Postre

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---Narra Sebastian---

Recibo con adoración sus labios de miel, la forma en la que me besa es capaz de erizar el vello de mi piel, siento que en ello me dice todo lo que estuvo callando, noto que se aferra a mí en estos momentos como lo único real en su vida.

Deslizo mis brazos por los costados de sus curvas y la siento estremecerse bajo mis dedos. En ese momento interrumpo el beso y la veo a los ojos ¿podré confiar en ella esta vez?. Su mirada denota dudas, pero también deseo.

Y mentiría si no admito que, me muero por volver a tenerla en mi cama, bajo circunstancias completamente distintas esta vez.

Mi cerebro me exige que pare, que primero investigue primero todo lo que ha dicho, y que si en efecto está enferma, podría ponerla en riesgo con una actividad tan vigorosa como lo es el sexo con un licántropo, claro está que ella no sabe lo que soy, ni se lo puedo decir. Pero debería parar.

Mi instinto me pide que no pare, me dice que las cosas están y estarán bien y lo único que este encuentro puede hacernos a ambos, es para bien. Mi cuerpo concuerda y mientras beso la suave piel de su cuello puedo percibir nuevamente ese aroma tan suyo... Una mezcla de todo lo que me gusta, un aroma tan exquisito que termina por hacerme perder la razón y cuando menos me doy cuenta, ya estoy lamiendo su cuello y la parte trasera de su oreja izquierda.

Siento su piel erizarse con la mía y sus labios ahogan un sutil gemido, mezcla del placer y la sorpresa.

Sebastian: Perdóname, si tú me lo pides pararé ahora mismo.

Alyssa: ¿Por qué pediría algo así? Lo estoy deseando tanto como tú.

Deslizo mis manos a sus caderas, luego a sus nalgas y la levanto con facilidad, manteniéndola contra mi cuerpo, puedo sentir sus pezones erectos a través de mi camiseta y al recordar que debajo no lleva nada más que esas braguitas de encaje, creo que voy a perder la cabeza.

Nos besamos apasionadamente, nuestras son agitadas pero se acompasan a la perfección y nuestras lenguas bailan al ritmo que estas le marcan. Alice desliza sus suaves manos por mi camisa, obligándome a quitármela al poco tiempo y veo, con cierta satisfacción que no puedo negar, como se deleita al contemplar mi torso desnudo.

Me descubo en un acto de chulería nada propio de mí, más como de esos típicos machitos engreídos a los que suelo detestar, no sé cómo fue que sucedió, me imagino que mi cuerpo me ha traicionado y ahora que me he dado cuenta no puedo parar: Aquí estoy haciéndole un pequeño striptease a esta chica que, confirmo: Me vuelve loco.

Me contempla con fuego en los ojos, devorándome con la mirada mientras lame y muerde sus labios. Me acerco hasta ella y deslizo mi pantalón al suelo mientras con mis manos la acuesto sobre la cama.

No sé si estoy obsesionado con su aroma, o en serio está inundando cada poro de mi piel pero lo percibo con fuerza y eso me hace perder la razón, sin nada de delicadeza le arranco las bragas y hundo mi lengua en su centro.

---Narra Alyssa---

No puedo evitar jadear constantemente ante la descarga de placer que este hombre me está dando. ¡Joder Sebastian!, ¡si que estás lleno de sorpresas!. Me estremezco cada que siento su lengua recorrer en movimientos circulares todo mi clítoris, para luego bajar y volver a subir a lo largo de mi vulva.

La sensación es maravillosa, me debato internamente entre pedirle que nunca pare, o justo pedirle que pare para que se introduzca en mí, siento que lo necesito como nunca antes he necesitado de algo o de alguien, justo ahora pierdo la cabeza entre cada momento de placer.

Siento el inconfundible calor y los espasmos que me avisan que estoy a punto de llegar al orgasmo y no puedo ahogar el grito de placer que se escapa junto con el clímax. Estoy a punto de levantarme, pero Sebastian con su enorme fuerza me lo impide y me gira sobre mí misma, dejándome de espaldas a él.

Alyssa: ¿Qué haces? Quiero regresarte el favor.

Sebastian: Shhhh, no es ningún favor. Además aún tenemos mucho tiempo.

Y tras decir eso hunde nuevamente su lengua en mí desde un nuevo ángulo, e introduce con calma un par de dedos para masturbarme mientras me da más placer.

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Tiemblo de los pies a la cabeza, la sensación es magnífica y he perdido la cuenta de la cantidad de orgasmos que he tenido. ¡Este hombre es un Dios del sexo! Deposito un casto beso en sus labios antes de quedarme dormida por completo.

---Narra Sebastian---

La luz que se cuela a través de las persianas me hace caer en cuenta que es de día... Es lunes por la mañana y yo estoy definitivamente retrasado. Me tallo los ojos y mi codo se encuentra con una cabellera, me giro y descubro el tan característico pelo azul ya su magnífica dueña.

Sebastian: Alyssa, se nos hace tarde... Ya es lunes y son las 10 -abre los ojos-

Alyssa: ¡Buenos días!, deberíamos de faltar el día de hoy.

Sebastian: No puedo dejar a mis estudiantes colgados nada más porque sí, por más tentadora que sea la oferta.

Alyssa: Pues a mí que me perdonen, pero me reportaré enferma y ya encontraré la forma de compensárselos -vuelve a cerrar los ojos-

Sebastian: ¿Te sientes mal?

Alyssa: ¡No!, tranquilo... que solo estoy muy satisfecha pero igual de agotada y en serio me haría bastante bien dormir.

No puedo evitar reír al verla ahí tirada entre las almohadas ¡joder cuantas almohadas una! Incluso creo que en algún punto de la noche trajo cada cojín de la sala, las sillas y quizá hasta de las casas vecinas. Acaricio su cabello desordenado.

Sebastian: ¡Anda ya! No seas perezosa.

Alyssa: Sí lo soy

Sebastian: ¿En verdad piensas quedarte dormida?

Alyssa: Sólo un rato y luego me voy ¿sí? prometo dejar limpia tu casa y tu ropa.

Sebastian: Ese no es el punto -mi celular comienza a sonar a lo lejos y salgo en su búsqueda, cuando finalmente lo encuentro pierdo la llamada... junto con las 23 anteriores de Dominike. Le regreso la llamada.

Dominke: ¿Pero qué te pasó cariño?, ¿va todo bien?

Sebastian: Perdón, me quedé dormido y perdí por completo la noción del tiempo.

Dominike: ¿Pero estás bien?

Sebastian: Muchísimo, bastante bien

Dominike: ¡Uy! ¡cuéntaselo todo al tío Dominike!. ¿Muevo tu clase de las 10 para tu hora libre?

Sebastian: Sí, por favor.

Dominke: Cariño, prepárate para ser el chisme del año... Todo mundo anda diciendo que tienes una relación con Alyssa y además déjame decirte que Israel anda por ahí con la nariz fracturada diciendo que eres un borracho celoso e inseguro. ¿Te crees el descaro? ¡Además pidió una baja temporal mientras se recupera!. Se siente mal para trabajar pero bien para andar de bocafloja ¡Adolfo está furioso!

Sebastian: y tú no, por lo que veo.

Dominike: Evidentemente sí, pero recuerda que soy la sabia voz de la razón en esta relación -ríe, no se lo cree ni él mismo- Por cierto ¿sabes algo de Alyssa?

Sebastian: Sí, está conmigo y pues

Dominike: ¡AAAAAAAHHHH! ¡pero mi pareja favorita del año por fin se consolida ¿se acostaron?, ¡No, espera! ¿los rumores eran la realidad?, ¡¿En qué momento?!

Sebastian: ¡Relájate y céntrate! En 30 minutos salgo para allá y en su momento te contaré todo lo que se pueda contar ¿ok? -ahoga otro grito-

Me dirijo a la habitación para darme un baño y alistarme, me sorprende bastante ver que Alyssa ya ha vuelto a dormirse. Deposito un suave beso en su frente antes de comenzar a prepararme.

Se ve simplemente preciosa, no puedo creer todo lo que ha pasado en las últimas 26 horas.

ProfesoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora