé — apoyó su mejilla en el marco, dejando que Theo entrara — No tengo dinero para comprarle cosas.

— ¿Por qué no tienes? — Lo miró, incrédulo — Eres el que más gana dinero en esta casa.

— Las medicinas — el alfa se quedó en silencio —Son caras, tengo que tomarlas todas los días e ir a comprarlas... el dinero que tenía lo gasté en la máquina de coser y en tela.

— ¿Por qué no le pediste a alguien de la casa que te diera todo eso? — Louis negó, con la cabeza.

— Ellos tienen sus problemas y les dijiste que no podía pedirles nada — aprovechó que el alfa estaba con las defensas bajas, y cerró la puerta — No quiero hablar.

Harry se tocó el puente de la nariz y miró la puerta. El omega tenía sus razones para querer aceptar esos regalos, salió de la habitación. Maldito omega y sus problemas. El alfa recorrió todo el lugar, frunciendo el ceño al ver las cosas que el omega utilizaba para limpiar.

— ¿Quién limpió todo esto?

— Louis lo hizo, señor — dijo Niall, tomando las cosas de limpieza del omega — Limpió el comedor y la sala... bueno una gran parte — mostró — Lo demás lo acabo de hacer yo.

— ¿A qué hora se levantó? — Pasó sus dedos por los estantes — Parece muy limpio.

— Según Camille y Kendall — Zayn entró con un paño en las manos — Fue poco después de que fuimos a la ciudad por sus regalos — negó, con desaprobación — Eso fue a la nueve, cuando Theo fue a su búsqueda.

— Bien, eso es algo nuevo — suspiró — No durmió más de dos horas.

— ¿Por qué lo dice, señor? — Zayn mordió su labio, para no sonreír.

— No te importa — se dio la vuelta — Sigan con sus cosas, limpien bien.

— ¿Para dónde vas, querido amigo? — Liam se puso frente a él — Es algo importante — le pasó un sobre — Llegó anoche, después de la cena.

— Ya sé que es — se la arrebató — Vamos a mi despacho.

Liam lo siguió a unos cuantos metros, porque el alfa estaba leyendo la carta. Una de las que siempre recibía aparte de las llamadas. Como era de esperarse, Harry rompió la cara, como las demás, y luego entró a su oficina.