Capitulo 9

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Louis dejó la cuchara dentro del recipiente y luego bajó la mirada apretándolo contra su cuerpo. No había calculado que Harry quizás estaría vigilando cada uno de sus movimientos como si fuese una lapa. Tenía antojo de ese helado, pero ya no estaba seguro de si debía de seguir comiendo.

El alfa se mantenía en silencio, viendo cada uno de los gestos que hacia el menor. Era una noche helada, por lo que se preguntó si el menor no tenía frío al usar esa prenda tan reveladora. El olor a un omega asustado le hizo darse cuenta de que en verdad Louis estaba luchando para no ponerse a llorar por verlo tan cerca, había sentido que algo malo pasaba cuando sintió la puerta de la habitación de su hijo ser cerrada y los pasos fantasmas de Louis se escuchaban por todo el lugar.

— Ya... ya me iba — se movió hacia un lado para evitar el contacto con el alfa, pero éste imitó su acción — ¿Puedes moverte, por favor? Estás muy cerca...

— Siempre dices eso — se pasó la lengua por los labios — ¿Sólo viniste a eso?

— Si... si — se aclaró la garganta — ¿Ya me puedo ir?

— Espera un momento — Louis no se atrevía a mirarlo — Lo que pasó en el bosque hace unos meses...

— No tienes porque recordármelo — lo interrumpió — Eso es algo que ya me quedó claro, sé cuál es mi lugar... por algo me pagas un sueldo...

— ¿Que harás con todo ese dinero?

— Comenzaré a crearle la ropa a mi hijo — confesó sin mirarlo — Iniciaré cuando pasen las festividades y después no sé.

— Interesante — dijo, pensativo — ¿Y cuando ya no tengas nada más que hacer?

— Voy a comprarle una cuna que vi en el centro — eso le llamó la atención a Harry, el omega no levantaba la mirada por nada del mundo.

— ¿Por qué no me miras? — Louis pasó saliva, sin responderle — Te hice una puta pregunta — elevó un poco la voz, asustando al menor.

— No quiero hacerlo... hueles extraño... y no quiero pensar en otra cosa que no sea salir de aquí e irme — el helado se estaba derritiendo — Si deseas eso... puedes ir con algún omega que siempre traes a la casa... no sentiré nada.

— ¿Quién te dijo que deseo a alguno de esos omegas? — Le quitó el tarro de helado al menor — ¿Por qué no me das tú lo que en verdad deseo?

— No, no lo haré — negó varias veces con la cabeza — Eso es algo que no pienso hacerlo nunca...

— En la prisión...

—No es lo mismo y no sabes porque lo hice — levantó la mirada — No sabes lo que es tratar de sobrevivir... pero claro — lo encaró — Naciste con todos los lujos y yo nunca había visto algo caro hasta que llegué a esta casa y eso que nada es mío.

— No tienes derecho...

— Se perfectamente cuál es mi lugar, pero créeme que eso no durará para toda la vida — cuando intentó irse, Harry  no se lo permitió — Si en verdad crees que dejaré que hagas mi vida una miseria, mientras te acuestas con esos omegas que siempre traes a la casa, estás equivocado, Harry. Valgo mucho más que un simple objeto que puedes hacerle la vida imposible.

— Tienes agallas, prostituto gratuito — sonrió, socarrón — Eres mucho más sexy de lo que pensé.

— ¿Qué quieres de mi? Sé que habías dicho que sólo me deseabas para vivir toda la vida, pero no dejas que haga nada que no sepas... no me dejas salir de la casa... si me voy se bien que seguirás viviendo por toda la eternidad y eso...

Eternamente Mío || LSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora