Capitulo 5

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ESTOY ABURRIDA EN CASA, ASÍ QUE VOY A SUBIR OTRO CAPITULO UWU

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Louis se colocó frente al espejo de cuerpo completo de la habitación de Theo, por más que trató de dormir, falló drásticamente. No pudo conciliar el sueño. Su vientre estaba más que crecido, aunque no podía decir lo mismo de su mano, la cual aun tenía pequeñas marcas que estaban tardando más de lo normal en sanar y sabía el porqué.

La única razón por la cual estaba en esa casa, era porque no tenía la más remota idea de dónde podía conseguir transporte e irse lejos. Al menos mañana podía decirse que tendría más dinero, Zayn lo ayudaba en lo que podía, pero debía de buscar algún medio de salir de ahí.

Las gemelas tenían razón, Harry sólo buscaba su felicidad en él y en nadie más. El quejido de Theo lo alertó, el niño se estaba quejando mucho en la cama, se movía de un lado a otro.

- Pequeño alfa - se puso de rodillas frente a la cama - ¿Qué tienes?

- Duele mucho, mamá - sollozó - Me duele el cuerpo...

- ¿Dónde te duele más? - Tocó la frente del menor - Estás ardiendo en fiebre.

-Me duele todo - rodeó el cuello de Louis con sus pequeños brazos - Dile que ya no quiero que me duela, y tengo mucho frio.

Louis tocó la espalda del menor, y sintió un suave pelaje. Mierda, estaba teniendo su primera transformación. Como pudo, lo cargó procurando que su vientre no saliese afectado. Los lloriqueos lastimeros del menor eran los que más le asustaban, nunca había estado con alguien así, pensó que ya eso había pasado anteriormente, pero apenas comenzaba y no estaba seguro de que debía de ir con Harry, porque éste no salió de la habitación de invitados en toda la noche. Como venía haciendo desde hace un tiempo.

Bajó escalón por escalón las escaleras. Encendió las luces de la cocina y colocó al menor encima de la encimera, faltaban pocas horas para que el sol saliera.

- Bebe esto, pequeño alfa - le dio un vaso lleno de un suero para levantar sus defensas - ¿Te sigue doliendo?

- Mucho, ya no quiero que duela - sollozó - No me gusta esto.

- Haremos una cosa - dejó el vaso en la encimera - Saldremos un momento, y tratarás de transformarte.

- ¿Qué es eso? - Louis lo cargó - ¿Ya no seguirá doliendo?

- Sólo un poquito, pero después te sentirás mejor - miró hacia todos lados y salió de la casa - Tenemos que hacer silencio, iremos al bosque y si alguien nos atrapa te seguirá doliendo.

El menor asintió, y salieron de la casa descalzos. Era la primera vez que Louis no estaba con alguien, la única vez que salió de la casa fue ese día en particular para saber el estado de su bebé, pero que perdió las imágenes medicas que le hicieron en la ecografía.

Se dejaba guiar por el pequeño alfa hacia el prado de flores que había, la ciudad se veía pequeña a comparación a lo que había visto anteriormente.

- Trata de cerrar los ojos - el niño hizo lo pedido - Arrodíllate y concéntrate en algo que no sea el dolor, en algo que te guste.

- Me gusta estar contigo, mamá - dijo, sin abrir los ojos - Ya no duele tanto.

- También me gusta estar contigo, pequeño alfa - secó las mejillas del menor con su pulgar - Me recuerdas a mi cuando tenía tu edad - sonrió, con amargura - Ahora, quiero que te concentres en tu transformación y que corras muy lejos.

Eternamente Mío || LSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora