C A P Í T U L O 4

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14 de Noviembre, 2017.

Desperté cuando la alarma de mi teléfono comenzó a sonar muy cerca de mi rostro. Aún sin abrir los ojos fui tanteando con mi mano a lo largo de mis sábanas en busca de él, cuando lo encontré recién separé mis párpados.

Deslice mi dedo por la pantalla para desactivar la alarma que seguía chillando por toda mi habitación. Luego, sorprendentemente, me levanté de mi cómoda cama con ganas de ir a la secundaria.

Tenía el presentimiento de que hoy sería un buen día.

Con una sonrisa plantada en mis labios, me dirigí al baño en busca de una caliente ducha para comenzar el día. Me concentre en desahserme de mi pijama y ropa interior para entrar a la ducha. Cuidando de que mi cabello no se mojara comencé a tararear una canción mientras me relajaba debajo del agua caliente.

Mmm, esto es vida.

Luego de unos minutos debajo del agua decidí salir del baño, envolviendo una toalla en mi cuerpo abrí la puerta y caminé por la fría cerámica del piso del pasillo de mi casa, hasta llegar a mi habitación.

Ya adentro, comencé a urgar dentro de mi armario en busca de ropa. Tomé unos jeans color negro ajustados, una camisa blanca con lunares negros y ropa interior.

Cuando ya estuve vestida me coloqué de pie frente al espejo de mi tocador. Debía de admitir que me veía bien, aunque no fuera de curvas pronunciadas como casi todas las chicas que conocía. Aún así estaba satisfecha.

Comencé a cepillar mi cabello, éste llegaba hasta por encima de mis hombros, pero hace hasta un año atrás me había llegado por encima de mi cintura. En un ataque de "locura" se me ocurrió cortarlo y descolorearlo, dejándolo en un rubio más claro. Debía de admitir que ese ataque de "locura" me había quedado muy bien. Nada como un cambio radical de look.

Terminé con mi cabello, estaba lacio con apenas unas ondas llegando a las puntas. Se veía bien.

Me separé un poco del espejo para obervarme con detenimiento.

Mis ojos aburridos de color cefé brillaban, tenía las mejillas y nariz levemente sonrojadas a causa del frío de Noviembre. Mis labios carnosos estaban cuarteados por la temporada, pero lo arreglé con un poco de brillo labial.

Lista para otro día en la secundaria.

Mi teléfono timbró anunciando que un WhatsApp me había llegado. Aún descalza me deslice por mi habitación en busca de él. Al tomarlo noté que tenía mensajes de Xandra, mi prima por parte de padre.

Fiesta viernes por la noche ;)

Podemos llevar a quién quieramos.

¡Será geniaaal!.

Dibujando una sonrisa en el rostro le contesté.

Cuenta con mi presencia ;).

Salí de su chat para entrar en el de Natasha y escribirle.

¿Adivina qué?

Su repuesta llegó enseguida.

Mmm, ¿Qué tienes en mente ahora?.

Giré los ojos, mientras escribía con rapidez.

Tengo una fiesta el viernes.

Enseguida el mensaje se marcó como leído.

¿Acaso eso es algo nuevo?.

Una risa salió de mis labios y se escuchó por mi silenciosa habitación. A veces tanto silencio me daba un poco de miedo, entonces tenía que poner música para alegrar esta casa tan vacía

Siempre tuya, Evan © (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora