𝐑𝐄𝐍𝐄𝐆𝐀𝐃𝐀 [sin editar]

[10] Misión para dos

En un departamento de Konoha, Mina se movía viendo a su novio revisar sus armas con total tranquilidad sobre una mesa mientras ella inspiraba totalmente tensa, considerando la idea de atraparlo, atarlo y esconderlo en alguna lejana dimensión.

—¡Es una reunión de Kages!, ¿por que Danzo debe ir? —pregunto algo enfadada frotando sus labios mientras trataba de entender la nueva misión de su pareja.

Con una inspiración y una sonrisa, Fu paso a explicarle una vez mas a la cabeza dura de su pareja en por que de su participación.

—Si, es una reunión de Kages, pero las personas mas importantes de las aldeas también participaran, así que debo ir como su guardia al igual que Torune —dijo dejando las armas de lado para acercarse y tomarla suavemente de los brazos—. Tu también tienes una misión, así que el tiempo pasara rápido y nos volveremos a ver antes de lo que crees —aseguro, pero ella gruño por lo bajo.

—No es por la distancia, es por lo peligroso de todo el asunto, es decir, ¿todos los Kages juntos en un lugar con la gente mas influyente de las aldeas? —pregunto negando un poco—. Temo que alguien ataque y te pierda por tu afán de protegerlo —tomo su rostro viéndolo totalmente preocupada a los ojos.

Fu entrecerró un poco sus orbes mirándola bien serio unos largos segundos antes de inspirar profundo y abrazarla pegándola completamente a él.

—Nunca me perderás, jamás deberás preocuparte por eso —dijo sintiendo con fuerza su presencia junto la de él, recordándolo bien en su memoria para pasar a besar su cabeza—. Vamos a descansar, es tarde y ambos debemos partir mañana —indico acunando sus mejillas en sus palmas, dándole un suave y simple beso.

Mina asintió de mala gana en el proceso, aún preocupada y triste en la incertidumbre de lo que pasaría con ella si perdía a alguien mas en su corta vida, a un individuo mas al que amaba y se alejaba de alguna forma.

Dando los últimos retoques a sus prendas y portas armas, los dos se dirigieron a la habitación luciendo sus ropas de cama para acostarse con la habitación casi a oscuras, con un muy fino rayo de luna iluminando. Pero por mas que todo estuviera calmo y propicio para dormir, Mina continuaba despierta y quieta en la posición en la que se acostó: de perfil a él para poder verlo. Permaneció de esa manera un buen rato, creyendo algunas veces que iba a caer en el sueño, pero nada de eso pasaba y usaba el preciado tiempo que le quedaba con él para recordar cada detalle de su persona con el sharingan.

—¿Hm? —pregunto Fu totalmente desorientado sintiendo que algo a su alrededor no estaba bien.

Al no sentir peligro, se permitió despertar lentamente para encontrarse con el brillante rojo de su chica que lo hizo alejarse algo alarmado, pero ella lo desactivo y acaricio su mano entrelazada con la suya.

—Lo siento —se disculpo con voz baja, pero apagada mas que nada.

—Um... —emitió comprendiendo lo que pasaba para pasar una mano por su cara antes de sonreírle muy adormilado—. Ven, Mina, vamos.

Al ver que él se quitaba las sabanas y demás, ella se sentó viéndolo confundida.

—¿Que?

Fu, totalmente adormilado, se levanto soltando la mano de su novia y tomo una kunai que mantenía en el cajón de la mesa de luz.

—Solo sígueme —indico, a lo que la chica se quito las mantas frunciendo el ceño.

Salieron por la puerta principal, saltaron un par de techos viendo la nula noche que se estaba dando en el lugar, y se introdujeron al bosque para Mina dejarse guiar a un enorme árbol.