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05 | EL PEQUEÑO LOBO
🔸☀️🔸Los gritos de la Baratheon llenaban la habitación y gran parte del castillo, lo que hacía que Robb anduviera de un lado a otro con las manos temblorosas. Para Jaime, en cambio, su espada era una buena distracción en estos momentos. Mientras que Tyrion llenaba su copa de vino por tercera vez.
Osha y Shae corrieron a la habitación con agua caliente y mantas limpias en cuanto escucharon la gran noticia. Sansa llegó después junto a su madre y el Maestre Luwin. Desde ese momento nadie había salido por esa puerta y sólo pudieron escuchar los gritos de la joven reina.
— Chico, te juro que si no te sientas, te clavare los pies al suelo con mi propia espada. —Advirtió Jaime, desesperado por los nervios de Robb.
— Si sigues así harás un gran hoyo en el suelo. —agregó Tyrion.
El Stark sólo le devolvió la mirada y optó por finalmente sentarse. Grey Wind se acostó a sus pies como si esperara pacientemente.
No ganaba nada caminando de un lado a otro y sabía que no podía hacer nada. Incluso su hermana lo había echado de la habitación por no ser de ayuda. Aunque no quisiera, era una batalla que su esposa debía pelear sola.— Tal vez debería entrar, yo debería estar ahí con ella. Apoyándola.
— Cuando ella nació, Robert estaba bebiendo. —comentó Jaime— Tú estás aquí, eso es lo que importa.
— En momentos como estos, los hombres somos unos completos inútiles. Ella es fuerte, aunque entraras no podrías hacer nada.
Mientras tanto en aquella habitación, Lena enfrentaba la batalla más importante de su vida. Una terrible sensación atravesaba su cuerpo, lo que la hacia gritar de dolor. Todo lo que sentía era un dolor punzante que sacudía su cuerpo y la hacía sentirse a morir. Quería a Robb, necesitaba escuchar su voz y sostener su mano con fuerza, pero Sansa lo había echado de la habitación cuando los nervios se apoderaron de él y entró el pánico.
Le parecía divertido el hecho de que Robb había peleado en numerosas batallas, asesinado a varios soldados, y había blandido su espada con gran valor, pero le aterraba el nacimiento de su hijo. Tal vez cuando todo esto pasara podría burlarse de él, ahora sólo necesitaba sostener su mano y escucharle decir que todo saldría bien.Las gotas de sudor caían por su frente
— Es hora. —anunció Luwin.
Lena entrelazo su mano con la de la mujer que sería su figura materna más cercana. Catelyn apretó su mano mientras le susurraba palabras alentadoras. Había pasado todo este tiempo platicando con ella acerca del tema para, de algún modo, estar preparada.
— La cama en la que se da a luz, es el campo de batalla de una mujer. —le había dicho Lady Stark en una ocasión, agregando que el dolor por el que pasaría en unos meses sería el más intenso que alguna vez podría sentir. Pero que al final, todo valdría la pena.
No había querido pensar en eso, pero ahora no estaba segura de cuantas horas habían pasado desde que estaba en labor.
— Ya puedo ver al bebé.
Sansa corrió a su lado y sostuvo su otra mano con fuerza. Nunca antes estuvo en un momento así, por eso es que se sentía emocionada y ansiosa. Osha ayudaba al maestre mientras que Shae sostenía una manta en espera del bebé.
Otro grito más sonoro y más desgarrador lleno el lugar, acompañado un llanto débil pero lo bastante fuerte para anunciar su llegada al mundo.
Por un momento, dos hombres dejaron a un lado la espada y el vino, cuando el nuevo padre corría hasta la habitación.Se quedó estático en el umbral de la puerta. La mayoría de las personas presentes se encontraban alrededor del Maestre Luwin, mientras Sansa limpiaba la frente de Lena. Se acercó lentamente hasta la cama, sentándose a un lado y sintiéndose más nervioso que antes. Miró a su esposa. Se veía hermosa aún con sus ojos medio cerrados, mejillas rosadas y con sudor cubriendo su rostro y ciertos mechones de cabello.
— Hola preciosa. —dijo en voz baja, de modo que sólo ella escuchara. Lena abrió los ojos con pesadez y una sonrisa se dibujó en sus labios.
— ¿En dónde estabas? —preguntó débilmente.
— Afuera. Sansa creyó que sólo estorbaba. —dijo riendo, mirando a su hermana de reojo.
— Lo hacías. —afirmó la pelirroja.
Sansa se apartó cuando vio a Luwin dirigirse a ellos. Su madre, Catelyn, tenía los ojos llenos de lágrimas.
Los brazos de Robb temblaron cuando el peso del recién nacido cayó en ellos.— Felicidades, es un varón.
Los ojos de Robb se inundaron en lágrimas al mismo tiempo que sonreía como un tonto. Su hijo era lo más maravilloso que había visto. Tan pequeño y frágil, pero sería tan fuerte como un Stark.
Con mucho cuidado, lo acostó sobre la cama justo a un lado de su esposa. Lena sonrió ampliamente, sus ojos se iluminaron de una forma especial.— Mi niño. —murmuró acariciando la mejilla del bebé que apenas se movía— No sabes cuanto deseaba conocerte.
Robb se unió a la escena, acariciando la pequeña cabeza del bebé.
— Gracias. —dijo, pasando su mirada de su hijo hasta Lena. La miraba incluso con más amor que antes, como si eso fuera posible— Te prometo que los protegeré siempre. No dejaré que nada les pase. Ahora ustedes son lo más importante para mi.
Lena acarició con dulzura la mejilla del joven lobo.
— No nos dejes nunca, ¿de acuerdo? —le pidió temerosa, considerando los sucesos anteriores.
— Nunca. —aseguró, besando su mano.
Los hermanos Lannister ingresaron con una notable emoción en sus rostros. Jaime fue el primero en sostener al bebé con Tyrion sentándose a su lado.
— Es un alivio que no se parezca a su padre. —comentó el Lannister menor.
— ¿Cómo se llamará?
Lena no respondió.
Ella y Robb hablaron tanto del asunto, incluso pasaron noches sin dormir, pero nunca llegaron a algo en concreto.— Joseph. —respondió Robb, pero dirigiéndose a la joven— Lo estuve pensando, claro, si estás de acuerdo.
— Joseph Stark. —analizó ella. Aunque era todo lo contrario a lo que habían pensado, igual se sentía feliz— Me gusta.
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2 | NUESTRA ES LA FURIA ♕ GOT
FanfictionNUESTRA ES LA FURIA | Pesada es la corona y, sin embargo, ella la usa como si fuera una pluma. Hay fuerza en su corazón, determinación en sus ojos y la voluntad de sobrevivir reside en su alma. Ella, eres tú Una guerrera, una campeona, una luchadora...